La boda de Emmanuel y Aitziber en Usurbil, Guipúzcoa
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E&A
10 Jul, 2021El día de nuestra boda
Tras esperar 1 año desde la fecha inicial y posponer nuestra boda dos veces, por fin llegó nuestro día especial.
A la mañana, mientras el novio dormía plácidamente en nuestra casa, mi madre, mi hermana y yo, madrugamos un poquito (a comparación de otras novias no fue nada), y a las 08:30 nos fuimos a la pelu. Allí, hicieron magia con nuestras melenas y salimos como salían las de Versalles, estupendísimas.
Como nos fuimos sin comer nada a la pelu (y casi me mareo del calor que tenía), después de ponernos monas, fuimos a zamparnos un buen desayuno. Yo que soy fan del Nesquick, tuve que resignarme a tomar un Cola Cao, y el resto, se lo tomaron a gusto.
Me dieron la cita del maquillaje supertarde, a las 10:45. No obstante, como habíamos hecho la prueba del maquillaje hacia poquito, pudo achuchar el tiempo y para las 11:30 ya estaba lista. Me vi muy guapa y eso que con el maquillaje siento que me veo como una puerta, jaja.
Mientras terminaban de maquillarme, Ángel, el fotógrafo, se fue nuestra casa a sacarle fotos a mi marido. Cuando llegué del maquillaje, vino a casa de mi madre y nos tomó fotos allí. Nos echamos unas risas porque mis habilidades como modelo dejan mucho que desear. No obstante, él hizo magia y en las fotos que me enseño, aparecía una novia que relucía de amor.
Seguir leyendo »Aunque no fue una odisea, tanto botón casi nos vuelve tarumbas, jaja
Salí de casa de mi madre sola. Ella y mi hermana se fueron a por el novio y a mí me esperaba mi padre en el portal, con el coche nupcial y un amigo que iba a conducir el coche. Medio vecindario se bajó a verme, parecía aquello Sálvame.
Llegamos al restaurante y mi marido estaba impaciente por verme. Así que vino a la puerta y me medio sacaron entre mi padre y él. Todo el mundo estaba de pie y vino a saludarnos (y yo pensaba que cada persona iba a estar en su sitio jaja.) Después de 15 minutos, logramos que todo el mundo se sentase y comenzamos la ceremonia.
Hicimos el rito de los cuatro elementos (se lo inventó un poco nuestro maestro de ceremonias). El aire lo llenamos con un poema, el agua con dos vasos que vertimos en un mismo recipiente, la tierra removiendo unas semillas en una maceta para sembrar el amor, y el fuego, quemando los buenos deseos de nuestros invitados con una vela que habíamos encendido a la vez.
Mientras todo el mundo engordaba con el cóctel, mi marido y yo nos tuvimos que ir a sacar unas cuantas fotos. Yo le dije a un par de amigos que me guardaran unas croquetas (una boda sin croquetas no es una boda). Después de hacer las fotos, el fotógrafo nos dejó comer un poco en el cóctel. Tras unos minutos, en los cuales solo pude rescatar dos croquetas (he de decir que estaban de muerte), nos pusimos a sacarnos las fotos de familia. Es ese momento que me recuerda a la comunión. Fotos, fotos y más fotos. Jesús. Espero que hayamos salido bien, jaja
Comimos de todo: Empezamos con Jamón, luego con foie y mermelada de frutas. Después nos sacaron una ensalada de bogavante (y para algunos sibaritas el de rulo de cabra, jaja). A posteriori nos sacaron gambas de Huelva y rape con salsa de tomate RAF. Luego, nos sacaron un sorbete de naranja sin alcohol que estaba de rechupete y finalmente el solomillo con queso Idiazabal. El postre fue una tarta de queso de horno. Yo no soy fan de la tarta de queso de horno, pero estaba de muerte, para que engañarnos.
La temática que utilizamos fue un colegio de infantil y como todo el mundo estaba de buen rollo, empezamos a cantar canciones de nuestra infancia durante la comida. Y ahí, es cuando el DJ le dio su toque y nos puso canciones como Baby Shark. Quedó muy curioso y divertido, jaja
Se supone que iban a venir los compañeros de trabajo de mi marido, pero estaban de resaca y no apareció ningún, jaja No obstante, eso no le quito diversión a la fiesta. Aquí hicimos la entrega de los regalos y después procedió la discoteca.
Como el restaurante tenía jardín, pudimos hacer el bailoteo en el jardín. Teníamos plan B por si no podíamos bailar. Unos juegos que nos habíamos inventado. No obstante, no hicieron falta porque pudimos bailar hasta que llegó el autobús.
Regresando en el autobús, seguimos con nuestras canciones infantiles. Bajamos del bus y nos fuimos a potear. Y entre pitos y flautas, nos dieron la 1 de la noche y el mozo y yo nos fuimos al hotel que habíamos reservado.
Nos dejaron detallitos (bombones, chocolate y una botella de sidra) y nos dejaron hacer el late check out. Al día siguiente, mi marido reservó a través del hotel dos horas de talasoterapia y nos fuimos a hacer el circuito.
Eso es todo :D Espero que lo disfrutéis.
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