La boda de David y Mireia en Montserrat (Monestir), Barcelona
Elegantes Primavera Morado 11 profesionales
El 25/05/2019 300 1 0
D&M
25 May, 2019
El día de nuestra boda
Nuestro día empezó a las 6 de la mañana. Los dos estábamos muy nerviosos, así que apenas dormimos algo esa noche en el hotel. Mi marido se fue a casa de sus padres, donde se hizo las fotos y se vistió. Yo me quedé en la habitación esperando a la peluquera/maquilladora, que venía a las 7h. Estuvo un par de horas, entre maquillaje y peluquería, y luego vinieron mi madre (que me ayudó a ponerme el vestido), mi hermano, el fotógrafo y el cámara. Hicimos la sesión de fotos y vídeo. ¡Todo muy emotivo!
Luego, bajé a recepción, donde me esperaba mi testigo (sé quedó en shock al verme vestida de novia, se emocionó) y él y yo subimos al coche que nos llevaría a la iglesia, a Montserrat.
David subió con todos los invitados en cremallera.
Una vez arriba, David hizo su entrada con su madre y se quedó esperándome en el altar. Unos minutos después (que a David se le hicieron eternos), yo hacía mi entrada con mi madre.
Nunca olvidaré ese momento, al vernos los dos, con los trajes. Superemotivo.
Seguir leyendo »La ceremonia fue perfecta, salió todo genial. El cura que nos casó era encantador.
Una vez casados, salimos de la iglesia y nos tiraron los pétalos.
Hicimos un par de fotos por Montserrat y luego subimos al coche nupcial que nos llevaría al hotel, donde nos esperaba el banquete.
¡Cuando entramos a la sala del aperitivo nos recibieron todos los invitados! ¡Fue increíble! Aunque apenas pudimos comer nada, lo disfrutamos un montón. Además, yo pude cantar con el grupo de música que ambientaba el momento.
Más tarde, los invitados entraron los primeros en la zona del banquete, ¡y luego nosotros hicimos nuestra entrada al salón (con baile incluido, jajaja)!
Toda la comida fue superbien. Los invitados estaban encantados con todo, cada detalle, ambientación...
Brindamos, cortamos nuestro pastel nupcial (con 2 snitchs doradas incluidas, jeje) y luego repartimos los detalles de boda a cada invitado y bailamos nuestro baile nupcial que habíamos preparado durante estos últimos meses.
¡Ah! También hubo una sección muy divertida, con detalles de los invitados hacia nosotros. Regalos, preguntas, pruebas, vídeos, canciones... ¡Nos encantó!
A partir de ahí, ya empezó la barra libre y discoteca.
Terminamos agotados pero muy, muy, muy felices. Ese día fue maravilloso.
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