La boda de David y Mireia en La Seu D'urgell, Lleida

El día de nuestra boda

¡Fue el mejor día de nuestras vidas sin duda! Desde el primer momento del día hasta el de ir a dormir, todo fue un volcán de emociones y sensaciones.

Vinieron 4 amigas en casa para vestirme y estar los minutos previos del inicio de la ceremonia. Una vez vestida y compartir los primeros piropos del día, subimos una botella de cava y dediqué un brindis para cada una de mis amigas, diciéndoles lo que realmente habían significado para mí y lo mucho que las quería. Fue un momento súper íntimo y emocionante y de allí ya salieron las primeras lágrimas. Les entregué unas pulseras para que las llevaran en ese día. Cuando bajé al comedor, estaba el hermano de David, José, el padrino de la boda. Él me esperaba con una poesía y entregarme el ramo.

Todo el mundo se fue hacia el lugar de la ceremonia y me quedé con mi padre y mi hermano (el chófer). Una vez que salimos del coche, nos adentramos en la iglesia, sonando la canción de Leyendas de Pasión. Entré con una sonrisa de oreja a oreja, viendo a mis amigos, familiares y a mi futuro marido.