La boda de Fer y Angeles en Madrid, Madrid
Primavera Naranja 3 profesionales
F&A
12 Mar, 2016El día de nuestra boda
Cinco meses de preparativos y ya llegó el día. En un principio iba a ser una pequeña ceremonia, una boda discreta y poco a poco fuimos añadiendo cosillas hasta que se convirtió en "toda una boda", preludio de un gran día.
Todo lo preparamos con muchísimo ilusión, nosotros hicimos las invitaciones, los centros de mesa, los regalitos. Escogimos exactamente la música que queríamos y volvimos un poco locos a los responsables del salón donde celebramos la comida, y ellos se prestaron a todas nuestras ideas, de mil amores.
Toda la semana previa a nuestro día estuvo lloviendo y dimos por hecho que llovería, sin embargo salió un día precioso lleno de sol y tan brillante y alegre como nosotros nos sentíamos.
Empecé el día sin nervios, rodeada de mis amigas que vinieron desde fuera de Madrid y de mi hermana y sobrina, mis grandes ayudas. La estilista que vino a maquillarnos y peinarnos llego puntual y empezamos con el lio de vestirnos y arreglarnos todas a la vez entre risas. El ramo de novia, también llegó en hora ¡espectacular!, todo marchaba según lo previsto.
Seguir leyendo »Al poco llego mi tía con sus dotes de mando y organización (agradecida hasta el infinito) y mi hermano y mi hijo con una botella de cava para empezar a brindar por el maravilloso día.
Con tiempo más que suficiente, yo ya estaba lista con el que me parece el vestido verde más bonito del mundo sintiéndome espectacular dentro de él, el ramo en una mano y una copa de cava en la otra y sintiéndome completamente feliz, y la estilista que no termina de "apañar" a mi sobrina y mi hermana y ahí fue donde empezaron mis nervios.
A media hora de la ceremonia, todavía estábamos en casa.... y mi futuro maridín rodeado de los invitados y llamándome nervioso que cuando llegaba. Mis amigas metiendo prisa, mi hermana terminando de vestirse, mi sobrina dando retoques a su maquillaje, mi hijo diciendo que no se creía que íbamos a llegar tarde...¡Momento de crisis!
Salimos de casa con las prisas. Las chaquetas por si hace frío, ¿Dónde está el cargador del móvil? ¿y la bolsita con los pétalos de flores?, ¡Falta papá!¿Dónde se ha metido? ¡Que no se nos olvide la bolsa con los zapatos para cambiarnos después! Y mi futuro maridín, seguía llamando... ¿Pero dónde estás?, ¡El concejal dice que si no llegas en hora no nos casa!
Ahora, al pensarlo me entra la risa, pero en ese momento no me llegaba la camisa al cuello...
Por fin salimos del portal y me encuentro la primera sorpresa. El coche naranja de mi hermana está adornado con globos, corazones de purpurina en las ventanas y docena de cintas de colores. Mi tía, mi hermana y mi sobrina se han lucido al dejar el coche tan precioso, y yo al verlo ya empiezo a llorar. En ese momento me olvidé de que llegaba tarde, de las prisas y el concejal esperando y tenemos un momento de abrazos, mientras mi hijo empieza a empujarme para que me meta en el coche y nos vamos ¡ya!
Como solo estoy a 10 minutos del lugar de la ceremonia, y tenemos la gran suerte de que todos los semáforos están en verde, conseguimos llegar solo 5 minutos tarde.
Mi futuro maridín, guapísimo esperando a la puerta, el concejal impaciente y todos los invitados sentados en sus sitios como niños buenos. Me recibe a la puerta del retiro una quedada de moteros que al verme bajar del coche con globos y cintas de colores hacen sonar de forma atronadora todos sus tubos de escape.
Dentro de la junta nos reciben entre aplausos de nuestra familia y amigos y el concejal mirándome de reojo.... Por fin nos casa. Rapidito, que hay otra boda en 15 minutos, casi se come las palabras… ¡Y ya estamos casados!
Abrazos, besos y bromas por mi llegada en extremis, y ahora a compensar la rapidez de la ceremonia civil.
Ya en el restaurante nuestros hijos nos sorprendieron con unos emotivos discursitos y no nos contuvimos... Yo llorando y secándome las lágrimas con una servilleta, mi ya maridín llorando y apretándome fuerte, la nena, Patricia, la primera en leer, llorando, Adrián mi niño, emocionado, cogiéndome muy fuerte de la mano, Manuel, el pequeño de nuestros chicos llorando a moco tendido...
Y así paso el día, entre risas, lloros, alegrías y emociones nada contenidas, una tras otra, con sorpresas inesperadas, con baile, música y el calor de los abrazos, rodeados de nuestras familias, nuestros hijos y nuestros amigos de toda la vida. Un día especial, que se pasó muy rápido... ¡y disfrutamos mucho, mucho, mucho! celebrando la vida, todos juntos.
Servicios y Profesionales de la Boda de Fer y Angeles



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