La boda de Eloy y Isabel en Granada, Granada

Allí había poca gente, una prima que llego de Málaga y una de mis hermanas. Mi madre seguía en la peluquería. Yo no tenía hambre ninguna, solo comí un pastelito que habían traído y nada más tenía el estómago vacío. Sobre las seis comenzó el movimiento en mi casa, imaginaos cinco hermanos, más sobrinos, más prima, un follón. Me duché y ya me estaba metiendo bulla mi madre con me vistiera quedaban dos horas.

Sobre las siete me empecé a vestir, me ayudaron mis hermanas y mi prima, esos días en vez de adelgazar, engorde y el body que me puse más el vestido me subió el pecho hasta la barbilla. Pensé en quitarme el body, pero con tantos botones y el fotógrafo a punto de llegar me quedé como estaba.

Llegaron los fotógrafos y me hicieron fotos en mi casa, con mi familia y demás. Sobre las 8 se fueron todos y me quede con mi hermano que era el padrino. Ahí me empecé a poner nerviosa porque el coche no llegaba y en un momento dado que bajo mi hermano para ver si estaba me quede sola en mi casa. Tenemos un espejo grande justo en la entrada y yo sola en la casa me miraba y decía: que fuerte que la que se casa soy yo. Me monté en coche y cuando íbamos por la plaza de Mariana Pineda nos llaman para que nos esperemos porque el novio aún no había entrado y ahí me entraron todos los nervios del mundo, aparcada en la plaza haciendo tiempo.

Cuando llegue a la iglesia no veía a nadie, fui hacia el altar y no veía caras, solo personas, se me paso volando. Nos casamos y a la salida le deje flores a mi Virgen de la Esperanza, ahí fue cuando lloré, tantas veces que le pedía que llegara pronto mi día y por fin había llegado.

Lo celebramos en Caballo Blanco, en los jardines. La copa de bienvenida fue en los jardines y la cena dentro, menos mal, porque cuando nos estábamos metiendo comenzó a llover. Todo muy fantástico, la comida, el sitio y como lo organizamos. La gente quedó muy contenta con todo y nos preguntaron quien lo había organizado. Lo preparamos todo con mucho cariño. Terminamos a las 5 o por ahí y nos fuimos en el último autobús con un grupo de gente joven. Nos animaron a ir a una discoteca y nos quedamos a una copa. Luego nos cogimos un taxi y nos fuimos para casa. El domingo descansando porque el lunes nos esperaba Italia.