La boda de Fabrizio y Luz en Oviedo, Asturias

Para la decoración contamos con las chicas de Retrocaravan, el Botón Rosa y fueron geniales, pusieron todo a nuestro gusto y con mil detalles que nos encantaron. Disfruté de todo mi día sin parar. Salvo un imprevisto que no dependía de mí (la peluquera llegó tarde y tardó más de la cuenta) pero por lo demás todo salió mejor de lo que esperábamos; mi consejo es que disfrutéis, que os olvidéis de todo, que penséis que habéis pasado mucho tiempo preparándolo todo y que toda la gente que os quiere están allí por y para vosotros.

Desde que me levanté hasta que llegué a la iglesia pasaron más de 4 horas y a partir de ahí todo empezó a volar, pero hay escenas que se quedaron impresas en mí; la mano de mi papá (¿qué guapo es mi padre eh?) agarrada a la mía en el viaje a la iglesia, la llegada a la plaza y mis hermanos abrazados a mi madre haciéndose fotos y la sonrisa de mi novio que percibí desde la puerta de la iglesia. Creo que ya os lo había contado, cuando voy a las bodas y llega la novia, echo la mirada también al novio para ver su emoción, y el brillo de sus ojos, ese brillo y esa sonrisa se ha quedado en mí presente.

La misa pasó muy deprisa, pero la recuerdo perfectamente. Y cuando salimos de la iglesia por fin, vi a toda la gente, y sentí esa sensación indescriptible de felicidad plena, de ver a todas y cada una de las personas importantes de nuestras vidas.

La sesión de fotos fue mejor que mejor, nos hizo las fotos Eduardo Brena que es un gran profesional que nos trató genial, además de hacer un trabajo impecable.

Cuando llegamos al restaurante, la llegada no pudo ser mejor, fue ya el momento de ver a todo el mundo con más tranquilidad. Y en esos momentos es cuando también vemos la decoración y los detalles en los que hemos pensado tanto tiempo.

Fue perfecto, divertido y mágico, y muy corto chicos, eso sí que es verdad; pero me quedo con las sonrisas, la música, los abrazos y los besos de todos los que nos aman, y sobre todo con un recuerdo imborrable del día más hermoso.

Otro momento inolvidable es el de la tarta y el del primer baile. Os aconsejo que elijáis una canción que os guste y os represente, nosotros bailamos “La vie en Rose” como no podía ser de otra manera, ¡y fue genial! Y antes mi novio hizo un discurso 'improvisado' (creo que un poco lo había preparado) que me dejó sin palabras y aún así tuve la fuerza para hablarles a todos mis invitados y decirles lo mucho que les quiero. No me enrollo más, simplemente deciros que lo más bonito es lo que se queda para siempre, y el tiempo que pasamos preparando nuestra boda vale la pena, porque esas fotos de esos momentos son tatuajes en nuestra memoria que nos harán felices siempre, y representan el símbolo más bonito de nuestro amor. Es increíble cómo todo se pasa volando sin pensar y todos los sueños se cumplen, os deseo mucha felicidad y mucha alegría en toda vuestra vida.