La boda de David y Cristina en Ronda, Málaga

A la salida nos echaron pétalos y cañones de mariposas y como habíamos contratado un puestecito de mojitos, limonada y cerveza antes de irnos a hacernos las fotos, nos bebimos un par de botellines. A nuestros invitados les encantó el detalle para la espera de la iglesia. Nos hicimos las fotos en el Tajo de Ronda, que fueron espectaculares; fue breve, ya que queríamos aprovechar el mayor tiempo posible con los invitados en el cóctel.

Nuestra entrada con las bengalas de humo no se la esperaban y mientras bailábamos alrededor de la piscina de la finca, todos nos aplaudían; estábamos en una nube de felicidad. Después del cóctel pasamos a la zona del banquete, teníamos preparadas unas canciones para que las mesas salieran a bailar y poder ganar unos detalles que teníamos preparados; la verdad que no sabíamos muy bien cómo saldría esta parte, pero la gente estaba motivadísima y el DJ fue el encargado de repartir los regalos a quienes bailaran mejor. Lo hizo genial y se lo pasaron en grande. Repartimos unos regalos a las madres y por supuesto, una réplica de mi ramo a mi mejor amiga, aunque mi marido se lo entregó al novio de mi amiga, que casi se desmaya del susto que se llevó. Enseguida se lo dio a mi amiga, ¡le da pavor el compromiso!

Una vez terminado el postre, dimos paso al baile. La verdad que nos salió bien para lo perjudicados que íbamos los 2; bebimos un par de vinos de más y no habíamos ensayado con alcohol. Hicimos un remix de canciones y gustó mucho porque empezamos con una canción lenta y luego con otra marchosa que nadie se esperaba. ¡No podía faltar el fotomatón! Tener un álbum con las fotos de todos los invitados y con dedicatoria es uno de los mejores recuerdos que se puede tener de ese día.

Justo hacía una semana, Málaga entró en fase 1 y pudimos tener baile en la barra libre, así que todos pudimos bailar y disfrutar del día. A pesar del Covid, no éramos muchos invitados, pero estuvieron los imprescindibles para poder pasarlo fantásticamente.

Volvería a repetir ese día una y mil veces, fue mágico. Fue todo al aire libre, en un complejo rural bastante grande. Hizo mucho calor para ser mayo, pero las sombrillas hicieron su labor para que no se quemara la gente. Agradecer a todos los proveedores que hicieron que este día fuese maravilloso y a todos los invitados que sin ellos no hubiese estado igual de bien.

A todas aquellas parejas que no saben si casarse este año o posponerlo, os animo a que si podéis, os caséis este año. Nosotros lo pasamos muy bien y nuestros invitados no tuvieron sensación de miedo; es verdad que la mayoría ya estaban vacunados, pero los que no lo estaban no tuvieron sensación de miedo. Nuestra boda era pospuesta de mayo del año pasado y teníamos decidido que este año, pasara lo que pasara, nos íbamos a casar; había sido un año muy complicado y queríamos disfrutar con la familia y amigos y no queríamos posponerla de nuevo.

Faltaron muchas personas que nos hubiese gustado que estuvieran, pero nuestra decisión estaba tomada y por unas cosas o por otras, la gente siempre falla, así que no queríamos esperar más. Después de haber estado al pie del cañón como enfermera en un hospital, había llegado el momento de mi día, de mi boda y fue tal cual lo había soñado.