La boda de Daniel y Jade en Madrid, Madrid
Elegantes Verano Blanco 11 profesionales
D&J
07 Jul, 2018El día de nuestra boda
El día B fue el día más bonito de mi vida. Creo que nunca he estado tan feliz, tan plena y tan sonriente. Yo siempre soñé con el día de mi boda, me imaginaba siempre casándome en Caracas (soy Venezolana) y teniendo mi banquete en el sitio que siempre quise y con mi familia.
Por razones de la situación socioeconómica del país, de mi familia solo pudieron venir mis padres y dos primos (y estaré eternamente agradecida por el hecho de que hayan podido venir). Y no veíamos como buena idea casarnos en Venezuela, puesto que muchos de nuestros amigos y la familia de Dani no podrían ir hasta allá y sería además un riesgo. Así que planeamos todo en Madrid.
¡Todo empezó en el hotel Meliá Castilla, donde estuve el día antes con mis amigas haciendo una ‘bridal shower’ para no ponerme nerviosa y funcionó!
Además, aproveché la oportunidad para darles a todas mis damas de honor un regalito y tener ese detalle de compartir con ellas el día antes de mi boda. La habitación que nos dieron fue una pasada, la verdad es que en el hotel se portaron superbien con nosotras.
Seguir leyendo »Esa noche se quedó a dormir conmigo mi madre, ya que a ambas nos maquillaba y peinaba la misma persona. Cristina, de Urvan llegó puntual y empezó con mi madre, yo mientras me iba dando un baño de espuma intentando dejar mi piel radiante y perfumada y también quitarme los nervios. Dani y yo desde el día anterior dejamos de escribirnos para que así, el momento de la iglesia fuese aún más intenso, así que no sabía si estaba arreglándose él también ni nada. Después de mi baño, empezó Cristina a peinarme y momentos después llegó Cris de Yes We Pet con Ámbar, nuestra Golden Retriever. Ámbar es superimportante y especial para nosotros junto a Dolce, nuestra chihuahua que yo ya tenía desde antes de conocer a Dani.
También estaban ya en la habitación Lidia y Miguel de Guacamole Weddings, la mejor decisión que hemos tomado con respecto a la boda ha sido el contar con ellos. Las fotos y los vídeos son un sueño hecho realidad. Cuando llegó Ámbar, me tomaron algunas fotos con ella, y mientras a Dani le tomaban fotos con Dolce. Quedaron preciosas.
Empezaron a maquillarme y ya se iba acercando la hora de estar lista, así que cuando nos dispusimos a ponerme el vestido estaba supernerviosa, mi madre se reía porque los botones del vestido eran complicados de poner y vamos, que cuando finalmente me vi vestida de novia frente a un espejo, en el día de mi boda, maquillada y peinada me quedé viéndome como por 5 minutos. No podía creerme que finalmente había llegado el día, que estaba ocurriendo, que me casaba con el amor de mi vida.
Cuando me pusieron el velo y el tocado de Grace Bridal (que es ideal y me encantó) y me dieron el ramo (de Grace Bridal también) estaba ya lista. Me tomaron unas fotos más y estaba ya el chófer de Chic Cars esperándome en la entrada del hotel. Ese momento en el que caminaba hacia el coche con mi madre y todo el mundo nos veía fue algo que nunca me había pasado.
Lidia, mi fotógrafa de Guacamole Weddings, estaba ya en la iglesia cuando llegamos, ayudó a que el coche entrase en el patio de la iglesia y ahí le vi, a mi padre con esa cara de amor. Ese es uno de los momentos más representativos para mí, siempre soñé con el momento en el que mi padre me veía vestida de novia por primera vez. Soy la menor de sus hijas, él siempre ha sido superespecial conmigo y ese momento fue muy emotivo para los dos.
Nos dispusimos a entrar a la iglesia con la canción que siempre quise tener de fondo al caminar por el pasillo (gracias Cuarteto Nonamé por hacerlo realidad) y cuando pasaron las damas de honor empecé a caminar yo con mi padre y al final le vi. Ahí estaba él, mi prometido con esa sonrisa de oreja a oreja. Ese momento es otro que no olvidas jamás, es como si todo lo demás se hubiese parado, como que el mundo no giraba más, solo eran sus ojos y los míos. Yo creo que hasta empecé a caminar más rápido y todo para llegar a él. Mi padre me entregó y le dijo que me cuidara como el tesoro más grande y yo todo el rato con lágrimas en los ojos.
