La boda de David y Leles en Elx/elche, Alicante

El 25 de abril nos pareció la fecha perfecta. Escogimos un restaurante precioso que está en pleno centro de Elche, justo en medio del parque municipal, rodeado del palmeral de Elche, que es Patrimonio de la Humanidad. El mismo restaurante nos dio la opción de realizar allí mismo la ceremonia. En una sala acristalada donde se podía contemplar todo el parque. El precio se ajustaba a nuestro presupuesto.

La búsqueda de los trajes fue otra historia, ambos somos muy naturales, y eso de vestirnos tanto pensábamos que no iba con nosotros. Además, yo tengo 24 años, y veía todos los vestidos para chicas más mayores. Hasta que dimos con el nuestro. Mi vestido fue el modelo Bena de Pronovias, fue el segundo modelo que me probé, y lo tuve claro desde que me vi con él. Era cómodo, me veía juvenil, y con el pelo suelto me veía como una princesa, a pesar de que todo el mundo me recomendaba moño (sé que viste más, pero no me veía). Y mi novio, mi novio iba guapísimo. Su traje era de Carlos Ruzini de Elche, donde por cierto se portaron con él maravillosamente.

Para mi cabello tenía claro que lo quería suelto, pero no sabía aún cómo hacerlo, y una amiga me regaló para mi cumpleaños una diadema tipo griega, y vi enseguida que me quedaría genial con mi vestido de novia. Los zapatos eran rosas claritos, porque quería darle un toquecito de color, y por supuesto poder volver a usarlos. Mi ropa interior la compré 8thcolor. Mi maquillaje fue súper sencillo, le insistí mucho a la maquilladora en que quería aparentar mi edad.

La boda fue maravillosa, el mejor día de mi vida sin duda, y creo que el de mi marido también. Ahora que ya hace un mes, hemos vuelto de nuestro viaje de novios en el Caribe y lo echamos todo mucho de menos, por lo que os recomiendo a todos que disfrutéis muchísimo de los preparativos, y sobre todo del día de la boda, porque se pasa volado. Si volviese a hacerla, solo cambiaría la hora la boda, la haría por la mañana para que durase más. Pero, aunque fugaz, fue preciosa.

Por último, recalco que la ceremonia la creamos nosotros mismos. Nos casó el primo de mi marido, que el chico es periodista y sabíamos que no iba a pasar demasiados nervios. Hicimos la ceremonia de la rosa y la de la vela, leyó un familiar, y el oficiante hizo un divertido discurso sobre nosotros. ¡A todo el mundo le encantó! También decimos por no optar por padrinos; mi padre y su madre nos acompañaron a la entrada, pero tuvimos damas de honor y testigos, que fueron mi hermano y el mejor amigo de mi marido, que tuvieron un papel muy importante en la ceremonia.