La boda de David y Idoia en Huarte-pamplona, Navarra
Al aire libre Otoño Beige 4 profesionales
D&I
03 Oct, 2015El día de nuestra boda
El día de mi boda fue... ¿cómo lo diría? ¡Especial ¿Por qué? ¿Por qué después de 13 años nos casábamos? ¡No! ¡Porque todo parecía salir al revés! ¡qué nervios! Pero al final, todo salió mejor de lo esperado.
La semana previa a la boda:
El jueves tenía que ir a Donosti a recoger mi vestido que todavía no estaba terminado (me lo estaban haciendo a medida) y la tela de la falda tardó bastante en llegar, entre las vacaciones de agosto y los puentes... Sabía que aún faltaban detalles por ultimar, pero, aunque los nervios se llevan por dentro, yo confiaba plenamente en Yolanda Torres, ¡creadora de sueños!
El jueves me cogí el día libre por si había que hacer algún retoque de última hora para poder llevarme el vestido ese día. David y yo llegamos a Donosti a las 10:00 horas, ¡qué nervios! Por fin, ¡voy a ver mi vestido terminado!
¡Es precioso! y eso que está ahí colgado... Cuando me lo puse sentí eso, eso que se supone que siente una novia cuando encuentra su vestido. Yolanda lo consiguió, hizo el vestido de mis sueños, ese que no se parece a ningún otro y que nadie más podrá lucir el día de su boda más que yo, pero ¡había adelgazado! Y el velo se había confundido y lo habían dejado más corto... ¡Buf! no quería esperar ni un minuto más, pero como no podía ser de otra manera, me cogió el arreglo y tuve que esperar unas horas a que su equipo de modistas hiciera la magia y estuviera listo para venirse a casa conmigo.
Seguir leyendo »En nuestra espera, fuimos a dar un paseo por Donosti, ¡que es precioso! Estuvimos en el mirador del Igueldo, ¡qué vistas! y que día tan bueno hizo. A la vuelta paramos en Massimo Dutti que hay en la avenida de la libertad y compramos la camisa del novio. Era preciosa, blanca y con unos gemelos de color azul marino, la dependienta fue majísima y nos asesoró muy bien.
Comimos, y ahora sí que sí, tenía que estar listo mi vestido, así que había llegado la hora de la ¡última prueba! Tuve que esperar, hacía falta planchar el vestido ¡y el velo! Fueron saliendo una a una las dueñas de esas manitas que habían cosido semejante maravilla. ¡Qué majas! Estaban todas emocionadas con mi vestido ¡y yo con sus palabras! Llegó el momento, no hizo falta ni ponerme los zapatos, ¡todo era perfecto! Mi vestido se había convertido en mi segunda piel, y el velo era largo como yo quería. ¡Lo tengo! Besos y abrazos para todas, ¡gracias por vuestro trabajo! Yo ya estaba más tranquila.
Día 2 de octubre de 2015:
¡Amaneció un día de perros! Lloviendo a mares, un frío que pelaba... A las 12:30 teníamos que ir al juzgado a firmar y no apetecía ni salir a la calle. Mi mejor amiga Maite y mi suegro eran los testigos (Según dijo el juez: - Esta firma es la que vale por lo que oficialmente ese será el día del aniversario de boda). Una pereza enorme, 0% animada, la verdad fue más soso de lo que esperaba. Llegamos, nos sentamos, “bla, bla, bla”... El artículo 6, “bla, bla, bla”, firmad aquí y, ¡ya está! ¡Casados! ¿Enserio? Mi cabeza estaba en mañana, ¡cómo haga este frío y llueva así! ¡Qué horror! Me fui a tomar un cafecito con Maite, a ver si entrábamos en calor. La tarde la tuve super liada, tenía que preparar todo para el gran día y no había hecho casi nada... (¡Qué fuerte!). Fui a comprar chuches para el Candy Bar, la arena de dos colores para la ceremonia de la arena, decoré el tarro en el que meteríamos la arena y los recipientes de ambos colores, acabé mi photocall de Instagram que hice a ratos, compré bigotes, unas boas y gafas para las fotos graciosas, le pinté el pelo a mis muñecos de tarta porque ella era rubia y yo soy moren. Organicé las cestas con los detalles de boda de los chicos y de las chicas, los regalos que iba a hacer por sorpresa a algunas de mis invitadas y... ¡Ostras! Eran las 21:00 y no le había dicho al del restaurante ni que música quiero poner a la entrada de la ceremonia, ni que canciones especiales quiero que pongan en la entrega de regalos. No sabía si se podía tirar arroz o pétalos... La hora que era y ¡me faltaba todo por hacer!
