La boda de Fali y Cris en Alcalá De Henares, Madrid
De noche Verano Azul 8 profesionales
F&C
01 Jul, 2017El día de nuestra boda
El día de mi boda fue espectacular, 1 de julio de 2017. Empecé mi día levantándome en casa de mis padres (llevo viviendo fuera más de 6 años, pero mi madre quería que esa noche la pasara ahí y seguir la tradición de no ver al novio el día de la boda hasta que llegase la ceremonia). Total, me levanté, desayuné charlando con mi madre (iba a decir tranquilamente, pero mentiría, dormí fatal con los nervios y me levanté nerviosa perdida).
Mientras charlábamos llamaron mis tíos, venían de Alicante, y ya estaban cerca, venían a casa a vernos. Aparecieron con churros y chocolate para desayunar juntos. Les acompañé a la mesa sin comer nada mientras nos contaban qué tal su viaje. Mis nervios seguían dando vueltas por mi estómago.
Al ratín de irse mis tíos, llaman a la puerta y preguntan por mí. Me asomo y es la hermana de una amiga con una cesta de flores preciosa. Mi amiga, que se casó una semana antes que yo, no pudo venir a la boda porque estaba en su Luna de Miel, por lo que quiso tener un detalle conmigo y me mandó las flores con su hermana, para que fuese más personal. Yo no sabía ni qué decir, me quedé flipada.
Seguir leyendo »Empezó a avanzar la mañana a una velocidad que no me lo podía creer y tuvimos que cambiar los planes porque mi cuñada iba con retraso y mi hermano que estaba esperándola tenía que venir a por mi hermana a casa para que esta le llevara a por el coche de alquiler que me regaló para la boda. Pero se hacía tarde, mi hermana se tuvo que ir a la peluquería y yo, estando en la ducha, me entero de que tengo que llevar a mi hermano a por el coche. Allá fuimos, mis nervios y yo.
Al volver, mi hermana aún en la pelu, me dice que le diga a mi madre que baje y que yo no me mueva de casa. Ay madre, me dejan sola y de los nervios. El tiempo pasa y yo sola, estresada y sin poder moverme.
Tenía que comer algo porque sino me iba a dar un patatús, así que me hice un sandwich de pavo (yuju, cuánto alimento...) y me lo comí con desgana, porque no me entraba.
Por fin, me llama mi hermana, que viene a buscarme, que no salga. Viene a por mí y me hace bajar la escalera con los ojos cerrados hasta salir del portal. Raro, raro... y me voy a la pelu. Mi madre estaba allí terminando y a mi hermana le esperaba la maquilladora que acababa de llegar a casa de mis padres. A todo esto, mi padre y mi hermano por ahí perdidos con el cochecito...
En la pelu charlando y tal se nos pasó el tiempo volando y de pronto me dí cuenta de que iba tarde para maquillarme y los fotógrafos, que iban a llegar los fotógrafos, y yo iba a estar sin maquillar... ¡No! La peluquera, la pobre, no daba más de sí.
Total, subo, ya sí me dejan subir con los ojos abiertos. La cosa era que una vecina me había decorado la escalera y no querían que lo viese todavía.
Me lavo los dientes, viendo que no me va a dar tiempo a nada más, y me siento con la maquilladora. 5 minutos despúes llegan los fotógrafos... ¡Mal! Ya agobiada todo el rato, todo corriendo, la maquilladora que no le daba la vida y a mí que le da a mis ojos por llorarme (no de pena ni de emoción ni nada eh, solo que me lloraban como alergicosos). La maquilladora que me quería matar y los fotógrafos estresando a mi madre ya mi hermana, que si sacadnos los zapatos de la novia, los pendientes, las alianzas,...
Me acaba de maquillar la chica y me meto a vestir corriendo. Mi hermana ayudándome, los fotógrafos que no me abrochara el vestido para hacer fotos, que no me pusiera los zapatos, yo con los zapatos ya puestos. De los nervios, total, fotos por aquí, fotos por allá, ponte así, mira para el otro lado. A mí no me gusta posar, os podéis imaginar el rato chungo que pasé. Luego nos hicimos las típicas fotos familiares, y ala, danzando para el hotel.
