La boda de Elena y Jesús en Sevilla, Sevilla
Vintage Otoño Rosa 3 profesionales
E&J
11 Oct, 2014El día de nuestra boda
Llegó el momento de cortar la tarta al son de "Solamente tú" de Pablo Alborán, que es la canción con la que mi chico me pidió salir. Y acto seguido, sonó el cumpleaños feliz, la madrina, mi suegra, cumplía años unas horas después. ¡Fue todo una sorpresa!
Y mientras los invitados comían el postre (que ese sí que me lo perdí), comenzamos a repartir los regalitos. Primero a los padres, que le dimos el más especial, un marco de fotos de pequeños, junto a ellos, dándoles las gracias por darnos la vida. Momento de emociones, como podéis imaginar.
Fue un momento bonito, y lo hicimos más rápido de lo que esperaba. Había que estar pendiente de la hora, porque el bus de los invitados tenía su planing y no podía salirse de él, de que la gente no se aburriera, y de no ser pesados. Y creo que no saló del todo mal. Vimos los deseos de los invitados, sus regalos, sus buenas sensaciones y eso nos llenó de satisfacción, porque el ver que has elegido el sitio correcto es un gran alivio.
Seguir leyendo »Una vez terminado todo, llegaba el momento del baile, pero antes, nuestros amigos y familiares nos habían preparado un emocionante vídeo, con fotos y con la abuela de mi niño dándonos un mensaje. Fue muy emotiva porque no pudo ir por enfermedad. Pero estuvo tan presente, al igual que aquellos que hace tiempo que nos han dejado.
Luego venía el baile, o eso creía mi chico, pero le senté en una silla, en el centro y le canté una canción por sorpresa, otra de Alborán que nos une desde el principio: "Cuando te alejas". Yo nerviosa, él emocionado. Un momento precioso. Y ahora sí, llegó el baile. Comenzamos a bailar Sólo tú de Carlos Rivera, preciosa. Pero para salir de formalismos decidimos que, a mitad de la canción ésta se iba a "romper"...nos miramos los dos con cara de: ¿qué está pasando? La gente asustada. Se oía algún: Oohh, vaya. Pero de repente, el sonido de una música que volvía en sí se oyó. Comenzaba la canción, pero era otra, era the time of my life de black eyes peas. Comenzamos a bailar, una mini coreografía sorpresa que nos habíamos inventado. Y fue súper gracioso ver la cara de asombro, alegría, alucine y diversión de nuestros invitados. Móviles grabando, cámaras con sus flash disparando. Un momento único. Y ya sí que sí, comenzó la barra libre.
Todos saliron a bailar dándolo todo. Sacaron el photocol, los atrezzos, las pelucas, los bigotes. EL dj nos animaba, hacía coreografías, juegos, repartía luces de neón, pelucas. Todos muy animados, participando. Mi suegro haciendo un baile especial, mi hermano leyendo una poesía, mi madre bailando sin parar con mis amigos, nuestros amigos haciéndose fotos a más no poder, poniéndonos todos lo máximo posible para hacer el payaso al máximo. Espectacular.
La noche iba avanzando. La barra libre empezó a las 19,30 y a las 21.30 ya empezaron a notarse algunas bajas, sobre todo de las personas más mayores. Pero los jóvenes y algunos no tan jóvenes, no paraban. Y seguimos más y más. Y a las 23.30, la luz se encendió, la música paró, sólo quedaban los más valientes, mi madre, y el chófer, mi primo.
Recogimos todo entre risas, canturreando sevillanas, dando besos y abrazos, y alguna que otra lagrimilla al despedirnos de las amigas, porque a la vuelta de la luna de miel otra ciudad me esperaba.
Cuando ya teníamos todo listo, nos montamos en el coche, había llovido durante la tarde, y mucho, pero gracias a Dios no nos cayó ni una gota. Cuántas oraciones surtieron su efecto. Y ya nos llevaban al hotel. Estábamos agotados de bailar, de las horas que nos faltaban de sueño, de tanto trabajo que habíamos realizado durante meses. Por fin nos sentábamos después de muchas horas de pie, bailando, saltando y disfrutando.
Llegamos al hotel. Ya todo había pasado. El día había terminado. Ya estaba recién estrenado el 12 de octubre. Ya estábamos casados. Y sí, todo había salido perfecto, a pedir de boca. Todo lo que soñamos así sucedió, todo lo que pedimos se nos concedió. Todo fue regalo, felicidad, bendición. Y lo que se suponía iba a ser el día más feliz de nuestra vida, lo fue con creces. Sin duda casarnos es lo mejor que hemos hecho nunca, y además todo suponía el comienzo de una nueva vida juntos, lejos de todos, pero con mucha ilusión.
Servicios y Profesionales de la Boda de Elena y Jesús


Otros Proveedores
Otras bodas en Hacienda Alboreá
Ver todas
Otras bodas en Sevilla
Ver todas

Hacienda Caridad

Hacienda Caridad

Hacienda Caridad
Inspírate con estas bodas
1 comentario
Deja tu comentario