La boda de Dani y Yez en Terrassa, Barcelona

Elegimos la fecha en base a las vacaciones que podía tener mi familia y mis amigos de Argentina, para que todo el que pudiera estuviera compartiendo nuestro día.

Fueron unos 7 meses de espera, haciendo las invitaciones nosotros manualmente, los detallitos, los souvenirs para invitados, poniendo en cada cosita que hacíamos un pedacito de nosotros y de nuestro amor. De a poco fuimos contratando todos los proveedores, teníamos un presupuesto muy acotado, pero a pesar de eso pudimos encontrar todos los proveedores que se ajustaban a nuestro bolsillo. Comprobamos que se puede hacer una boda Low Cost y que todos los invitados se lo pasen genial, pasando un fin de semana en un hotel de la Costa Brava los 113 invitados.

Esa semana de la boda fue muy agotadora, recibiendo a mi familia de Argentina, hasta la noche de antes. Nos acostamos a eso de las 00:00 aunque nuestro despertador estaba puesto a las 05:00am. Como ya suponía, fue muy poco lo que dormí, nervios e ilusión se me mezclaban. No tenía nervios de que algo saliera mal, sabía que no saldría nada mal, sino que estaba nerviosa por lo que significaba ese día en mi vida, me imaginaba caminando hacia él, el amor de mi vida..

05:00am se acabaron los sueños y pensamientos, mi día, el día había empezado. Una ducha y a las 06:00 a la peluquería junto con mi mamá y mi suegra. Nos peinaron y nos maquillaron. A las 9:00am volvía a casa y la fotógrafa ya estaba esperándome, ¡una mañana de locos! Me hicieron las fotos, mientras terminaba de volverme loca con cosas que no encontraba, o miedo a que se hiciera tarde. ¡Mis nervios a flor de piel ya no los podía ocultar!

10:40am salimos en el coche nupcial, el padrino, mi padre, mi hermano y una de mis primas que por suerte estaba ahí para ayudarme con el vestido ¡y el velo! Llegamos rápidamente y me hice unas fotos en la entrada del ayuntamiento.

Entrar en la sala con mi papá del brazo, y ver la cara de mi amor con la canción "Notthings else mathers" (versión apocalyptica) de fondo, hizo que me sensibilizara, estaba ahí, era el momento, todo lo que había esperado todos esos meses había llegado... Aunque traté de mentalizarme en no llorar por el maquillaje, alguna lagrimilla se salió. Estaba tan nerviosa que me temblaba el cuerpo, pero aun así le leí a mi marido unas palabras que le había escrito. Estaba pactado que él me leería también, pero sus nervios pudieron más y no se animó.

Al terminar la ceremonia, salimos y nos tiraron el arroz de colores que habíamos preparado, y nos hicimos fotos. Después de eso nosotros con la fotógrafa fuimos a un parque a hacernos fotos de recién casados, y casi a las 14:00hs partimos para el Hotel en donde la gente ya nos estaba esperando, Hotel Maria del Mar, en Lloret. LLegamos con mucha hambre y el hotel muy gentilmente nos había guardado comida para nosotros y los acompañantes. Cabe destacar que por nuestro presupuesto no habíamos contratado ningún pack de boda, sino que simplemente contratamos como grupo grande y una sala del hotel para partir la tarta, brindis, etc.

Bien, ahora voy a contar lo que no muchos te dicen acerca de las bodas... sobre lo incómodo que es llevar un vestido pomposo, te lo pisan, se enrollaba el aro del can can, a la media hora la cola estaba negra… A pesar de ser Febrero, daba mucho calor llevarlo, los pies super cansados… Lo cansado que es hacerse fotos con las 113 personas invitadas, sonreír todo el día, estar para los invitados, estar pendiente de todo, todos te preguntan las cosas a vos... ¡El sueño y el hambre que tienes cuando estás haciéndote fotos! ¡Lo difícil que es quitar el vestido para poder relajar y disfrutar tu noche de bodas!

Además, los bloopers: no coordinaron el momento de poner la marcha nupcial y la pusieron cuando yo no había subido la escalera ara ir a la sala, tuve que agarrarme el vestido y correr para poder entrar con mi canción… Y en el momento de leerle a mi esposo, no podía quitarme los guantes que llevaba de los nervios ni abrir el papel.. .A los 5 minutos de llegar al hotel, una niña me volcó un vaso de Sprite en el vestido, lo secamos lo más que pudimos con el secador de manos en el baño con ayuda de mi prima.

En fin… Es realmente agotador, por suerte en el momento de baile después de cenar, mi marido y yo pudimos relajar, ponernos zapatillas y disfrutar 100% del baile con todas las personas que estaban felices por nosotros.

Cuando ves las fotos, o te llaman por teléfono para decirte lo bien que lo pasaron, te das cuenta que todo vale la pena…

Fue un día espectacular… ¡pero es el comienzo de algo mucho mejor!