La boda de Eva y Daniel en Brañosera, Palencia
En el campo Verano Naranja 2 profesionales
E&D
08 Jul, 2017El día de nuestra boda
¡Hola a todos/as! Bienvenidos a la crónica de nuestra boda.
En primer lugar, me presento, mi nombre es Eva. No me considero la novia estándar, y aunque no volveré a reconocerlo, sí que había soñado con el día de mi boda. El lugar sí que fue el que soñé, sin embargo, el resto no tuvo nada que ver. Sin embargo, el día superó con creces, el mejor de mis sueños.
La ceremonia se celebró en el pueblo de mi padre, Valberzoso provincia de Palencia. Llevo enamorada de este pueblo desde pequeña. La iglesia es una joya románica del siglo XI en plena montaña palentina, ¡el marco no pudo ser mejor!
Aunque la boda se celebró a las cinco de la tarde, desde por la mañana ya empieza la actividad. Sin prisa, pero sin pausa, nos levantamos sobre las nueve y empezamos a preparar la casa para cuando llegase la fotógrafa, Andrea Jiménez. Pasar la mopa, colgar el vestido, acomodar los zapatos y complementos, etc. ¡Quedó de película el cuarto
Mientras desayunábamos, ¡la gata de mi madre se escapa de casa! ¡Se volvió a meter en casa por donde había salido, también quería su parte de protagonismo!
Seguir leyendo »Llegó la hora de ir preparándose. Me despido de mi ya marido. Él se quedaría en el pueblo con los chicos, y con los niños decorando la plaza. Las chicas no fuimos a Reinosa a arreglarnos.
Soy bastante perezosa y no me había hecho tratamientos preboda, ni una limpieza de cutis, por lo que me llevé alguna reprimenda, sin embargo, el resultado fue perfecto. Las encargadas de obrar el milagro fueron Sira Camacho Peluqueros, y Belleza y Salud Rocío Mendes. No puedo estar más contenta con el resultado.
Terminado de maquillarme, Tere, responsable de Natura Flores y Plantas, me entregó el ramo, y los prendidos para los chicos: novio, padrino y padre del novio. ¡Otro acierto de pleno!
De vuelta a casa, sin tiempo ni ganas de comer, recibo a Andrea Jiménez, la fotógrafa de nuestra boda, para las fotos en casa. Su reseña podéis encontrarla en el apartado de proveedores, pero no me cansaré de recomendarla. Ella tiene un “je ne sais quoi” que hace que su trabajo hable por sí mismo.
Desde el momento en que te vistes, y sabes que ya ha llegado la hora, que no queda nada, que ya estás ahí: compuesta de arriba abajo. Es un hormigueo tremendo. ¡Subo al coche de bodas, y nervios, nervios, más nervios! Bueno, al bajar, ver a mi chico y todo el mundo esperando en la puesta de iglesia, parecía que no iba a llegar nunca, pero increíblemente me calme. “Vale, ya estamos aquí”.
La ceremonia fue muy familiar y participativa, hablaron los padres, hermanos, amigos, etc., soltamos lagrimitas y alguna carcajada también. El párroco llevó la batuta con maestría y nos regaló una ceremonia preciosa, emotiva y diferente. Porque decidme, ¿cuántas bodas habéis visto, donde los novios hagan el rito del matrimonio detrás del altar, de cara a todos los invitados? Yo nunca lo había visto, y me encantó. El párroco se quedó a un lado del altar, y nosotros detrás del altar dijimos los votos e intercambiamos los anillos.
Salida de la ceremonia y ¡lluvia de confeti! Pasados los nervios de la ceremonia, ya solo nos quedaba disfrutar de nuestros invitados y del banquete. Llegamos a la finca donde lo celebrábamos, el Molino la Vega en Reinosilla, provincia de Cantabria. También podéis leer mi reseña en el apartado de proveedores. Finca idílica en Valdeolea, un valle montañés cántabro espectacular.
Llegamos con nuestro coche de bodas, perdón, furgoneta de bodas. Aún no la he mencionado, quizás por celos, y es que realmente, nos quitó en parte el protagonismo. La volkswaguen T2 que mi chico restauró los meses previos a la boda, causó verdadero furor. “La Granada Mecánica”, como me gusta llamarla, me llevó a la iglesia y luego a los dos a la celebración. Creo que todos los invitados tienen al menos una foto con la furgoneta, que igual todos con nosotros no la tienen, y eso que éramos apenas 90 personas.
El caso, todo salió genial, comimos, bebimos, nos reímos, lloramos, nos abrazamos, bailamos… Todo el kit de emociones para una boda, ocurrió en la nuestra. Por eso creo que nada podía haber salido mejor.
Felizmente casada con mi ya marido, novio después de 10 años, solo puedo deciros que lo mejor, está aún por llegar. Un beso a todos/as, y espero que hayáis disfrutado y que disfrutéis tanto como mi chico y yo, el día de vuestra boda.
PD: las fotos que adjunto, están hechas por los invitados. Nos las compartieron con la app Wedshoots que ofrece Bodas.net.
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