La boda de David y Verónica en Burgos, Burgos

El día de nuestra boda

¡Buenos días a todos los novios que estáis esperando vuestro gran día!

Yo ya lo he pasado... ¡y fue maravilloso! La semana anterior no paramos de ultimar los detalles que nos quedaban, ¡así que los nervios desaparecieron!

La noche anterior a nuestra boda nos fuimos a cenar con algunos amigos y familiares que venían de fuera ¡y fue de lo más divertido! Después, pronto a casa a descansar y aunque no me sentía especialmente nerviosa, no dejaba de pensar en la vergüenza que iba a darme entrar en la iglesia con tantas miradas dirigidas a mí.

Y el gran día llegó. Somos cuatro hermanas (más mi madre) e íbamos todas a la misma peluquería y al mismo sitio de maquillaje así que desde las siete de la mañana, mi casa fue una fiesta. Gracias a que mi padre hizo de taxista, logramos terminar todas a tiempo.

Y llegó el momento en el que tuve que salir de casa dirección a la iglesia... ¡ahí sí que me entraron los nervios! Pero fue llegar y ver a mi novio esperándome y se me pasó todo… ¡qué emoción! ¡No podía quitar los ojos de él! ¡estaba guapísimo!