La boda de David y Mary en Monte La Reina, Zamora

El día siguió con montar al coche las cosas básicas para el hotel, mi familia se quedó conmigo para ayudarme con todos los detalles. Luego de pasar por la peluquería a recoger a mi madre, mi hermana, mi sobrino y yo marchamos rumbo a la finca sobre las 10:30 de la mañana.

Llegamos a la finca, y mientras subíamos las cosas a las habitaciones del hotel, fui a comprobar si todo estaba bien con la decoración, había detalles que terminar y quería saber si estaba como yo había pedido (sí, soy muy detallista y no podía perder el control). La tarta de boda la había llevado yo misma, ya que la hice especialmente como soñaba, soy repostera aficionada y por supuesto no podía faltar una tarta de ensueño en mi boda, por eso preparé mi propia tarta.

Sobre las 11:30 de la mañana, subí a la habitación, y desde entonces ya no salí para nada de ella, era suite de novia muy bonita, típica de un castillo rural, me sentía como princesa, sabía que mi marido estaba en otra habitación del hotel con su familia, así que nuestras familias venían de una a otra habitación para vernos y llevarnos cosas.

Empezaron a peinarme y maquillarme, la idea inicial era que mis damas de honor (mi hermana y mi cuñada) también se quedaran conmigo maquillándose y vistiendo en mi habitación, pero resultó que al estar con las fotos y la familia entrando y saliendo de la habitación, era un poco locura, así que al final cada una se arregló en su propia habitación, cosas que deseas pero que a veces no son muy viables en la realidad.

Mientras me maquillaban, llegó mi ramo y los ramos de las damas, pues al verlo era todo lo que había pedido, era hermoso, para mí tenía el color blanco y verde que había solicitado, y el de las damas era de color lila, coloqué los camafeos que preparé con las fotos de nuestros abuelos (mío y de mi marido), además del prendido de mi marido que también llevó un camafeo.

Cuando estaba aún en el maquillaje, llegaron las chicas de la finca para avisarme que la ceremonia iba a empezar y que la gente ya estaba sentada esperando, yo estaba sin vestirme aún, y me entraron los nervios más que antes, porque me dieron 10 minutos para terminar, la prisa era grande, así que mi familia me ayudó a colocarme el vestido, sentía el flash, flash y flash de la cámara, mientras me vestía... Pero al finalizar brindamos con el cava que había llevado para ese momento, y realmente me relajó los nervios.

A la 1:35 pm bajamos a la ceremonia, saliendo del castillo, estaba la explanada del jardín y los olivos de la finca, era hermoso todo, parecía de ensueño, me pasó por la mente las muchas películas que me había inspirado para mi boda... Llegué al altar y estaba mi marido sonriendo a mil, de lo poco que sonríe ese día estaba radiante, no miraba a nadie más que mi marido; mi madre me llevó al altar que representa todo lo que quiero, es mi madre y padre a la vez, por ello estaba orgullosa de tenerla a mi lado.

La ceremonia empezó, y mi suegra fue la que llevaba el guion de toda la ceremonia junto con la concejala, ambas amigas, por ello en todo momento nos sentimos muy cómodos y relajados con lo preparado para ese día, las palabras emotivas de nuestros seres queridos nos emocionaron y por supuesto nuestro pequeñín perruno llevó los anillos y fue muy tierno ese momento.

El banquete fue perfecto tanto por el restaurante de la finca con su menú como con los detalles que preparamos, ya sea con la decoración como con el momento tarta, todos nuestros invitados quedaron contentos y satisfechos.

El baile fue ideal, ya que llevábamos 5-6 meses preparando la coreografía, pues a mí me encanta bailar, pero mi marido nada de nada, así costó mucho aprenderla para que saliera bien. El dj puso nuestra canción de entrada y luego nuestras canciones de baile, además del mix para bailar con mis damas de honor, genial todo, bien coordinado, mientras bailaba en un giro se me cayó el tocado de porcelana que me había hecho, pero un familiar me lo volvió a colocar en un pis pas, sin darme cuenta lo tenía puesto otra vez.

Luego la fiesta terminó tarde, pero fue realmente como soñamos, todo lo planificado estaba hecho y el esfuerzo de meses para preparar todo, fue reconfortante escuchar a nuestros invitados que estaban encantados con la boda, nos llenó de orgullo.

Tuvimos una boda super bonita y como todos dicen, se pasa muy rápido, a pesar de eso la disfrutamos a mil.