La boda de Davo y Eva en Posada De Llanera, Asturias
Elegantes Verano Rojo 9 profesionales
D&E
03 Sep, 2016El día de nuestra boda
El 3 de septiembre de 2016 amaneció bien temprano. A las 6:15 mi madre y yo nos levantamos para ducharnos y estar listas para cuando viniera Lorena, la encargada de maquillarnos y peinarnos. A Davo también le tocó madrugar porque Muel y su equipo fueron primero a su casa.
Cuando llegó Lorena se puso conmigo primero con el peinado y luego maquillándome. Si en la prueba me había dejado guapa ese día me dejó preciosa. Yo estaba más morena y el corte de pelo favoreció mucho al peinado. Después se puso con mi madre, misma operación, la peinó y la maquilló, la dejó preciosa, el peinado se lo hizo para el tocado que llevaba pero que podía estar sin el también. Una vez que Lorena se fue nos pusimos a desayunar.
Al poco de ponernos a desayunar llegaron Muel y Marta, encargados de las fotos, y Alex y Borja, encargados del vídeo. Ellos se pusieron a grabar todos los detalles y cuando entramos mi madre, mi madrina y yo en plano me puse el vestido de novia, los zapatos, los pendientes... ¡qué guapa me veía, madre! Una vez hechas las fotos de rigor yo me desvestí porque todavía era temprano. Estábamos en la terraza charlando tranquilamente cuando vimos aparecer el Cádillac del 57 que era el encargado de llevarme hasta la iglesia. ¡Cómo impresiona verlo llegar! Con él venía mi ramo, precioso, como yo había dicho. Le pusimos los camafeos donde llevaba a mis abuelos y a mi tío Agustín y llegó el momento de vestirme de verdad. Mi madre y mi madrina parecían expertas ya vistiéndome. Fotos, fotos y fotos es lo que vino después cuando todos estábamos listos y para el coche.
Seguir leyendo »Tenía que entrar por el lado contrario al que iba a salir para que no pisara el vestido y tropezara, mi padre a mi lado en ese supercoche donde pasaríamos la siguiente hora. Cuando llegamos al chisco estaban esperando para vernos pasar. ¡Qué emoción!
Ya en la iglesia estaba mi futuro marido, llegando en coche con su cuñado de conductor y acompañado por su madre que fue la madrina y estuvo saludando a toda la gente según iban llegando nuestros invitados.
El viaje en coche se hizo muy ameno porque no nos hizo calor, íbamos hablando, incluso yo por WhatsApp iba hablando con mis primas y mi madre, muy tranquila para estar a minutos de llegar a la iglesia. En el cruce donde nos desviamos para la iglesia nuestro cuñado y un amigo nos habían puesto una pancarta. No me podía creer lo poco que faltaba, Viti me decía que estaba muy tranquila que siguiera así y eso intente.
Justo antes de llegar Davo entró en la iglesia para esperarme en el altar. Cuando llegué me bajé del coche cuando mi padre me abrió la puerta y esperamos a que nos dieran paso para entrar. Pablo y Marcos (gaita y tambor) nos amenizaron ese ratito de espera, además de haber hecho lo mismo con el novio y los invitados. El pasillo se me hizo muy ameno viendo a la gente y sobre todo viéndolo a él por primera vez, que guapo estaba. Jamás me lo imaginé así, me encantó que fuera sorpresa, poder emocionarme al verle, que ambos seamos protagonistas de nuestro día. Creo que nuestras caras lo dicen todo.
La ceremonia muy emotiva, con llanto incluido, en el momento de leer me pudo la emoción, y ante tanto lloro acabé recibiendo un aplauso de toda la iglesia. Se me hizo muy amena la misa, el coro, mi coro, estuvo soberbio, además de hacerlo de miedo, la acústica de esa iglesia era perfecta. José Julio el cura, supo llevarnos poco a poco hasta el final sin prisas pero sin pausas. Una vez que nos casamos y que terminó la misa, pasamos a firmar los testigos, los novios y nuestros padres.
Y se terminó ese momento que llevas esperando 2 años, de repente en poco más de media hora pasó, aunque todavía quedaba mucho día por delante.
Las fotos de rigor al ser con el mejor se hicieron livianas y cuando nos dimos cuenta ya estábamos recorriendo el pasillo ya como marido y mujer para reunirnos con nuestros familiares y amigos y recibir el tradicional baño de arroz y pétalos. Una vez que salimos casi todo el mundo nos vino a saludar, a dar la enhorabuena y hacernos echar más de una lágrima, era un día de muchas emociones. Los invitados se fueron al restaurante y nosotros nos quedamos haciendo el reportaje oficial.
Viti que es un gran profesional, aprovechó para sacarnos un benjamín y dos copas para que hiciéramos el primer brindis como marido y mujer. ¡Que a gusto se trabaja cuando la gente es competente! Tanto los fotógrafos como los videógrafos nos hicieron tan llevadero el rato que cuando nos subimos al coche no podía creer que fueran casi las 2 y al restaurante que quedaba la parte más divertida.
