La boda de David y Alba en Zaragoza, Zaragoza
Al aire libre Primavera Fucsia 3 profesionales
D&A
22 Mar, 2014El día de nuestra boda
Me levanté a las 6 y media de la mañana y, a pesar de lo que todo el mundo me decía, había dormido bien. No me hizo falta levantar la persiana, ya oía la lluvia. Así que decidí no mirar y respirar: “vale, mi boda va a ser con lluvia”.
A las 7 llegaron la maquilladora y la peluquera y comenzó el lio. El maquillaje fue bien, después de todas las dudas me gustó mucho como me dejaron. A todo esto la peluquera estaba con mi madre y mi tía y yo, paseándome por la casa. Cuando empezó a peinarme eran las 11 (la boda era a las 12:30; justos, pero bien). A las 11:50, aún estaba a medio peinar. Cuando me dijo que había acabado, me miré al espejo y mi peinado tenía el doble de volumen de lo que hicimos en la prueba. ¡Casi me da algo! Le dije que no, que ese volumen ya me lo estaba bajando. Mi madre y mi tía me decían que estaba muy guapa y yo me ponía histérica. El fotógrafo y amigo me decía que no estábamos para pruebas, que íbamos tarde. Mi mirada bastó para hacerlos callar a todos y que la peluquera comenzase a bajar el peinado.
Seguir leyendo »Mientras tanto le dije a mi madre que preparase todo para vestirme. Al "arreglar" el peinado se empeñó en ponerme una redecilla en el moño. Hui de la peluquera como si quemase (odio las redecillas y en ningún momento habíamos hablado de eso).
En fin, que empecé a vestirme: me puse las medias, la liga, los zapatos, el vestido. Entonces me dijo una vecina: “Alba, ¿llevas el cancán?” ¡Mi cara era un poema! ¡NO! Así que de repente, Cris desapareció debajo de mi vestido con el cancán y empezó a ponérmelo por debajo. Yo atacada y mi tía lloraba. Bien, las 12, era tarde. El fotógrafo empezó con las fotos mientras me decía: “sonríe un poco por Dios y quita esa cara de nervios”.
Salimos de casa y entonces me di cuenta de que hacía sol. Nadie me lo había dicho. Hacia una hora que había parado de llover. De camino a la finca, mi padre se perdió y llegamos con 30 minutos de retraso. Avisamos de nuestra llegada y entonces entró David. Mientras, me preparé para entrar. Mi canción fue Jade, de la película La Roca (para mí, preciosa). La ceremonia la oficiaron unos amigos nuestros (ya habíamos ido al ayuntamiento días antes) y fue perfecta, emotiva y preciosa.
Luego, fotos, fotos y más fotos, con el sol de cara (ese sol que yo tanto deseaba) y yo con sed; hasta que un camarero caritativo me trajo agua. La comida, todo aperitivos, perfecta. Nuestra sorpresa: un buffet de postres en lugar de tarta nupcial. La gente alucinó y la fuente de chocolate tardó media hora en quedar libre para que yo pudiera acercarme. Dimos los regalitos. Para el baile nupcial, hicimos una coreografía que comenzaba lenta y luego se animaba, con amigos que habían estado ensayando con nosotros. Nadie se lo esperaba y oír los vítores de la gente fue fantástico.
Comenzó el baile y la barra libre (que sé que más de uno la amortizó y mucho). Más fotos, baile, estar con la gente que quiero, a pesar de quedarme con la sensación de que estaba con todos y con nadie a la vez. El attrezzo del photocall, un súper acierto. Lo recomiendo; nosotros no sabíamos si poner o no y triunfó. Nadie se puso en la zona del photocall pero sí que iban por toda la finca con las corbatas, las gafas, los labios y los bigotes que había hecho yo. Al final de la noche solo quedó "viva" una boa de plumas y un gorro.
Ahora viviremos nuestra vida de casados, con la mejor persona que he conocido en mi vida, mi marido. Que me cuida y me entiende mejor que yo muchas veces. Espero que os haya gustado. Y si me permitís un consejo, disfrutad, disfrutad de cada momento, de los buenos y de los malos. Es vuestro día y pasa volando. De momento, no tengo muchas fotos, estas son del móvil. Subiré más cuando me las den.
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