La boda de Fernando y Mabel en Galapagos, Guadalajara

El día de nuestra boda

Mi día empezó super descansada, tuvimos la preboda el día de antes con toda la familia y amigos que venían desde Linares (mi ciudad). Cuando iban llegando estaba super nerviosa, ya que quería que estuviesen cuanto antes, fuimos uno a uno recogiéndolos, y al final, llegó la ansiada preboda. Reservamos un lugar donde todos ellos se quedaban a dormir y durante la noche todo fueron risas y sorpresas, ¡y muchas fotos! Sin olvidar la super sorpresa que les di a mis damas de honor con una caja donde llevaban todo lo necesario para el gran día, además de un regalo para toda la vida: ¡unas pulseras de infinito (preciosísimas)!

Nos acostamos tarde, ¡pero muy felices!

Al despertar el sábado, pensé: ¡me caso! y así me fui a por las flores de todos, y vinieron a recogerme mis damas de honor y nos fuimos para la finca. Allí empezó todo super bien, ya que la peluquera y maquilladora lo tenía todo preparado para empezar a ponerme guapa. Toda mi familia se vestía allí con mi futuro marido, ¡y llegó la hora! Me acompañaron mi madre y mis dos sobrinos y Fernando estaba esperándome (¡tan guapo!). Fue super emotiva ya que mi familia y nuestros amigos nos dedicaron unas palabras. Continuamos la boda como una gran fiesta, ¡nos dieron las 6 y pico de la mañana!