La boda de Eduard y Araceli en Lleida, Lleida

Tras una ceremonia religiosa amena y divertida donde falló todo, desde la música hasta los micros y el calor pero que dejó muchas anécdotas, nos fuimos directamente al momento cóctel que todo el mundo esperaba. Comimos coca de recapte, patatas bravas, embutidos de la tierra, caracoles (¡triunfaron! Y a pesar de no ser muy 'refinados' para el momento, en una boda en esta tierra, creo que no deben faltar), butifarra negra, melón con jamón, croquetitas... Las bebidas buenísimas, nos hicieron unos cócteles con y sin alcohol muy buenos. Nosotros no paramos de sonreír y posar para fotos y disfrutar con los amigos y familiares.

En la cena pusimos los entrantes a compartir en el centro de la mesa y un solo principal a elegir entre carne o pescado. Las dos opciones son buenísimas. La carne fue ternasco, un generoso trozo de pierna de cordero cocinado exquisitamente y con un sabor buenísimo, suave, tierno, delicioso. El pescado, dos lomos de bacalao con alioli gratinados sobre una cama de espinacas que ni soso ni salado se deshacía en la boca, muchas parejas se pidieron un plato cada uno y lo compartieron. ¡Esto era una fiesta familiar, y se notó!

Tan contentos estábamos nosotros y nos lo pasábamos tan bien que se nos olvidó dar los ramos, los regalos a la abuela y a las Nurias, que teníamos varias y era su santo, pero lo solucionamos a ritmo de canciones infantiles y risas.

El momento baile fue perfecto, todos a nuestro alrededor cantando con nosotros "Tu canción " mientras la bailábamos a ritmo de vals inglés y después todos a bailar.

Anécdotas muchas, fotos las de cientos de móviles y una cámara polaroid (gran decisión alquilar una). No nos hicimos sesión de fotos después de la iglesia y no me arrepiento, preferimos disfrutar de los amigos y la familia. Tuvimos un fotógrafo/invitado que nos hizo unas pocas fotos que ya nos llegarán y abrimos un drive para que la gente descargue allí las fotos que ellos mismos hicieron, así todo el mundo podía verlas y, creedme, hay momentos e instantes capturados por los propios invitados que valen oro.

Recomendación (a nosotros nos dio este consejo un amigo alemán que se acababa de casar): "Pareja, buscad momentos para vosotros solos, perdeos los dos solos de vez en cuando y disfrutad", yo lo hice y se lo agradezco enormemente a quien me dio el consejo.