La boda de Edgar y Rocio en Roquetes, Tarragona

Unos instantes después llegó mi padre y fue cuando ya de verlo entrar por la puerta, yo vestida de novia, se nos escaparon unas lágrimas, mi hermana le puso el prendido y nos hicimos las últimas fotos antes de irnos hacia la masía.

Decidí ser la última en salir de casa, de bajar por las escaleras y os confieso de que me dio un pequeño ataque de ansiedad antes de subirme al coche, todo fruto de los nervios.

Nos fuimos directos al lugar de la boda, y yo solo pensaba que ya estaba a unos instantes y que solo me quedaba disfrutar del momento, salí del coche llena de nervios y justo cuando mi padre me dio la mano para ir hacia el altar, sabía que había llegado el momento.

Fue una ceremonia preciosa rodeada de nuestros familiares y amigos, una boda muy íntima.

Luego pasamos a hacernos las fotos con todos los invitados, y unos instantes antes de entrar al sitio del banquete nos hicimos las fotos nosotros solos.

Disfrutamos de la compañía, de los momentos preciosos que fueron pasando, de los momentos regalos a la gente especial y luego, como sorpresa, hicimos un bingo.

Para terminar el día, cortamos el pastel precioso, tal y como había imaginado, bailamos y disfrutamos de la fiesta, para cerrar el día pusimos un fotomatón.