La boda de Fco. Javier y Paloma en Cáceres, Cáceres
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30 Jun, 2012El día de nuestra boda
Todo empezó el 1 de julio de 2011, ese día Javi se puso de rodillas y me pidió matrimonio. Pusimos fecha ese mismo día y decidimos que nuestra boda sería el 30 de junio de 2012, así coincidiría con el cumpleaños de mi hermana y el mío.
Después de meses de preparativos y casi sin darnos cuenta llegó el 29 de junio, era el día en el que llegaban nuestras familias y amigos de fuera de Madrid. Por la mañana llegaron los padres y hermanos y por la noche los amigos, yo me quedaba a dormir en el hotel donde celebrábamos nuestra boda y veía llegar a todos los que ese día se quedaban en la ciudad.
Antes de irme a dormir quería llamar al que sería mi marido al día siguiente, pero cuando iba a marcar el número...¡llamada inesperada de los amigos del pueblo que nos cantaban riendo las rondas típicas de los novios!
Fue una noche en la que Javi y yo no paramos de llamarnos, de enviarnos mensajes. Nervios, emoción, vueltas y vueltas en la cama y tan solo 3 horas de sueño que daban como resultado estar en pie a las 6 de la mañana.
Seguir leyendo »Había mucho que organizar así que a eso de las 9 y con la ayuda de mi hermana Cristina y su novio, sacamos el vestido de su funda, pusimos los zapatos en una butaca, preparamos un poco la habitación y tuvimos una charla muy emotiva.
Pasaba el tiempo y tocaba decorar el salón de la ceremonia y el del banquete, flores, chucherías, meseros...todo estaba a punto. Mi familia y yo salimos a comer a un restaurante cercano y entre unas cosas y otras era hora de ir a la peluquería. Nos esperaba el fotógrafo que no paró de hacer fotos, mi madre, mis hermanas y yo parecíamos marujas con los rulos y el secador.
El calor era asfixiante y yo me ponía colorada, dos horas después de ponerme los rulos me peinaron y maquillaron y el taxi estaba en la puerta de la peluquería. En cinco minutos llegamos al hotel y sin comerlo ni beberlo estaban en recepción todos los invitados que llegaban del pueblo y...¡el novio! Yo corría al ascensor sin pararme un instante y subía a la habitación como un rayo junto con el fotógrafo, mi hermana Irene y Emilio que venía a entregarme el ramo.
Me puse el corsé, el liguero, la liga y el cancán y al rato mi hermana Cristina llamaba a la puerta. Entre Irene y ella me pusieron el vestido y mi madre subió a la habitación más tarde para abrochar los botones.
No paraba de llegar gente y más gente que no hacían más que ponerme nerviosa pero no podía dejar de sonreír...¡En media hora me convertiría en mujer del hombre más maravilloso que jamás había conocido! Me quedé un rato a solas frente al espejo viendo mi vestido blanco y sintiendo que era la mujer más feliz del mundo.
Finalmente y cuando todos bajaron a la ceremonia, mi padre y yo nos quedamos a solas y me dijo una frase preciosa: Eres y serás mi niña pequeña pero ya eres una mujer, disfruta de esta nueva etapa de tu vida y sed tan felices como lo somos mamá y yo. ¡No quería llorar!
Nos llamaron de recepción para decirnos que todos estaban ya esperando, la emoción y el ver como mi padre me llevaba del brazo con la cabeza bien alta fue una sensación maravillosa.
Quería tomar aire antes de entrar a la ceremonia así que paramos un momento y se abrieron las puertas, allí al final del pasillo estaba él con su traje gris y una gran sonrisa. Todos nos miraban y de fondo sonaba el "Canon" de Pachelbel, mágico, único...
Nuestro amigo Alberto ofició la ceremonia y nos convirtió en matrimonio, fue una ceremonia emotiva. Mi madre y mi hermana Cris nos dedicaron unas palabras y el hermano de Javier y su novia leyeron una parte de "El Principito". El momento más especial fue cuando nos entregamos las alianzas y Alberto dijo "Os declaro marido y mujer".
Fuimos a hacernos las fotos de rigor en el hotel y luego al cóctelde bienvenida donde no pudimos comer nada porque todos nos pedían fotos y abrazos, se respiraba felicidad y todos nos decían que había sido una ceremonia preciosa.
Fuimos al salón del banquete y nos dieron unas copas de cava, cenamos un menú estupendo, repartimos regalos y le entregué mi ramo a Irene...nos pusimos a llorar. Mi hermano Carlos me dijo lo guapa que estaba y pude hablar con mis tíos a los que hacía años que no veía.
Yo me sentía una princesa y lograba que los invitados estuvieran bien.
¡A las 12 los invitados se pusieron en pie para cantarme el cumpleaños feliz! Me cogieron la cola del vestido y comenzó el baile que empezaba lento y seguía con trozos de canciones como " Los pajaritos", "La macarena", en fin...canciones muy del verano y un poco tontas. Pero todos se reían y nosotros con ellos.
La fiesta fue muy divertida con el photocall y los invitados disfrazados, nosotros no paramos de bailar.
Fue el día más especial, emocionante, emotivo, bonito, romántico e importante de mi vida...y es que el amor es lo más importante.
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