La boda de Fernando y Alba en Paterna, Valencia
Vintage Otoño Morado 6 profesionales
F&A
27 Sep, 2014El día de nuestra boda
Han pasado ya 5 meses pero es increíble cómo puedo sentir ese día tan especial como si fuera ayer. Veo a menudo tanto las fotos como el vídeo de la boda, en una especie de nostalgia por ese momento tan bonito que nunca volverá.
Nuestra boda podría decirse que duró tres días, lo que para mí la hizo más especial si cabe. Decidimos casarnos donde vivo, aún sabiendo que toda mi familia está fuera, pero la respuesta por su parte fue increíble. Por eso, la gente empezó a llegar el miércoles aunque yo trabajaba hasta el jueves por la tarde.
El viernes comenzamos con los preparativos decorando la masía donde íbamos a celebrar el banquete. Nuestro catering, Catering Cinco, se caracteriza por dar total libertad de proveedores a los novios en cuanto a música, flores, etc. con lo que decidimos ser nosotros mismos los que decorásemos el entorno. Colocamos todos los centros de mesa, los palets para el seating, el cartel de bienvenidos sobre una tabla de madera, el cartel señalizando distintas áreas con las balas de paja, el photocall, el candy bar, la mesa de firmas, etc. todo estaba bien planificado y me hizo muchísima ilusión que mis primas del alma, mi tío, mi padre y mi cuñado nos ayudasen a montar todo.
Seguir leyendo »Nos fuimos a comer, me hice las uñas a última hora de la tarde y nos fuimos a casa. Mis primas durmieron conmigo esa noche y nos acostamos tarde terminando los libritos de misa y los conos del arroz. ¡Todo hand made!
El sábado me levanté tranquila. Mis primas me habían dejado una nota preciosa sobre mi mesita. Se fueron a la peluquería y yo me quedé un rato sola, me duché, me depilé y me marché para allá. Todos me decían lo excepcionalmente tranquila que estaba y de verdad merece la pena estarlo porque disfrutas mucho más. La peluquera me hizo un peinado precioso y me colocó la flor con la que se casó mi madre hace 38 años. Ya peinada me fui a casa donde esperaba la maquilladora. Sólo mis padres y mi hermana compartieron ese momento conmigo y es algo de agradecer, porque mucha gente acaba siendo un lío.
Acabamos un poco tarde con el maquillaje así que fui a vestirme. Me ayudaron mi hermana y mi madre y hasta la maquilladora tuvo que ayudarme con los zapatos porque no me podía doblar. De repente acabo de vestirme y nadie me dice que es tarde. Mi hermana se marcha con prisas con mi cuñado y me quedo con mis padres haciéndome algunas fotos. Abajo me esperaba mi tío favorito para llevarme a la Iglesia. Por suerte vivo a una manzana y aunque salí tarde tardé 2 min en llegar.
El coche se paró frente a la iglesia y al bajar mi madrina exclamó: "Qué guapa!". Sólo me esperaban ella, ya que su hija llevaba las arras y mi cuñado con mi ahijado que llevó los anillos. Todos dentro, de repente dan la señal y comienza a sonar mi música, "The Ludlows" de la BSO de Leyendas de Pasión tocada en piano. Me agarro del brazo de mi padre y bajo las escaleras de entrada más feliz y serena que nunca. Camino por el pasillo y al girar hacia el pasillo central veo a mi futuro marido llorando como una magdalena. Casi instintivamente bajo la cabeza emocionada pero logro sobreponerme cuando al llegar al altar me abraza tiernamente.
La ceremonia transcurre en lo que nos parece un suspiro. Todos se giran al oír cantar al fantástico coro que unos buenos amigos nos han regalado y en el que canta una maravillosa soprano que aunque está empezando dará que hablar en el futuro. Familiares y amigos participan en la ceremonia y el cura nos lo pone todo muy fácil. Curiosamente al final nos fue imposible quedar antes de la fecha y fuimos improvisando todo siguiendo sus directrices. No teníamos ni idea de qué decir y salió rodado.
Qué momento tan bonito cuando al final de la ceremonia el coro cantó la Salve marinera en honor a mi padre. ¡No se lo esperaba para nada y se emocionó muchísimo!
Vamos a salir y mi suegra que no aparece. Se había ido con un hermano suyo. Vamos a buscarla y salimos y con los nervios les digo que salgan ellos antes. Creo que somos la única boda en la que los padrinos salen antes que los novios. Una vez fuera todo son besos, abrazos, felicitaciones, fotos, etc. la gente empieza a marcharse y nuestros fotógrafos aprovechan la zona para coger la poca luz de día que queda.
Nos dirigimos al banquete, que tuvo lugar en una granja reconvertida a masía para bodas. El lugar asombra a todos por lo diferente y bonito que es. Hay dos edificios conectados por un jardín intermedio. En uno de ellos, donde se monta el baile, hay una zona de biblioteca preciosa donde aprovechamos para hacernos las fotos antes de entrar al cocktail.
