La boda de Fernando y Cristina en Osuna, Sevilla

El día de nuestra boda

Después de haber aplazado hasta en cuatro ocasiones por el Covid, por fin el 31 de octubre llegó nuestro gran día. El día amaneció bastante lluvioso, pero eso no me quito la ilusión por celebrar el día más importante de mi vida, así que a las 6 de la mañana ya estuve en pie porque a las 7 llegaban mi maquilladora y mi peluquera, no solo para arreglarme a mí, sino a mi madre y a mi hermana.

La mañana transcurría tranquila hasta que a las 10 llegaron mis amigas y demás familiares para ayudarme a vestirme y ya ahí sí que me empezaba a poner más nerviosa. Alrededor de las 12 salí de casa de mis padres junto a ellos en un coche de película, un Ford Edsel supergrande y llamativo de color turquesa, y de ahí fuimos de mi casa al pueblo de al lado, porque allí era donde me casaba, en un recinto llamado El Coto las Canteras, la verdad es que es un lugar de película, y nunca mejor dicho, porque ahí se rodó parte de la serie de Juego de Tronos.

Al llegar allí, salir del coche y hacer el paseíllo del brazo de mi padre y ver al que en unos minutos iba a ser mi marido, no cabía más felicidad en mí de pensar que por fin estábamos ahí dándonos el "sí, quiero" junto a las personas más importantes de nuestras vidas. La ceremonia fue preciosa y muy emotiva, y el banquete ni se diga. Todos los invitados estuvieron dándonos las gracias mientras íbamos a saludarlos. Lo triste fue que el cóctel no pudimos hacerlo fuera por el mal tiempo y deslució un poco todo, pero, como dije antes, la lluvia no me empañó mi gran día.