La boda de Daniel y Mihaela en Castelldefels, Barcelona

Fui a ponerme el vestido y a esperar a que mi "prometido" viniera a buscar a la novia junto a su familia. Por otra parte, mi pobre maridito lo pasó aún peor que yo, ya que sufrió un "accidente" la noche anterior. Cuando salí del coche él cerró la puerta detrás de mí y se pilló el pulgar, no pudo dormir en toda la noche por el dolor y durante la boda se lastimaba cada vez que estrechaba la mano de los invitados, por no hablar del momento de los anillos...

A pesar de todo, fue un día perfecto. Uno de los momentos más bonitos fue precisamente cuando nos vimos por "primera vez", cuando vino acompañado por su familia a recogerme. Por fin nos veíamos por primera vez en el día, fue como verle de nuevo después de muchísimo tiempo. ¡Además estaba guapísimo! Se quedó ensimismado al verme, aún hoy me recuerda lo impresionado que se quedó mirándome.

Otro de los momentos más especiales para mí es mi entrada con la banda sonora de "Lo que el viento se llevó" de fondo. Lo único que recuerdo es su cara mientras me acercaba más y más a él. Desde luego no me pasó como en las películas cuando la novia va saludando con una sonrisa a sus invitados. Yo sólo le veía a él a través del velo, y pude ver que él también, con algunas lágrimas, me veía tan solo a mí.

Muchos momentos especiales, felicidad, tranquilidad y gratitud fue lo que sentí el día de mi boda. Fue inolvidable. Aún no puedo creer que haya pasado más de medio año, para nosotros parece que fue ayer cuando nos dimos el "sí quiero".