La boda de Dani y Carol en Porreres, Islas Baleares
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El 07/06/2014 677 0 2
D&C
07 Jun, 2014
El día de nuestra boda
Hace casi dos meses de nuestro día, ¡para nosotros fue el más maravilloso! Lo quisimos celebrar todo en el mismo sitio, tanto la ceremonia como el banquete, en la finca Son Samá. Buscábamos comodidad tanto para nosotros como para nuestros invitados y puesto que la finca la encontrábamos espectacular, ¡pues eso hicimos!
Tengo miles de anécdotas pero resumiré las más destacadas para mí. Primero en casa mientras me estaban haciendo las fotos, mi familia estaba tan nerviosa que no sabían dónde poner el huevo, pero bueno, fallos técnicos del momento.
Por consiguiente, la persona que tenía que acercar a los fotógrafos (no tenían vehículo puesto que eran unos familiares que habían venido desde Almuñecar) hasta la finca era una hermana mía y desapareció porque tuvo que ir a buscar a su acompañante. Los más fuerte es que me vi en el coche de la novia que éramos 5 personas, de los cuales uno de ellos era mi cuñado-chófer, mi madre, los dos fotógrafos y yo, y mi hermano que ejercía de padre tuvo que irse en el coche con su mujer y mis sobrina, pero bueno, hasta ahí lo llevábamos bien, o mejor dicho, ¡cómo se podía!
Seguir leyendo »Llegamos a la finca, ahí va lo más gordo, ¡el sidecar no arrancaba! Como os he dicho el coche me llevaba hasta la finca, hasta la entrada de ésta, ya que ahí me tenía que cambiar de vehículo como todo estaba previsto. Pues el sidecar no le daba la gana arrancar, mi cara empezó a transformarse de mala manera y emocionalmente nada más tenía ganas de llorar, sinceramente. Para mí la entrada en el sidecar era muy importante, ya que me falta mi padre por desgracias de la vida, y la moto era suya, para mí la entrada con ésta era muy sentimental y al ver que no arrancaba, ¿os imagináis como me sentía no? Después de intentarlo mil veces y casi media hora más tarde, que se me hizo eterna, ¡por fin arranco!
Así pues pudimos subirnos mi hermano y yo y llegar sanos y salvos, todo el mundo estaba esperándome en la terraza, mirándome desde la barandilla, aplaudiendo mi llegada y abajo estaba mi futuro marido, muy guapo.
La subida por las escaleras también fue aparatosa, puesto que mi damita de honor que me tenía que subir el velo desapareció corriendo para arriba de la terraza para coger sitio, pues el velo al pasar el primer escalón se me quedó atascado y antes de desgarrarme el moño tuve que enrollármelo en el brazo y subir así con él, pero bueno, en el momento que pisé por primera vez la alfombra ahí exploté, semillorando de los nervios y un conjunto de emociones indescriptibles que hoy por hoy os digo que solo se vive en ese momento.
A partir de ahí todo salió genial, la ceremonia, preciosa, muy sentimental, las personas que leyeron nos hicieron llorar muchísimo a nosotros y al resto de invitados, casi todos llorando como magdalenas, ¡me encantó!
El resto de día, quitando el dolor de pies, que lo solucionamos rápido, fue una fiesta total, nos los pasamos en grande tanto nosotros como el resto de gente.
Qué rápido pasa todo, ya somos marido y mujer, ¿cómo suena eso no? Ahora el siguiente paso es acostumbrarnos a llamarnos como toca y dejar atrás lo de "mi novio/a".
Espero que os haya gustado este pequeñísimo resumen de nuestro día especial.
¡Besitos a todos/as!
Carol.
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