Llamé a Antxon, y por suerte, aún estaba trabajando y pudo atender todas mis peticiones. Se podía tirar pétalos de rosa si eran naturales y le fui diciendo la banda sonora de nuestra boda. La entrada sería con la canción de Il Divo “Hasta mi final” (Los pelos de punta cada vez que lo recuerdo), a la entrada al salón del banquete y corte de tarta “Marry you” de Bruno Mars (me encanta esa canción) tenía pensado entregarle mi ramo a mi madre porque hacía una semana había sido su 36 aniversario de bodas (casi nada...) y su canción preferida es “Yesterday” de los Beatles. Los muñecos de la tarta iban a ser para mi amiga Edurne y su novio Andrés y quería que fuera con la canción de Mariah Carey “Without you”. Y a Maite le tenía preparada una sorpresilla, ella y yo somos súper fans de los Back Street Boys desde crías y sabía que cualquier canción sería especial así que elegí “Perfect Fan” de los BSB, el resto de música ya iba a criterio de Dj.
¡Todo listo! Le di las cestas a mi cuñada y lo demás estaba en casa de mis padres por lo que sólo me tenía que preocupar de descansar y madrugar mucho para peinarme y maquillarme (Tenía cita a las 6:00).
Día B, 3 de octubre:
Eran las 3 de la madrugada y yo estaba tan a gusto dormida cuando me desperté con un ruidillo y el cuerpo se me puso en modo búho. Ya no pude dormir más... Me quedé en la cama descansando y pensando en tantas veces imaginando ese día y por fin había llegado, después de tantos preparativos.
¡Ring! Sonó el despertador, ¡ya es la hora! Me levanté sin pensarlo dos veces, me vestí corriendo, le di un beso a mi bello durmiente y salí hacia la pelu donde me esperaba mi prima Irene, la mejor peluquera del mundo. ¡El resultado fue perfecto! Salí de allí como una reina y a las 8:30 ya estaba fuera. Te quiero, prima. ¡Regalazo que me hizo dejándome tan guapa!
Salí de la pelu y me pasé por la floristería porque con los nervios no me había enterado de a qué hora tenía que pasar a recoger el ramo y a que adornaran los coches, (el mío iba con flores y el de David iba con lazos) Por suerte, justo cuando llegué, aparecía el chico a abrir la tienda y me dijo que para las 10:00 estaba todo listo. Fui hacia casa de mis padres, primero a ver a mi madre que estaba en la pelu de al lado de casa, ¡qué guapa le estaban dejando! luego iba mi hermana. Desayuné, le hice un apaño al cinturón de mi padre que no le ajustaba bien. Llegó mi madre guapísima de la pelu, le maquillé y después maquillé a mi hermana. Las 11:30, no quedaba nada ¡y mi padre sin ir a por las flores! Salió disparado con mi hermano mayor y yo, mientras me fui poniendo el vestido, los zapatos, los pendientes... Eran las 11:55 y no llegaba mi padre... ¡Buf que sudores!
Por fin llamó mi hermano que ya estaban en la puerta, que saliera. Le dejé a mi madre el cojín con las alianzas, los marcos para el Photocall y mis zapatos de repuesto. Mi madre iba con mi hermano mayor y mi hermana en otro coche Al fin, me monté en el coche y cogí mi ramo, era precioso hecho con capullos de rosa rosas pastel con bolitas verdes. Llegamos al Hotel Don Carlos donde sería la ceremonia, el banquete y el baile.
Había mucha expectación y los fotógrafos esperaban en la puerta. Mis ojos buscaban al novio… ¡Lo encontré! Estaba guapísimo, ¡guapísimo! Mi padre abrió la puerta y salí hacia la puerta, allí me estaba esperando él, el más guapo de todos, fuimos hacia la entrada del hotel donde nos sacaron un montón de fotos y saludamos a los invitados, que, aunque eran pocos eran muy importantes para nosotros. Vino a Antxon a saludarnos, nos dijo que irían pasando a los invitados a la zona de la ceremonia donde ellos tienen un templete precioso. Más tarde iríamos nosotros David con la madrina (su madre) y yo con el padrino (mi padre). Cuando nos vino a avisar de que era nuestro turno mi madre no había llegado aún con los anillos… tuvimos que esperar 5 minutos más hasta que llegaron y por fin cogieron los anillos.
