La boda de Curro y Maru en Jerez De La Frontera, Cádiz

El día de nuestra boda

Recuerdo despertarme y mirar al cielo... Estaba nublado y los pájaros revoloteaban alterados... Mi mayor miedo era que lloviera y tener que hacer toda la fiesta en cubierto, con las vistas tan bonitas que tenía la finca al aire libre. Por suerte hacía levante y sólo hizo bastante viento por la tarde, que por la noche se transformó en una agradable y refrescante brisa. Cuando llegó la hora de vestirnos y prepararnos, no estábamos nerviosos. Teníamos mucha ilusión de vernos y que llegara ese momento. Hablamos por teléfono y ya nos despedimos como novios, con un "hasta luego gordi, nos vemos en el altar". La ceremonia transcurrió en un ambiente muy familiar, íntimo y acogedor. La ermita estaba decorada con flores al tono con mi ramo, y la música sonaba al compás del violín y del piano, que amenizaron toda la misa. Luego de la ceremonia nos fuimos a recoger a nuestro perro (no podía faltar), para ir a la finca, donde ya nos estaban esperando todos nuestros seres queridos con muchas ganas de festejar. Al llegar, nos recibieron con champagne, y entramos bailando una canción muy animada, improvisando el baile con lo que nos surgió en ese momento. Nos dejamos llevar de la alegría que teníamos y ha salido muy bien. La cena fue un increíble, un delicioso asado argentino, acompañado de buenos vinos, aperitivos fríos y calientes y unos postres riquísimos. Tras cortar la tarta, nos dirigimos al patio de la finca donde sería el baile. Abrimos la pista bailando nosotros dos solos, fue un momento muy bonito y muy íntimo a pesar de que estábamos rodeados de mucha gente. Se hizo un silencio acogedor que nos envolvió durante un par de minutos que duró la canción y ya luego bailamos con nuestros padrinos de boda. Cuando el DJ empezó a pinchar, ya la gente se entregó totalmente y la fiesta duró hasta altas horas de la madrugada. Guardamos un recuerdo muy feliz de aquel día tan perfecto, tan mágico.