A partir de ahí, todo fue increíble. Llegamos con el coche mientras la gente aún estaba fuera, la idea en principio era que todo el mundo estuviese dentro para que viesen la entrada del novio, pero mi hermano quería enseñar el coche y como íbamos con tiempo, le dijimos a mi hermana que se hicieran los locos cuando les mandasen entrar hasta que nos viesen. Paramos con el coche delante del hotel, no me veían por las lunas tintadas, aplaudían y nos fuimos para dar una vuelta mientras la gente entrababa.
Volvimos, mi hermano se fue dentro y mi padre y yo esperamos en el coche para que nos diesen paso, mientras entraba mi chico para que no me viese. Desde el coche escuché la canción de su entrada (All of me, de John Legend) y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Me puse más nerviosa... Vinieron a buscarme y se me fueron los nervios según puse un pie dentro del hotel. Me llevaron hasta la alfombra, empezó mi canción (Everything I do, I do it for you, de Bryan Adams) y entré decidida, sonriente, segura de mí misma, feliz. Cuando enfilé el pasillo central vi a mi ahora marido llorando, se habían cambiado las tornas, la llorona normalmente soy yo. Y aguanté como una campeona, llegué hasta él sonriendo, le di un beso en la mejilla y le limpié las lagrimitas. Y él no podía parar... Me parecía tan tierno... La gente ya emocionada claro, los primeros llantos ya aparecían.
Empezó la ceremonia, las 20:00. En realidad nos habíamos casado por lo civil el día antes en un notario, así que esto era nuestra ceremonia ficticia, de la que se hacían cargo un amigo de mi chico y una amiga mía. La ceremonia fue preciosa, salieron a hablar mi hermana, nuestra sobrina, una amiga mía, un amigo de mi marido y luego dijeron sus palabras mi amiga y su amigo los ceremoniantes. Mi cuñado salió a hablar, de espontáneo (no estaba planeado). Luego los anillos, los sí quieros y esas cosas. Nuestro beso y al acabar mi chico cogió el micro para dar las gracias a los invitados por venir, en especial a sus abuelos porque para ellos había sido un gran esfuerzo (vinieron desde Cádiz a Madrid, son mayores y están pachuchillos). Después de hacer a la gente llorar más, me dio las gracias a mí "porque Madrid sin ti no sería lo mismo" me dijo, y yo, que ya había conseguido recomponerme (ya lloré durante la ceremonia), otra vez a llorar.
Empezó a sonar nuestra canción de final de ceremonia (Nada valgo sin tu amor, de Juanes) y la gente empezó a acercarse a saludar. La mayoría venían llorando o con cara de haber llorado. Fue super emocionante y bonito.
Luego fotos, muchas fotos, con prisa, queríamos volver con la gente. Nos unimos al cóctel con una copa de champán para brindar y la marcha nupcial de fondo. Y después mis pies me dijeron "chiquilla, no aguantamos más". Se me habían hinchado muchísimo y me dolían horrores, tuve que ponerme en el cóctel mis zapatos opción B, que guardaba para la fiesta, pero no podía más. Lo que tardaron en traerme los zapatos, el cóctel acabó y la gente entró al salón.
Y aquí vino nuestra gran entrada, con la que todo el mundo flipó. Desde fuera, desde la zona del cóctel, se escuchaba el sonido del salón. Empezó la canción, The final countdown, de Europe, y la gente flipó. Aplaudieron, gritaron y silvaron, pero como no entrábamos se quedaron en silencio. Nosotros fuera, a un lado para que no nos viesen, esperando el primer subidón de la música. Y ahí entramos, cogidos de la mano, dando saltos, él con el otro brazo arriba animando a la gente y yo meneando el ramo en el aire (no sé cómo no lo destrocé). ¡Y los gritos, silvidos y aplausos volvieron! Fuimos así dando una vuelta alrededor de todas las mesas y cuando llegamos delante de la nuestra nos paramos y nos dimos un beso, más gritos y aplausos. Nos pusimos en nuestro sitio de nuestra mesa justo con un "Is the final countdown" y la gente cantaba con nosotros, fue brutal. Un buen rollo impresionante.
