La boda de Enric y Maria en Binefar, Huesca
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03 Oct, 2020El día de nuestra boda
El 3 de octubre llegó el día que tanto esperábamos. Llegó el día de nuestra boda.
Después de todos los nervios de las semanas previas de preparativos, vuelos que coger, no saber si llegaríamos a nuestro destino y nuevos desafíos que esta pandemia ha puesto en nuestra vida. Todo quedó atrás ese 3 de octubre.
Ese día nuestras preocupaciones eran las de cualquier novio o novia que está a punto de casarse. ¿Lloverá, o aguantará el tiempo? ¿Me dejarán los nervios comer? ¿Me aguantará el maquillaje tantas horas? ¿Se me estará olvidando algo? ¡Los votos! Corre a imprimirlos cinco minutos antes de salir de casa.
Nervios cuando mi madre me ayuda a vestirme. Nervios en el coche de camino al ayuntamiento. Nervios cuando empiezo a oír las primeras notas de la canción de mi entrada. Todos esos nervios que desaparecen cuando mi padre me coge del brazo y me guía hasta donde está él. El amor de mi vida, mi pareja de aventuras.
Una vez pasamos la ceremonia, corta y divertida y, por supuesto, llena de guiños hacia nuestros mundos de fantasía, nos dirigimos hacia las Bodegas Lalanne para hacernos una íntima sesión de fotos con nuestro fotógrafo (Víctor Moré, ¡un crack!). En ese momento nos empezamos a dar cuenta: ¡ya somos marido y mujer! No podemos dejar de sonreír. Todo va pasando bastante deprisa y es hora de dar la bienvenida a los invitados.
Seguir leyendo »Van llegando los invitados. Hay sonrisas con los ojos, palabras de emoción y risas. Empieza una velada inolvidable con sorpresas, buena comida (el catering por parte de Mas Farré fue increíble), muchas risas y alguna lágrima.
¿Que no hay baile? Pues hacemos un bingo. ¡Y qué bingo! También hacemos un karaoke (con mascarillas, ¡por supuesto!) y sin darnos cuenta el reloj llega a la 1.
Se acaba un día para no olvidar.
La pandemia durante unas horas queda relegada a un segundo plano. Ese plano en el que sabes que está ahí por el uso de mascarillas, de geles y de las distancias de seguridad. Pero no importa, porque es tu día.
Los gestos de la gente que te acompaña, las palabras que te dirigen y las miradas son todo de lo que te acuerdas al final.
Lo volveríamos a hacer exactamente así sin dudarlo. A pesar de aquellos que no pudieron venir debido al virus, fue una velada en la que pudimos celebrar nuestro amor junto a nuestros amigos y familiares. Al fin y al cabo, ¿no se trata de eso, una boda?
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