La boda de Diego y Soraya en O Grove (Resto Parroquia), Pontevedra
Elegantes Primavera Rojo 6 profesionales
D&S
25 Abr, 2015El día de nuestra boda
Nunca olvidaré el veinticinco de abril de dos mil quince. En mi boda no hubo dos protagonistas, sino tres, nuestro hijo de cinco años ya obtuvo protagonismo desde el primer momento, desde el reportaje preboda, del cual forma parte. Él no sabía exactamente que sucedía, pero sí sabía reconocer que algo importante iba a pasar con sus padres, y que además iba a ser una gran fiesta.
Esa mañana me desperté aparentemente tranquila, me fui a desayunar antes de ir a la peluquería. Había dormido, aunque tarde, bien, y me notaba descansada. Poco a poco los nervios iban haciendo su aparición, mientras me peinaban, por momentos reía, y por momentos permanecía seria y en silencio; por mi cabeza pasaban mil cosas. Pero seguía bien. El peinado fue exactamente lo que quería y el día empezaba perfecto.
Legué a casa de mis padres, donde había pasado la noche, y el lugar donde me iba a preparar para el gran acontecimiento. Lo primero que hice fue preguntarle a mi hijo si estaba guapa, a lo que él, obviamente respondió que sí.
Seguir leyendo »Cuando llegué a casa parecía que era temprano, sin embargo mientras me preparé, ayudé a vestir a mi hijo, y le ayudé a mi padre a prepararse, que como no podía ser de otra manera, sería mi padrino. Me pasó el tiempo volando.
Enseguida llegaron los fotógrafos y mi peluquera a darme los últimos retoques. Mientras me fotografiaban, pintándome los labios, poniéndome el vestido... yo pensaba que por fin un sueño más se cumplía, después de muchos, muchísimos años, (unos catorce o quince), con la misma persona, y tan enamorada o más que el primer momento, por fin nos íbamos a casar.
Me encantaba mirarme en el espejo cuando ya estaba vestida, sencilla, pero preciosa, parece increíble que un vestido y un peinado te hagan sentir tan especial. Los nervios iban creciendo, no hacía más que preguntar la hora que era, la gente comenzaba a llegar a casa, a darme la enhorabuena y a desearme mucha suerte. Por momentos me emocionaba, me abrazaban y no podía evitar que los ojos se me humedecieran, ya se mezclaban los nervios y la ansiedad con que llegara el momento. Yo estaba preparada, quería irme ya a la iglesia, pero no me dejaban, había cosas que no estaban aún listas.
Yo sentía que ya era la hora, y tenía la sensación de que me engañaban, que aún faltaban unos minutos, que el novio aún no había salido hacia la iglesia. Y más gente, otro abrazo y más lágrimas de nervios y emoción.
Y una vez más preguntando la hora, les decía que si llegábamos tarde el cura se enfadaría, en ese momento no se si era eso realmente lo que me preocupaba, o solo una excusa para que me llevaran ya.
Por fin salimos dirección a la iglesia, estaba cerca, sin embargo el camino se me hizo un poco largo. En el momento de salir del coche llovía, pero no me importó, por fín habíamos llegado, era el momento. Entrando en la iglesia no tengo muy claro lo que sentía, solo sé que la ansiedad desapareció, y tan solo quedaron los nervios.
Reí y lloré durante toda la misa, estaba muy emocionada, no lo podía evitar, las arras, los anillos, las personas que leyeron. De vez en cuando el cura nos hacía reír y lo agradecíamos mucho.
Miraba a mi marido y él me miraba a mí, en esos momentos me sentía feliz, y sabía que todo iría bien.
A la salida como no, nos esperaban todos los invitados, no tardamos mucho, pues hicimos pocas fotos, decidimos que haríamos un reportaje post-boda, ese día queríamos disfrutar cada momento con nuestra gente, no queríamos pasar dos horas haciendo fotos mientras todos nos esperaban. Ya salimos preparados para la lluvia de arroz. Y enseguida, besos, abrazos y felicitaciones por todas partes.
El lugar del banquete fue espectacular, Finca la Atlántida, en O Grove, y eso que mientras estábamos con los aperitivos comenzó a llover una vez más, pero en esta ocasión, más fuerte. No importaba, dicen que novia mojada, novia afortunada, y así me sentía yo, la mujer más feliz y afortunada del mundo.
El banquete fue incluso mejor de lo esperado, todo riquísimo, presentaciones inmejorables, profesionalidad absoluta.
Estuvo también lleno de sorpresas, algunas, nuestras hacia algunos invitados, otras de ellos hacia nosotros, hubo momentos realmente emotivos. Solo recuerdo que no dejé de sonreír prácticamente ni un minuto.
Mientras todo esto sucedía, a los fotógrafos no se les escapaba ningún detalle, estaban pendientes de todo, cada momento, cada cosa que sucedía, fuese preparada o improvisada ahí estaban con sus cámaras. ¡Gracias Visualgal!
Qué voy a decir de la música, también todo un profesional, cada canción en su momento, cada estilo en su lugar. Animando a jóvenes, y no tan jóvenes a salir a bailar, que la fiesta no parase, y así fue hasta bien entrada la madrugada. También toca destacar que se armó de paciencia, pues las horas pasaban, la barra libre seguía.
Al salir todavía nos fuimos de fiesta a un pub, todo había sido tan espectacular que no queríamos que el día terminase.
Solo tengo palabras de agradecimiento, primero a los invitados, que nos regalaron su presencia en un día tan importante para nosotros, a Visualgal, a Finca La Atlantida,al Dj, a Picris floristería, y a todos los que se volcaron con nosotros, para que el día fuese sencillamente perfecto.
Me encanta ver mi mano y observar mi alianza, llamarle a mi pareja marido. Ha sido sin duda una de las mejores decisiones que hemos tomado. ¡Por fin estoy casada!
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