La boda de Esther y Andrés en Segovia, Segovia
En el campo Primavera Rojo 1 profesionales
E&A
07 Jun, 2013El día de nuestra boda
Preparada con mucho cariño e ilusión desde el primer momento, elegimos el CORAZÓN como el leit motiv de nuestra Gran Boda. Y, sinceramente, tengo claro que ese día tan especial conseguimos llegar a los corazones de mucha gente...
El día de mi Gran Boda fue super EMOTIVO. Aunque he ido a pocas bodas, creo que no puede haber muchas en las que se llore tanto como en la mía. Y es que en mi boda "lloró hasta el apuntador" ;) Que yo iba a llorar lo tenía claro (pues soy "de lágrima fácil"), sin embargo, ver llorar a mi inminente esposo cuando me tuvo junto a él a lágrima tendida me superó. Algo parecido les pasó a familiares y amigos que, al vernos llorar, les contagiamos nuestra emoción y aquello parecía más que una boda un funeral ;)
Una invitada muy querida (Angelines, la madre de la pareja de mi hermano) definía mi boda como "un cuento de hadas". No sé si es la mejor definición de cómo fue mi boda pero lo que sí sé es que - a pesar de ser algo muy manido - mi boda fue realmente especial y no sólo para mí.
Seguir leyendo »Comencemos por el principio: llegamos la víspera cerca de las 20:30 a La Finca de Duque, en Sotosalbos, para poder decorar y acomodarnos. Aunque la idea era haber estado allí mucho antes, dependíamos de la llegada de Rafael, uno de los hermanos de Andrés (mi pareja) y, como no podía ser de otra forma, su avión se retrasó. Además, venía con la intención de alquilar un monovolumen para poder desplazar toda la decoración (que era mucha). Los asientos traseros y maletero del monovolumen iban llenos de motivos de corazones, de margaritas para los centros de las mesas y de peonías y paniculatas para mi ramo y decoración del coche. La verdad sea dicha, decidimos hacer uso de este enorme coche para transportar todos los objetos decorativos pues, inicialmente, la idea era que las tías de Andrés (nuestras queridísimas Elvia y Bertha) fueran cómodas en este coche espacioso. Lamentablemente, la distancia (viven cerca de Miami) y algún malestar propio de su edad (87 y 90 añitos nada más y nada menos) fueron culpables de que nos pudieran acompañar. Si supiérais la pena que me dio cuando nos dijeron que no venían... (me puse a llorar como una magdalena... :(
Cuando llegamos, lo primero fue ver la disposición de las mesas y los detalles del comedor con Teresa, la RR.PP. de La Finca de Duque, para enseguida acomodar a los invitados en sus habitaciones con corazones personalizados colgando de los picaportes. Las 12 preciosas habitaciones del Hotel las ocupamos al completo entre mi familia, los dos hermanos de Andrés, unos buenos amigos y los fotógrafos.
Tan pronto nos acomodamos, nos pusimos "manos a la obra" y comenzamos a decorar todo lo que pudimos hasta cerca de las 23:30, cuando decidimos parar para cenar algo y descansar un rato (sobre todo por los invitados). Después de la cena, los que aún teníamos fuerzas continuamos con la decoración hasta pasadas las dos de la madrugada. Era divertido ver a todo el mundo entregado con la causa (mi padre, mi madre, mi tía Elena, mi hermana Yoli, mis hermanos Luis y Jesús, mi cuñado Fernando y su madre Angelines y también mis amigos Elena, Mónica y Randy, además de Andrés y yo) poniendo mucho "corazón" en todos los detalles de la decoración. Yo, agotada, no paraba de correr de un lado a otro de la finca (para tardar menos) con mis guantes puestos para no estropearme la manicura.
Aunque caí muerta en la cama, todavía le dediqué un tiempo a mis cremas de noche para estar guapísima el Gran Día. Y es que siguiendo los consejos de esta web, durante meses previos empecé a cuidarme de manera tal que parecía que más que casarme iba a presentarme a un concurso de belleza ;)
Puse el despertador a las 8:00 para intentar descansar un mínimo pero mi amorcito me despertó dándome besos en los labios y preguntando "¿cómo está mi futura esposa?". Pues tu futura esposa estaba... ¡¡¡agotada!!! Aún así, salté de la cama y me enfundé unos vaqueros (como en las pelis, sin ducharme ni nada) para correr a la habitación de mis padres (ellos y nosotros dormimos en unas fantásticas suites) y... ¡¡¡despertales!!! :( A partir de ese momento, seguimos corriendo con la decoración hasta el punto de que empecé a ducharme pasadas las 10:30 ¡¡y me casaba a la una!! Sinceramente, creo que pocas veces he sido tan rápida en la ducha, ya que tenía a mis amigas Elena y Alaina esperándome para maquillarme y peinarme. Fotografía y vídeo también estaban pendientes de saber cuándo podían entrar en la suite a capturar todos los momentos previos.
