La boda de Fer y Kris en Lluchmajor, Islas Baleares

El día de nuestra boda

Me levanté igual que siempre, directamente a hacer café. A las 10 fui a hacerme la manicura y a las 14h llegó la maquilladora a casa, después llegaron los fotógrafos y ya empezó a correr el reloj demasiado rápido.

Después de vestirme y empezar a salir de casa, empezó la “fiesta” en mi estómago, no sabía si reír, llorar, gritar o todo a la vez. Me llevaba mi padre y durante los 40 minutos de coche que teníamos no sé cuántas veces releí mis votos, emocionándome cada vez y pensando que me gustaría no llorar mientras se los leyera a mi futuro marido.

Al llegar tuve que esperar, porque faltaban algunos invitados, mientras mi padre iba viendo cómo llegaban los últimos y yo sin querer mirar por miedo a romper a llorar antes de hora. Finalmente llegó mi canción (Ozzy Osbourne-Dreamer) y la hora de mi entrada, seguía sin mirar a la gente y, hasta que mi marido abrió la puerta del coche, no me decidí a mirarle. ¡Estaba espectacular! ¡Me emocionó verlo tan elegante y tan guapo! Y él se emocionó y rompió a llorar al verme a mí. Mis ojos iban por su cuenta, empezaron a humedecerse mientras que yo gritaba a mi cerebro que no quería llorar. Me temblaba hasta el alma. Luego ya llegado él al altar, mi padre me aguantaba con fuerza, cogidos de la mano, llegamos donde estaban mi suegra y su hijo y me entregó dándole un fuerte abrazo. Cada vez que recuerdo ese momento no puedo evitar llorar... Y ya, nos casó mi cuñado, mi hija mayor (de 4 años) nos trajo los anillos y pronunciamos nuestros votos. Muy emotivo todo.