La boda de David y Edurne en Pamplona, Navarra

El día de nuestra boda

Fue un día perfecto. Siempre suelen decir que en las bodas siempre hay algo que sale mal pero nada más lejos de la realidad. Para mí fue el día perfecto desde que entré en la peluquería. El único problema es que nos retrasamos un poco en la llegada a la iglesia pero, por suerte, ¡el novio estaba aún esperando! Reconozco que en ese momento sí que estaba nerviosa, pero fue entrar en la iglesia y me relajé. También ayudó nuestro cura, que hizo una celebración maravillosa, se me hizo supercorta y la disfrutamos un montón.

Después venían las fotos y es que con Javier Chandia es imposible hacerse una sesión de fotos y no pasártelo bien. Pasamos al banquete. ¡Y qué banquete! Es que el Restaurante Europa es un lujo, estaba todo tan bueno y tan cuidado que es imposible que algo salga mal.

Y finalmente fin de fiesta en el bar Kabiya, y qué mejor definición de lo bien que fue todo y lo bien que se lo estaban pasando los invitados que rompimos todas las estadísticas de gente que fue. ¡Solo faltaron 5 invitados! De verdad que no puedo estar más feliz de ver que todo lo que tardamos un año entero en preparar, con mimo y cariño para que todos disfrutaran, saliese tan bien. Y sobre todo ver qué estamos rodeados de las mejores familias y amigos, que tanto cariño nos dieron ese día. Gracias a todos los que hicieron posible esta maravillosa boda. ¡Ahora nos toca disfrutar de Japón y Bali!