La misa fue preciosa, la música fue perfecta, nos dedicaron unas palabras superbonitas mi suegra y mi padre. Cuando llegó el momento de casarnos y de ponernos los anillos, los traía Dolce, nuestra chihuahua, con el vestidito que le compramos. Todo el mundo dejó de hacer lo que estaba haciendo para ver a Dolce, fue supergracioso ver a la perrita traer las alianzas. Pronunciamos los votos y nos casamos, fotos por doquier, de fondo nuestra canción en cuarteto de cuerdas y no pudo ser más ideal la ceremonia.
De camino al banquete, el chófer quitó la capota y nos sentimos como dos celebridades. Todo el mundo te pita te felicita por la calle es supergracioso. Llegamos al Mirador de Cuatro Vientos, elegimos la finca "Las Palmeras" es ideal, muy verde y espaciosa. Ahí estaban todos nuestros invitados gracias a que un bus les había llevado (Esteban Rivas) y estaban ya en el cóctel. Nosotros nos tomamos unas fotos en el coche de novios que era precioso y nos dispusimos a entrar para tomarnos las fotos antes del banquete.
Estar juntos los cuatro (Dani y yo, Ámbar y Dolce) y poder tomarnos fotos fue mágico. ¡También es un momentazo el minuto en el que paramos, nos vemos a los ojos y decimos "¡Espera, que nos acabamos de casar! ¡Qué fuerte!". Genera mucha complicidad porque por fin, ahora solo puedes disfrutar, sonreír, bailar y comer. Ya no más nervios.
Cuando terminamos las fotos, nos dispusimos a entrar al banquete y todo el mundo se puso a gritar "vivan los novios" y es como, claro, que los novios somos nosotros y es una pasada, porque solo bailábamos, reíamos y pasábamos por las mesas a ver qué tal lo estaban pasando.
Eso sí, comer poco. Menos mal que en el Mirador nos hicieron una degustación unos meses antes y pudimos comer de todo, estaba la comida deliciosa, pero la verdad es que el día B no estás pendiente de comer. En pleno banquete, mi marido me da la sorpresa de la vida: empieza a rodar un vídeo en unos proyectores con cada uno de los miembros de mi familia que no pudieron venir, diciéndome lo mucho que deseaban estar ahí y lo orgullosos que se sentían de mí. El momento en el que me desplomé a llorar fue cuando vi a mi abuela. No puedo explicaros ese momento, pero todo el mundo estaba emocionado llorando. Fue un momento superemotivo.
Cuando terminó el banquete nos fuimos al salón de fiesta, estaba todo superbonito y empezó a sonar la canción del primer baile, yo viví un tiempo en Italia, donde fui muy feliz y me encanta Andrea Bocelli. Así que cuando descubrimos que "Perfect" de Ed Sheeran tenía una versión con Andrea fue la bomba. Esa tenía que ser nuestra canción.
Cuando en la canción dice "Sei la mia Donna..." (significa, eres mi mujer) y Dani me mira y me la empieza a cantar mientras bailamos me derretí. Dani no habla italiano, yo sí, y me parece uno de los idiomas más bonitos además del castellano, así que el hecho de que él se aprendiera la canción en italiano para cantármela mientras bailamos… Vamos otro momentazo. Después yo me fui a bailar con mi padre y él con su madre, el baile con mi papá nos trasladó a cuando bailamos el vals juntos en mis 15 años (en Latinoamérica es una tradición) y me dijo, "la última vez que bailé esto contigo tenías 15 años" y le abracé y no le solté hasta que terminó la canción.
Y qué os puedo decir: barra libre incluida, buena música, gente joven. Se lio. Las fotos, vídeos solo muestran eso: felicidad absoluta.
Lo pasamos demasiado bien, al punto que el colchón hinchable de los niños estaba lleno de mis amigas y sus amigos, que los más adultos estaban bailando sin parar, que el alcohol pedía ayuda porque estaba por acabarse y la recena propició una guerra de chocolate.
Nuestra boda fue el mejor día de nuestras vidas. Eso es lo que resume todo lo que os he contado.
Gracias.
Servicios y Profesionales de la Boda de Daniel y Jade









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