Cuando ya teníamos todo empezó la música al fondo: “Tu lugar es a mi lado hasta que lo quiera Dios, hoy sabrán cuánto te amo cuando por fin seamos dos Yo nunca estuve tan seguro de amar así sin condición. Mirándote, mi amor, te juro cuidar por siempre nuestra unión…”. Íbamos andando por un caminito hacia el templete, mi madre se tropezó con el velo y casi se cae, ¡mamá! Seguimos el camino (equivocado al parecer), ¡y aparecimos en la parte de atrás! Campo a través encontramos el camino correcto… Y allí estaban todos esperando. Lo primero que vi fue a Naiara una de mis mejores amigas llorando a moco tendido y se me empañó la vista así que hasta que llegué al templete no vi nada más. Nuestros padres se sentaron a nuestro lado y empezó a hablar el juez que era majísimo, se presentó y dio paso a Maite, mi Maite, que quería decir unas palabras. Sacó la azafata del 1, 2,3 que lleva dentro y logró sorprender a todos los espectadores y sobre todo y en especial a mí que me hizo reír a carcajadas y llorar a mares… Fue muy emocionante… Aplausos.
El juez dio paso a la ceremonia de la arena en la cual cada novio vierte arena de un color en un recipiente, cada color representa a cada uno antes del matrimonio fundiéndose ambos en un nuevo recipiente que representa la unión de los dos. Nos pusimos los anillos y firmamos nosotros y nuestros padres como testigos. Fuimos saludando a todos los invitados y pasamos a la zona ajardinada del hotel donde nos estuvimos sacando fotos con todos, con padres, amigos, todos los invitados, familia del novio, familia de la novia, sobrinos… Empezó el cóctel para los invitados y nosotros seguimos con la sesión de fotos para el álbum con los fotógrafos que eran majísimos (9digital bodas), hicimos una paradita y picoteamos algo y seguimos hasta la hora de la comida sacando fotos.
Llegó la hora de la entrada en el salón del banquete, entramos y derechos vamos a cortar la tarta (Dijo Arantxa, que era la encargada del salón) Pero, ¿y los muñecos? Los tenía mi cuñada, se los di el día antes con las cestas de los regalos y se me olvidó recordarle que lo tenía que sacar todo y dejar en el hotel para que lo prepararan. Bueno, no pasa nada, cortamos la tarta y luego buscamos los muñecos… Empezo a sonar: “It's a beautiful night, We're looking for something dumb to do. Hey baby, I think I wanna marry you…”. Entramos, cortamos la tarta y nos sentamos a comer. Estaba todo buenísimo. Y llegó la hora del postre y tenía que entregarle a Edurne los muñecos de la tarta con el primer corte del postre así que empezó la música: “No i can't forget this evening or your face as you were leaving…”. Y salimos con el primer plato de tarta hacia Edurne que menuda cara me estaba poniendo y mientras a Andrés iba mentalizándole, ¡de que los siguientes ellos! La siguiente canción era para mis padres, “Yesterday”. Le entregué el ramo e hice un brindis por ellos.
Empezó a sonar: “It takes a lot to know what is love It's not the big things, but the little things That can mean enough”… ¡Y ella se puso loca! Pero no sabía que la verdadera sorpresa estaba en camino. ¡Tenía preparada una pareja de novios ositos de peluche para ella! Fue superemocionante porque tenía algo para cada una de mis invitadas de honor. A mi cuñada le di una liga y a mis sobris chicas un ramo de rosas hecho con toallas. Después del postre, todas las solteras para fuera que voy a lanzar el ramo, confiaba en que Naiara luchara por él y lo hizo (¡al segundo intento porque en el primero acabo el pobre ramo estampado contra el suelo). Nos sacamos unas fotos super divertidas y pasamos todos al salón del baile. Primero un brindis y agradecimientos por venir y empezó el vals, bailamos, nada de coreografías, pegaditos… Y enseguida se animó todo el mundo a bailar.
Bailamos, nos reímos, y mientras la gente se divertía David y yo salimos un ratito a escondernos y a intercambiar nuestras impresiones, estábamos super felices porque todo estaba saliendo perfecto. Siguió la fiesta, nos dedicamos canciones y cuando la música acabó algunos se fueron y otros quedamos en Villada que habían empezado las fiestas… ¡Hasta que el cuerpo aguantó!
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