Fue una auténtica locura lo que pasó en esa habitación antes de partir hacia el Ayuntamiento (bueno, más bien, lo que pasó en ese hotel). La gente corría de una habitación a otra con las toallas puestas, entraban en la mía buscando cosas, preguntando "qué me parecía el ramo", "dónde estaban las medias de la niña de mi chico", "y el esmalte para mi hermana"... si hasta apareció el novio y la fotógrafa le "regañó" por verme mientras me maquillaban. Y yo, mientras tanto, preocupada por todos menos por mí: que si mi madre no iba a tener tiempo de arreglarse, que si el pelo de la niña de mi chico no estaba liso, mirando el iPad para ultimar detalles de los sitios en las mesas...
La boda era a las 13:00 y llegaba a la Plaza Mayor de Segovia a las 13:30 pasadas... A pesar del fresco que se había levantado, el recibimiento no pudo ser más caluroso con un "GUAPA", "GUAPA", "GUAPA"... que me gritaron todos mis amigos y familiares, desde el balcón del Ayuntamiento, y al que se unieron un grupo grande de niños que estaban de excursión. Y yo, que como os decía soy muy sensible, no quería salir del coche porque iba a salir llorando en el vídeo. A pesar de la emoción, tuve fuerza para saludar a mis invitados y también a los niños.
Y qué decir de la entrada en el Ayuntamiento donde - por muy poco - me podía haber visto el novio antes de entrar en la sala pues nos cruzamos. Pero no sólo no me vio en ese momento sino que - cuando lo hizo ya al entrar yo cogida del brazo de mi padre - se emocionó tantísimo que no paró de llorar durante toda la ceremonia. Increíble pero cierto, los lagrimones le caían a borbotones y casi no pudo hablar durante los votos matrimoniales. Nuestros amigos estaban alucinados y no paraban de decir "nunca habíamos visto llorar a Andrés". Yo sí, la verdad, pero ni la milésima parte de lo que lloró en la boda. Todavía no le he preguntado qué pasaba por su cabeza pero supongo que su estallido fue consecuencia de los nervios, de la emoción, del amor que me tiene, de la alegría de llevar a cabo este acto y de la sorpresa que le produjo verme vestida de blanco pues no paraba de decirme "me has engañado, me has engañado". Como yo nunca he sido la típica chica que soñaba con casarse vestida de blanco, pues el tema bodas - hasta ahora - no había ido mucho conmigo, le hice creer que iba con un vestido de colores tono pastel, ji ji ji ji ji.
La ceremonia fue perfecta, con las lecturas elegidas por nosotros (que hicieron mi padre y mi hermana), la música seleccionada con especial mimo también por nosotros y el concejal que nos casó, en lugar del Alcalde que no estaba ese día, y que no podía haber sido mejor; era tan encantador que - a pesar del retraso por mi culpa y de la prisa que él tenía - también quiso dedicarnos unos minutos a leernos un poema por su parte. Y quién mejor para acercarnos los anillos que Verónica, la hija de Andrés.
Antes de abandonar el precioso Ayuntamiento de Segovia, nos hicimos unas fotos en el Salón Blanco. Las famosas fotos "de posado" fueron dirigidas por mí para que todos los invitados tuviesen fotos con nosotros (lástima que no hice lo mismo con los invitados que fueron directos al banquete pero allí ya no estaba tan concentrada).
