La boda de David y Vero en Azpeitia, Guipúzcoa

El día de nuestra boda

Nuestra boda fue el día más feliz de nuestras vidas. Lloramos, reímos, cantamos y no paramos de bailar.

Yo llegué al altar atacada de los nervios y sin dormir, pero todo me daba igual. Merecía la pena. Hacia un tiempo estupendo, mucho calor y un solazo increíble. Nos trajeron mariachis, y ya antes de entrar al banquete, nos pegamos unos buenos bailes, increíble. Al entrar al restaurant nos improvisamos una sevillana y a comer. Yo no comí nada, tenía el estómago cerrado pero estaba feliz. Repartimos nuestros regalos y hubo muchas sorpresas más. Después de la tarta, a bailar. A la noche nos fuimos todos de fiesta y nos desmadramos.

Todo fue perfecto, mejor de lo imaginado. Volvería a repetir ese día mil veces, qué pena que solo sea una vez en la vida, porque para mí fue el más feliz de toda mi vida.