La boda de Dídac y Cristina en Santa Coloma De Farners, Girona

Para poder organizarlo a nuestra manera, realicé un plan detallado con todos los proveedores que necesitábamos, presupuestos y actividades lúdicas, hice hasta un cronograma para tenerlo todo claro.

Para mí era muy importante que la boda fuera una fiesta, necesitaba celebrar que estaba superando la enfermedad con las personas que me estaban apoyando y sobre todo, casarme con el hombre que me ha apoyado y ha estado a mi lado siempre sacándome una sonrisa en las buenas y en las malas.

Mis invitados se vieron reducidos, ya que la enfermedad me supuso gastos inesperados, así que invitamos a unas 70 personas. Tengo que decir que de mi familia solo fueron invitados mi madre y una prima, ya que cuando tienes una enfermedad así, te hace replantearte las personas que tienes a tu alrededor. De mi parte vinieron personas muy especiales y que me apoyaban. Creo eso hizo que la boda fuera muy divertida y todos estuvieran sonriendo.

La ceremonia fue muy divertida; la ofició el marido de mi mejor amiga, se pudo escuchar alguna que otra carcajada, también hicimos una firma de acta simbólica, ya que días antes firmamos la boda civil en los juzgados. Hicimos un ritual muy bonito junto a nuestros votos, mi marido es de Girona y yo del sur de Barcelona, así que juntamos nuestras tierras en un tiesto con una planta (que sigue viva).

Mientras que los invitados "se encaminaban al cóctel", nosotros íbamos a la sesión de fotos. La primera sorpresa para los invitados fue que fueron interceptados por una room ecape de nuestras vidas. Una estrategia para poder estar todos juntos en el cóctel, los invitados me siguen recordando la room escape.

En nuestro caso, en relación a la música, nosotros pedimos a nuestros invitados que escogieran 5 canciones y que nos las hicieran llegar, nosotros seleccionamos las canciones según cóctel, ceremonia y baile, así que todos los invitados estaban contentos con la música ya que todos reconocieron la que escogieron.

En el banquete se descubrieron las 2 siguientes sorpresas, cada invitado tenía un reto como por ejemplo: secuestrar a la novia, hacer una foto divertida, reunir las bolas de dragón… y la otra prueba era de toda la mesa que decía: si suena, baila. Cuando sonaba la canción, toda la mesa bailaba.

En el banquete todos bailamos, reímos y hacía que la comida pasara mejor, después llegó la tarta nupcial, regalos de los padres y abuelos y poco más. Tenía un programa con horarios establecidos, aunque ahora que pienso podría haber estirado más las horas, ya que a pesar de ser una boda de día, se me hizo corta.

El baile de novios hicimos un vals, sardanas y sevillanas, así cubríamos a los dos orígenes de los novios. Fue muy emotivo y cada vez que veo el baile, me emociono, ya que escogimos una canción de los Ecos del Rocío que habla del cáncer de mama.

El baile, la barra libre y el fotomatón, espectaculares; a veces digo que yo no bailé y al ver las fotos estaba todo el rato en la pista de baile.

Fue una boda muy especial, porque celebramos muchas cosas, me emocioné constantemente y recibimos sorpresas de los invitados, como que me cantaron una ópera. Con mi experiencia quiero transmitir que aunque a mí la vida me dio un revés y pensé que no tendría la boda de mis sueños, superé todas las expectativas. Que aunque el oncólogo me aconsejó que no me casara por estética, decidí cambiar de oncólogo y seguir mis sueños, ya que hay maquilladoras y peluqueras que te hacen virguerías.

En resumen, me casaría una y otra vez y así poder volver a vivir cada uno de todos esos momentos descritos.