A la salida del Ayuntamiento, nos esperaba el confeti de corazones y los burbujeros también de corazones así como un "Recién Casados" en el coche :)
Ya estábamos casados pero todavía quedaba un largo día por delante: llegada a la finca donde nos recibieron con una copa de espera para, a continuación, subir al restaurante a comer un delicioso menú que encantó a todo el mundo (si hasta comieron bacalao los que no comen nunca pescado...). La entrada fue genial, según comentaba un amigo nuestro, al aparecer bailando y aplaudiendo la canción de "Love and marriage". Un buen comienzo para un estupendo banquete en el que yo, a pesar de ser "la novia", comí como la que más ;)
Estando en Segovia, no podíamos dejar de incluir en el menú el riquísimo cochinillo asado por Duque y servido en andas partido con plato. ¡Qué divertido fue cuando tuvimos que tirar el plato y eso que temía por cortar los pies a alguien! Y, aunque nuestro delicioso postre no era tarta (sino mucho más rico y sofisticado), venía servido como tal y tuvimos que hacer como que lo partíamos (lo típico de las bodas, vamos) con un brindis acompañado de unas preciosas palabras de mi padre, Luis Carlos, que nos emocionaron a ambos (y una vez más, sobre todo "al novio" que tuvo que secarse con la servilleta). Y por si habíamos llorado poco, apareció mi tía Elena y su marido Lucho en escena sorprendiéndonos cantando "Si nos dejan" con guitarra y yo comencé a llorar como una auténtica Magdalena. La gente se acercó y comenzó a sacar vídeos y fotos y a pedir "otra, otra".
Seguimos con más sorpresas con mis primos Raquel y Alejandro acercándonos unas fofuchas, hechas por mi tía Marisa, que éramos "Andrés y yo" y una preciosa tarta de gominolas rojas llena de corazones, hecha por mi tía Elena, así como varios corazones del "árbol de los deseos" dedicados por nuestros invitados. Café, licores y rápido nos fuimos para la zona de discoteca donde abrimos la barra libre y comenzó la fiesta.
Nuestro baile fue al ritmo de "Moon river" y bailé la mitad con mi "ya marido" y la otra mitad con mi padre. Y a partir de ese momento, TODO el mundo se volvió loco y empezó a bailar, ponerse pelucas, sombreros, gafas, hacer el trenecito, reír, llorar... Hubo tiempo hasta para intentar hacer un baile gracioso por parte de Andrés y mía que, a pesar de haberlo ensayado un poco, salió bastante regular… También aprovechamos para hacer entrega de unos CD's personalizados, antes de que se nos fuese algún invitado tempranero, y de los alfileres con cabeza de corazón (como no podía ser de otra forma).
Todavía no hemos visto las fotos y vídeo oficiales pero prometen ser muy emotivas y divertidas. De hecho, antes de que se fuesen, aproveché para pedirles que nos grabasen bailando la canción "Completamente enamorados" donde yo ya lo di todo y acabamos abrazados, besándonos y llorando de felicidad (uno de los momentos más bonitos de la boda).
La fiesta continuó y fue una boda de día con comida que continuó con recena y fondue de chocolate y acabó a eso de la una de la madrugada.
Caimos rendidos en la cama pero felices y yo pensando, como no podía ser de otra forma, en la boda tan fantástica que había tenido, en lo rápido que se había pasado (como ya estaba más que prevenida por lo que me habían dicho todos los que se habían casado previamente), en lo que nos habíamos divertido todos y en que, por qué no, volver a buscar una excusa para celebrar el amor a lo grande: bien podría ser el matrimonio por la iglesia, el bautizo de un posible hijo o, por qué no, la celebración de nuestro primer aniversario de casados ;)
Y ya que me faltó tiempo para hacerlo el Gran Día, aprovecho por aquí para agradecer DE CORAZÓN a todos los que hicieron el esfuerzo de estar con nosotros a pesar de ser viernes por la mañana y fuera de Madrid, y en especial a Gabriel y Rafael por "acercarse desde Colombia" para estar junto a su hermano en un día tan especial. También quiero aprovechar para agradecer a todos los que estuvieron con nosotros en pensamiento y espíritu ya que no pudieron hacerlo físicamente por impedimentos terrenales o, incluso, celestiales ("tío Jesús, ¿por qué no pudiste estar tú para casarme? Menos mal, que - a pesar de que no quise casarme por la iglesia - me mandaste a un concejal majete, eh?").
No puedo acabar sin dar un consejo a las "anti bodas" como lo era yo:
CASAOS porque, sin duda alguna, MERECE MUCHO LA PENA. Y esto os lo digo DE CORAZÓN :)
Otros Proveedores
Otras bodas en Segovia
Ver todas
Casa Imperial Salamanca
El Rancho de la Aldegüela
Caserío de Lobones - Casseroles
Inspírate con estas bodas
Deja tu comentario