Luego la cena, pues nada, mucho pasear y poco comer, ya se sabe. En cada plato nos dábamos un paseo para visitar las mesas. Durante el sorbete teníamos pactado con el hotel que nos tenían que poner una canción y la utilizaría para darle el ramo a mi hermana. Pero no era una canción lenta de estas de hermanas que se quieren mucho, porque nosotras no somos así (sí nos queremos, claro, pero no somos de decirnoslo ni de hacernos carantoñas). Era una canción divertida, que a mi hermana le gusta y para que la gente se levantara a bailar. Así que empezó la canción (Mambo nº5, de Lou Bega) y nos levantamos los dos animando a la gente a levantarse con nosotros. Nos pusimos a bailar delante de la mesa como si simplemente fuese eso, un rato de baile y cuando me pareció que mi hermana estaba entretenida bailando y no se iba a dar cuenta, cogí el ramo y, bailando, me acerqué a dárselo. Aplausos, abrazo y mi hermana y yo, que somos como somos, seguimos con el bailecito. ¡Fue un momento superchulo!!
Luego se siguió con la cena, el momento tarta, haciendo el idiota con la espada (si no hacemos el payaso, no somos nosotros) y bailando un poco también. Aquí la canción escogida fue Te amaré, de Marc Anthony.
Despúes repartimos los regalitos, mi hermana y mi cuñada los de las chicas, mi hermano y mi cuñado los de los chicos, mi marido los de los niños y yo los alfileres. Por cierto, a los niños les pusimos un animador y tanto niños como padres encantados.
Abrimos el baile con nuestra canción, esa canción que nos dedicábamos cuando él después del curso en el que nos conocimos se volvió a Cádiz, a su casa, y viviendo allí aún no sabíamos si iba a volver a Madrid, Nuestro amor será leyenda, de Alejandro Sanz. Bailamos juntos y luego yo con mi padre y él con su madre. Y cuando estaba acabando la canción, se me acerca mi marido y me dice "y ahora vas a saber por qué he estado dos meses desapareciendo de casa los domingos". Y se echan a la pista sus amigos todos con sombrero negro y le dan uno blanco a él y empieza a sonar Everybody BackStreet Back de los BackStreet Boys. Hicieron un baile super currado, me quedé flipada porque hasta entonces a mi marido no le había visto levantar los pies del suelo para bailar en la vida. ¡Les quedó genial! Y después de los aplausos, adelante la barra libre.
El tiempo pasó volando y cuando me quise dar cuenta estaba amaneciendo. Acabamos la fiesta ya de día, reventados pero eufóricos aún. Cuando nos subimos a la habitación del hotel (nos regalaban la suite) eran las 8:00. Encendimos el jacuzzi y bueno, el resto ya es la intimidad de la noche (o más bien mañana) de bodas.
Fue una boda genial, superbuen rollo, la gente superanimada. Nosotros pletóricos, el clima fue perfecto, la ceremonia emotiva, bonita y divertida a la vez. Gente emocionada (mucha gente muy emocionada), entrada al salón brutal.
Todos los invitados encantados, superllenos de comida, supercontentos. La mayoría de la gente me ha dicho que ha sido la mejor boda que han ido, tengo un primo que aún flipa y me lo dice cuando nos vemos.
Un día inolvidable, precioso. Podría decir que el mejor día de mi vida hasta ahora. Me lo pasé genial y disfruté muchísimo, dejando apartados los nervios y la vergüenza, siendo yo, pero bien venida arriba.
Para las siguientes, disfrutadlo mucho, porque pasa muy rápido. ¡Pero rápido, rápido! Yo pensaba que era exagerado cuando me lo decían, pero no. En serio, las horas vuelan. Concentraos en pasar vuestro día lo mejor posible, si algo se tuerce un poco (mi DJ hizo un poco lo que quiso, pero no le doy importancia) no dejéis que os amargue, seguid adelante, disfrutad todo lo que podáis, que pasará deprisa y una vez pasado no hay vuelta atrás.
Espero no haberos aburrido con mi historia. Cuando empiezo a escribir no sé cuándo acabar. ¡Suerte a todas! ¡Sed muy felices!
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