La boda de Fran y Carmen en Málaga, Málaga

El día de nuestra boda

¡Nos casamos!

Dicen que la boda es un reflejo de la personalidad de los novios y no puedo estar más de acuerdo, ya que todos nuestros invitados no paraban de repetirnos que esa boda era muy "nosotros".

El día empezó tempranito, tan temprano que casi la peluquera y la maquilladora me levantan en vez del despertador. Me desperté tranquila, muy contenta, pero ni un rastro de nervios (¡mejor!). Mi habitación era el campo base y allí poco a poco empezó a entrar gente y más gente y más gente; terminamos como 10 mujeres dentro. Pero yo seguía muy tranquila. Asombrosamente, todos estaban histéricos menos yo. Mientras me maquillaba, mi primo no encontraba los pantalones, mi madre y mi tía llegaban de la peluquería, mi hermano se duchaba con la música a todo volumen (cosas normales en mi casa).

Llegó el momento de vestirme y, gracias a todas mis ayudantas, lo conseguimos rápidamente. Mientras tanto, tres casas más allá, había un novio histérico que no paraba de llamarme (¡al que le daba igual la boda!). Llegó el momento de salir y ahí sí que me emocioné cuanto 20 personas, toda mi gran familia, me cantaba la tarantela y me daban millones de besos. La felicidad que se reflejaba en sus caras hacía imposible que nada saliese mal. Salieron todos y nos quedamos mi hermano, mi mini y yo rumbo a lo desconocido.