La boda de Fran y Alba en Albacete, Albacete
Al aire libre Verano Azul
F&A
17 Jul, 2021El día de nuestra boda
Di el Sí en el 2019, embarazada de la que fue la pequeña gran protagonista el día B. Fijamos fecha para el verano del 2020, pero finalmente, por el tema Covid-19 nos vimos más seguros posponiéndola hasta ver la situación al siguiente verano.
A pesar de que fue un hecho que trajo consigo el incremento de nervios y la pérdida de ilusión, añadida a la falta de algún ser importante para nosotros; esta decisión, a día de hoy, consideramos que fue la mejor que pudimos tomar. Disfrutamos más relajados del maravilloso día que tanto los invitados, como los profesionales que nos acompañaron desde los preparativos, hasta el cierre, incluyendo la ceremonia religiosa nos ofrecieron.
Todo estuvo superior a las expectativas. La gente estaba muy animada. El miedo, pronto se convirtió en ganas de celebrar, de acompañar; en amor y diversión. Todo con responsabilidad. Las ganas que los nervios me hacían tener porque pasase ese día se transformaron en ganas de que no acabase. Nuestra pequeña vivió la experiencia de manera más independiente y nosotros pudimos brindar con la misma o mayor ilusión que teníamos al principio. Todo fue precioso. Como en toda boda, aparecieron imprevistos de última hora que fueron desapareciendo con el desarrollo del día. Perdieron importancia y la adquirieron quienes realmente la tenían: las personas que nos acompañaban ese día.
Seguir leyendo »Resumen del día B: nos dimos el 'Sí' en La parroquia Ntra. Señora de las Angustias y Felipe Neri, tras 40 insignificantes minutos de retraso por mi parte, debido a imprevistos varios. Perdí los pendientes, mi vestido estaba manchado de pintalabios fucsia, olvidé mi tiara… Cositas insignificantes que las profesionales que me acompañaban supieron arreglar en solo 40 minutos. De ahí que diga “insignificantes”. Cuando llegué a la iglesia, todo estaba precioso; la floristería, genial, hizo un trabajo excelente, no solo con los detallitos de los niños, sino con una iglesia que ya de por sí es mágica.
Durante la ceremonia, Naim nos trató con una dulcura y calidez inexplicable, nos hizo un regalo con el que todos quedamos prendidos y desde entonces, enamorados, en el buen sentido de la palabra de él. Al finalizar, nos desplazamos a pegarnos la celebración en el Jardín de Amelia y sin duda, no hay un sitio mejor para hacerlo. Tanto los más peques, como los mayores estuvimos en nuestra salsa. El broche final fue en el Hotel Los Llanos, cortesía del Restaurante. El resto felizmente casada.
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