Decidí la música in extremis el jueves antes de la boda pero puedo decir que nuestra entrada al cocktail fue única y espectacular. Pusimos la Alborada de Veiga y Muiñeira de Chantada de Carlos Núñez y toda mi familia gallega se vino arriba y se pusieron a bailar como locos. Fue precioso y totalmente improvisado, un momento de total conexión entre nosotros y el mejor momento para hacer referencia a mi tierra querida.
Disfrutamos de un cocktail maravilloso con nuestros invitados, hablando con todos ellos. El servicio fue impecable y el buffet de quesos que contratamos estaba chulísimo. Aunque cuando llegamos cayeron unas gotas, al final el tiempo acompañó y pudimos disfrutar del jardín, aunque más de una invitada se quedó clavada en el césped porque había llovido días antes.
Entramos al banquete con la BSO de Conan, mi ya marido súper emocionado. Disfrutamos de la comida y entre plato y plato nos fuimos acercando a hablar con las mesas. Es la ventaja de tener pocos invitados, ¡que hablas con todos! El maître, siempre atento, nos fue guiando por todos los momentos especiales. Para la tarta elegimos una canción de Nickelback, “Never gonna be alone”, y cortamos la tarta que mi madre nos hizo. Como el postre era tarta tampoco vimos necesidad de comprar una para el corte y la verdad que la que nos hizo mi madre fue preciosa.
Llegó el momento de los regalos con la BSO de la Vida es Bella. Regalamos a las madres unos pendientes y una cesta de flores en los tonos de la boda y a mi padre una foto del barco que él capitaneaba cuando navegaba. ¡Otra vez vuelta a las lágrimas! Para mi hermana unos pendientes y mi ramo. Para todos y para mi cuñado también una foto de nuestro preboda enmarcada. También montamos un ramo para mi cuñada, porque nos hacía ilusión tener un detalle con ella y como era el santo de mi cuñado aprovechamos para regalarle el clásico jersey.
De repente nos sorprendieron a nosotros. Mi prima entró con una cesta envuelta en celofán llena de galletas con nuestras fotos impresas. La novia de su hermano, que no pudo venir, se dedica a estas cosas y quisieron tener este bonito detalle con nosotros. Había fotos de pequeños, de más mayores, con familia, fue muy bonito.
Después repartimos nuestros detalles: Pulseras hechas por mi cuñada y por mí con mineral de amatista y botellitas de mistela, en honor a la tierra donde nos casamos.
Pasamos a la zona de baile y teníamos preparado un proyector para proyectar nuestro vídeo preboda. ¿Cuál es nuestra sorpresa? Que en lugar de ese proyectaron un vídeo que nos hizo mi hermana en colaboración con el resto de la familia. Lloramos de felicidad y también un poco de tristeza pero fue muy bonito.
Luego tiré mi ramo de chuches al ritmo de “Single Ladies” de Beyoncé y lo cogió una de mis primas haciendo un perfecto placaje.
Abrimos el baile con una balada heavy muy especial para nosotros "Hold on to my heart" de WASP. Habíamos ensayado ese momento tantas veces que parecía no estar pasando. Solos él y yo aunque rodeados de gente, mirándonos fijamente, cantándonos la letra, un recuerdo imborrable. A continuación con el vals de Amelie que yo bailé con mi padre y él con su madre dimos el pistoletazo de salida a la discomóvil.
La gente disfrutó un montón. Pusimos un libro de firmas y un recipiente con pulseras luminosas para que todos se las pusieran. Los que quisieron bailar bailaron, los que no, pudieron charlar sentados en los dos porches de la casa y los niños corrieron a su aire porque no había peligro de que salieran del área.
Bailamos hasta decir basta y a las 4:30 h se nos acabó la música. Ya quedábamos pocos así que recogimos con tranquilidad y sobre las 5 h nos fuimos.
Decidimos dormir en nuestra casa y fue cuanto menos curioso subir en el ascensor en el que subimos todos los días los dos vestidos de novios y ya cansados. Me quité los cientos de horquillas que llevaba en el pelo y mi marido me ayudó a desabrochar los botones de la espalda del traje. No tuvimos fuerzas para mucho más. El domingo teníamos que levantarnos relativamente pronto para ir todos mis familiares juntos a comer al campo a casa de mis padres. Hicimos paella para todos y sacamos nuevamente la tarta. Pasamos el día y poco a poco la gente se fue despidiendo.
Ahí fuimos conscientes de que nuestra boda se estaba acabando, de que este sueño llegaba a su fin. Hubo lágrimas de despedida de gente que pasarán meses hasta que volvamos a ver y un agradecimiento infinito por su presencia que aún hoy no sé cómo expresar con palabras sin quedarme corta.
El lunes posterior partimos hacia Riviera Maya donde pasamos 7 días increíbles.
Y así hasta hoy, 5 meses después, ¡igual de felices que el primer día y que dure mucho más!
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