La boda de Diana y Jordi en La Selva Del Camp, Tarragona

Los fotógrafos hicieron a mi tío y a mi padre poner unas lonas para hacer sombra en el jardín y hacer casi todas las fotos fuera. Así que imaginaros, mi padre subido por ahí en el jardín encima de mesas y a mi tío para colocar la lona, fue de chiste. Mientras la fotógrafa me hacía las fotos en ropa interior y luego de mi madre y mi prima vistiéndome. Luego ya salimos al jardín donde me hice fotos con todos, y llegó el momento que yo sabía que fijo lloraría, que era la lectura de la poesía que mi hermano me hizo, y lo mejor de todo es que me la hizo él, no fue un corto y pego, y antes de que empezase a leer yo ya empecé a llorar. Bueno acabamos rápido las fotos y corriendo al coche para el restaurante donde celebraba la boda civil.

Llegué al restaurante con muchísimo retraso, exactamente 45 minutos, también os digo que yo iba tan tranquila que me iba mandando mensajes con un grupo de amigas que justamente encontré en bodas.net, y allí estaban para ver a la primera novia del grupo, ahí estaban las reporteras más cañeras y las que no pudieron venir también estaban por Whatsapp dándome ánimos y sobre todo tranquilidad, y algo de bronca porque ya tenían hambre (Alba, Cori, Elisa, Lourdes, Sheila y Eva).

Bueno, al llegar bajamos del coche y le digo a mi padre: - Papa ya está, hora toca desfilar. Así que así fue, sonó mi música y allá fuimos, en todo momento guiados por nuestra maitre Dolors, que fue extraordinaria, y allí estaba mi chico plantado con la cara descompuesta solo de oír la música, porque sonaba pero yo aún no había aparecido en el pasillo central, cuando me vio rompió a llorar. Cosa que me sorprendió y le pregunté a mi padre: -¿Por qué llora? ¿Qué le pasa?

Y mi padre me dijo: -Déjalo que llore, hoy vamos a llorar todos. Estás preciosa. Así que llegué al altar y un metro de llegar mi abuelo paterno, que no vive aquí y vino en autobús con la familia me dijo: - ¿Que no le vas a decir nada a tu abuelo o qué? Así que me salté el protocolo y le plante dos besos. Luego ya le di dos besos a mi futuro marido y le dije que estuviese tranquilo. Empezó la ceremonia, que la hizo un amigo de la familia de mi marido, que por cierto muy adecuado el discurso que todos los invitados quedaron contentos. Mis padres y mis suegros me trajeron un coro rociero que nos emocionó a ambos mucho. Luego ya fuimos a hacernos el reportaje de fotos mientras los invitados disfrutaban del aperitivo. Al ratito nos unimos con ellos al aperitivo, conversamos un poco con todos. Y al poco tiempo decidimos pasar a comer. Pasaron todos los invitados al salón y después hicimos una entrada bailando la canción de Euphoria.

Una vez dentro del salón ya empezaron los típicos detalles que tienen los amigos con los novios, nos hicieron un montaje de fotos de ambos desde pequeños hasta ahora, muy bonito, no nos lo esperábamos, y después de mi familia todos mis tíos se disfrazaron e hicieron como una comedia también súper divertida y sorprendente. Luego nosotros dimos regalos, a los abuelos, un marco con una foto de la boda; a los padres, una bici para poner las macetas, una cartera, una botella de cava grande con dos copas y un poema; a los hermanos de mi marido, un escrito de mi marido y una foto de cuando ellos eran pequeños; a mi hermano le hice un álbum con fotos nuestras y un smartbox aventura; a mi prima y tío, los novios de la tarta; a otros primos, unos peluches de novio; a otro primo, un marco con una foto de su boda y nosotros y otro hueco para poner la nuestra con ellos; a unas amigas, un monedero; a otra amiga, unos bebés vestidos de novios para ver si decidían boda o bebe, y a otros amigos solteros, a la chica un ken y a él una barbie.

Mi madre nos sorprendió con una sevillana muy bonita cantada por una amiga nuestra, Sara, que me emociono mucho cuando canta y efectivamente me emocioné. Después de todos estos regalos ya pasamos a la barra libre y al baile que con el dj que elegimos nos fue perfectamente, todo el mundo bailó, se lo pasó bien y sobre todo se rieron mucho.

Y la boda finalizó como finalizaban nuestras jornadas laborales en el parking del hotel, los cuatro compis de trabajo de siempre hablando. Así fue mi día y volvería a vivirlo una y otra vez. Todo pasa tan rápido. Nos soy mucho de escribir, así que lo siento si aburro al contarlo.