La boda de David y Yosune en Cornella De Llobregat, Barcelona

El fotógrafo y el del videógrafo llegaron, se fueron a la habitación del novio, y se pusieron con su reportaje, luego vinieron a mi habitación y entre fotos con mi hija, con mis padres y conmigo, se nos echó el tiempo encima, llegando 15 min. al jardín del hotel con retraso. El novio estaba atacado.

La ceremonia, emotiva, divertida, hablaron mi hermano mayor, mi mejor amigo, y el mejor amigo de mi marido de la infancia. Tras la ceremonia, las fotos con la familia y al cóctel, preferimos estar en el cóctel con todos, y cuando volvamos hacernos una sesión postboda. La comida genial todo, pusimos más platos de los que entraban en el menú, y los invitados acabaron llenos, muchos no pudieron con la carne.

Los regalos los dimos entre plato y plato, a mis padres, a los tíos de David (no tiene padres y fueron sus tíos los padrinos), a mis hermanos, y el ramo lo di de una forma muy emotiva. Escribí una carta dirigida a mis abuelos maternos, que no conocí, y el ramo se lo di a mi madre para que lo llevase al cementerio, fue un momento muy muy emotivo que hizo llorar a todos los invitados. Dimos los muñecos a unos primos de David, y a unos primos míos y, tras la tarta y el baile con nuestra hija, todos a bailar durante 3 horas. Lo dimos todo, disfrutamos como niños, nos divertimos, reímos, lloramos, soltamos todo lo que llevábamos 1 año dentro. Pero ese día no pudo ser igual sin la ayuda de nuestra wedding planner, Sonia de Dulcelocura, sin ella no hubiese sido igual. Al igual que todos los proveedores, que nos ayudaron a cumplir ese sueño.

Solo decir que disfrutéis plenamente ese día, desde que os levantéis hasta que os acostéis, pasa el día volando. Nosotros pudimos celebrar con la familia y amigos más cercanos, y pudimos celebrar que estábamos todos bien.