A nuestra llegada teníamos a la gente con los pomperos pero no funcionaron, pero bueno, sirvió para echarnos unas risas. Un poco de jamón, rico rico, algo para beber y fotos, fotos y gente, gente, había pasado nuestro momento, ya estábamos casados y ahora nos tocaba disfrutar con nuestra gente pero sobre todo hacer disfrutar y estar lo más pendiente posible de que eso pasara. A eso de las 3 el maitre nos dijo de ir bajando porque la gente ya estaba sentada y sin comer, para que no se les hiciera más larga la espera. Fuimos detrás de los gaiteros, que amenizaron todo el cóctel, cual procesión de fiesta de prao, hasta el salón, donde nos dieron otro poco de jamón y algo de beber mientras nuestros invitados se iban sentando. Y mientras esperabamos llegó la anecdota de la boda, apareció la perrina de mi hermano que estaba en una de las perreras que tienen allí, se ve que al pasar cerca de ella cuando bajamos para el salón nos olió y pasó de su perrera que estaba cerrada a la de al lado que estaba abierta y llegó a la puerta del salón. Así que la perrina tuvo a los camareros un poco pendientes de ella por si le daba por buscar otra salida.
Una vez que todos los invitados se sentaron nos llegaba el turno a nosotros de entrar. La canción escogida, La Gozadera. Nada más que empezó ya sentimos los gritos de los invitados y una vez que entramos los vimos a todos con las servilletas en alto. ¡Momento irrepetible e inigualable! Brindamos con nuestras copas y pasamos por entre las mesas para ir hasta la mesa presidencial.
Nuestro menú, pensado para que todos disfrutaran de una gran comida y si algo no les gustara pidieran otra cosa. Llevaba: Bogavante a la plancha, pixin al peña mea y paletilla de lechazo. ¡Qué rico estaba todo! Si el día de la prueba nos gustó, el día de la boda se salieron. Mientras comimos recibimos visitas y pasamos muy buenos momentos con nuestros acompañantes, Maite y Carmen (mi cuñada y mi suegra) por parte de Davo y papá y mamá por mi parte. Cuando llegó el momento de la tarta, vinieron a contarnos que íbamos hacer, el personal del peña mea estuvo pendiente de nosotros en todo momento y para cualquier cosa.
Cuando empezó a sonar "Hasta mi Final" nos levantamos y fuimos a donde nos tenían la tarta, nuestra tarta Ferrero Rocher. ¡Yo no sabía que se cortaba con una espada! Terminamos el momento con un brindis. Antes de sentarnos a comer la tarta salimos del salón para que nos dieran los regalos para nuestros padres, donde yo añadí el de mi abuela y mi madrina, abuela porque entre los dos es la que queda y mi madrina por el gran trabajo que hizo con mis detalles. Cuando entramos a darles los regalos no pude contener las lágrimas e hice que se le saltaran hasta mi padre. Pasado ese trago, nos volvimos a sentar para disfrutar de la tarta y empezar a repartir los detalles.
Davi iba con su sobrina repartiendo botellas de sidra con tapón personalizao, mi padre iba con mi hermano y daba participaciones de lotería el número la fecha de la boda, mi suegra iba con su hija y daba abanicos pintados a mano y yo iba con mi madre y dabamos carteras hechas por mi madrina. Cuando acabamos y antes de empezar el baile yo le di a Davi su regalo, las camisetas del Sporting y los carnés de madridistas.
Nosotros somos muy latinos, nos gusta esa música y eso se tenía que reflejar en nuestro primer baile como marido y mujer. Ya con Valerio a los mandos de la música bailamos "Bailando Contigo", una bonita bachata que dejó a todo el mundo boquiabierto. Y a partir de ahí fiesta, risas, bailes, mucho calor, bebida, estar pendiente de la gente, o al menos intentarlo, fotomatón que prestó muchísimo y gustó mucho a la gente y diversión que era de lo que se trataba. A eso de las 22:30 nos sentamos a cenar, la retrasamos todo lo posible porque se comió mucho pero entre el calor, lo que se bebió y se bailó ya había hambre.
Una vez que acabamos de cenar mandamos a todo el mundo fuera para que disfrutaran de los fuegos artificiales, que quedaron genial y que gustaron mucho y al entrar antes de volver abrir el baile y aprovechando que ya eran las 12 felicitamos el cumpleaños tanto de Kike (uno de mis primos) que los cumplía el día 3 como el de mi padrino y mi tía que los cumplían el 4. Para abrir el baile por la noche se entregaron bengalas que hizo de ese momento algo mágico. ¡Y otra vez fiesta! La gente se fue yendo poco a poco pero nosotros teníamos mucha marcha. A las 4 se puso fin a todo, los montamos en el autobús y nos fuimos a la panera a pasar nuestra primera noche como marido y mujer. Creo que jamás tendré palabras para describir lo que sentí ese día, pero la felicidad más absoluta se quedó corta en comparación de como me sentí yo.
Espero no haberos aburrido. Creo que no me dejé absolutamente nada.
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