La boda de Cristina y David en Valencia, Valencia
Elegantes Invierno Azul 3 profesionales
C&D
12 Dic, 2015El día de nuestra boda
Después de cinco años de noviazgo, nos prometimos un soleado 13 de Diciembre de 2014. Sin esperarlo, mi ya marido me llevó a lo más alto de los Jardines de Monforte (Valencia), se arrodilló, y me hizo esa especial pregunta. Un año más tarde (12-12-2015), tras realizar cada preparativo al detalle, ¡nos casamos!
Decidimos casarnos en nuestra parroquia, María Inmaculada-Vera (Valencia), y realizar el banquete en Salones Viher (Albal-Valencia). Esa noche, dormí en casa de mis padres. Mi madre, dedicó bastante tiempo en decorar y cambiar mi antigua habitación como sorpresa, ¡Quedó increíble! Pasamos toda la noche hablando llenas de emoción. Fueron momentos muy especiales, a pesar de no poder dormir mucho.
Comenzó el día a las 6:00 de la mañana, cuando me levanté, me duché, me tomé algo de tiempo para mis cuidados diarios, desayuné con mis padres y, a las 7.00 de la mañana, directa a la peluquería. Hubo un pequeño retraso que luego costó recuperar durante todo el día, pero el resultado fue inmejorable. Tanto la peluquera como la maquilladora, me mimaron hasta el segundo antes de salir de casa, su trabajo y dedicación rozaban la perfección. ¡Me temblaban las piernas de una forma incontrolable!
Seguir leyendo »Mi tío, que fue el fotógrafo, comenzó la sesión justo en la peluquería y seguidamente en casa para captar cada momento mientras me vestían y terminaban de retocar. He de decir que el vestido era un maravilloso Pepe Botella en color marfil con encajes y volantes, de estilo romántico, que Jorge Aparisi me proporcionó con tanto cariño, adaptándose a mí en todo momento durante todo el proceso de una forma muy profesional. Les estaré eternamente agradecida por todo, especialmente, a Meli.
Más tarde, mi tío, fue a nuestra casa para hacer las fotografías a mi marido, fotos que compartió junto a nuestras pequeñas felinas con mucha dulzura para el recuerdo.
Mientras todos se terminaban de arreglar, yo no paraba de dar vueltas por casa, nerviosa, cruzando las manos, mirando la hora,… Hasta que llegó uno de nuestros mejores amigos, que traía el ramo y haría de conductor también ese día. Su cara lo dijo todo y no paró de repetirme una y otra vez “¡Qué guapa estás por favor!” mientras se llevaba las manos a la cara. Fue un momento super emocionante.
El ramo era precioso, un bouquet de rosas en tono crema, con el tallo desnudo, que le daba un punto de color, naturalidad y frescura. Tanto el ramo como la decoración de la iglesia fueron realizado por Ceres Floristas, hizo una labor impecable.
Por fin, salimos de casa, y todo el portal estaba decorado con flores preciosas (regalo de una amiga de mi madre muy especial), y la calle llena de gente, vecinos, familiares y amigos aplaudiendo y haciendo fotos mientras salía cogida del brazo de mi padre. Subí al coche con algo de ayuda, mientras continuaban las fotos, palabras y gestos de afecto.
Llegamos a la Iglesia, y allí estaba él en la plaza, impresionante, mirándome con cara de felicidad, me dio un beso en la mejilla y ahí rompí a llorar (y ya no paré en toda la ceremonia). Entraron primero el novio y la madrina, luego el cura, luego los niños, y por último mi padre y yo mientras cantaba el maravilloso coro de la parroquia de Alboraya (Valencia). ¡Tenerlos en un día tan importante fue todo un privilegio!
Siempre pensé que el momento de entrar sería muy emotivo, y se me pasó en un suspiro. Recuerdo las caras de alegría de nuestros seres queridos, eso sí, pero no recuerdo mucho más. ¡Los nervios son muy puñeteros!
Nos casamos en la iglesia de María Inmaculada-Vera a las 12:00. Una ceremonia muy emotiva y cercana, que era lo que deseábamos. Era inevitable no parar de llorar, en cada lectura, cada mirada, en el momento de la paz, en el momento de los anillos, en el momento de firmar, en los agradecimientos,… ¡Menos mal que mi padre iba equipado con pañuelos!
Me calmaba mucho notar que mi marido cogía mi mano en todo momento, me miraba o besaba mi frente y la mejilla.
Finalizo la ceremonia cuando el cura nos sorprendió diciendo: “¡Puedes besar ya a la novia, hombre!¡Un aplauso!¡Vivan los novios!” a lo que todos respondieron “¡Vivan” mientras nos fundíamos en un tierno beso. Al finalizar, la gente se acercaba también emocionada, dándonos una calurosa enhorabuena entre besos y abrazos.
Tras las fotografías, dimos un margen de tiempo a los invitados para poder salir y coger el arroz y los pétalos, que escogimos en tonos crema y azul. Después de la lluvia de arroz, nos fuimos a hacernos las fotos a los Jardines de Monforte, quedaron unas fotos preciosas gracias a que estaba un pelín nublado, lo que favorecía la iluminación (técnicamente hablando). Mi tío, Abelardo Codoñer, hizo un trabajo excepcional, adaptándose en todo momento y fue muy paciente.
Cuando terminamos, nos dirigimos al lugar donde se iba a realizar el banquete, que era en Salones Viher. La entrada, con “Marry You” de Bruno Mars, nos erizó la piel.
La comida estaba exquisita, y la atención inmejorable. Cortamos la tarta acompañados de los muñecos de tarta personalizados y hechos por Chelo Chova, regalo de mi tía, al ritmo de “Highway To Hell” de AC/DC, una canción que nos chifla. Seguidamente, tras un bailoteo por toda la sala con mi ya marido, le di el ramo a mi preciosa mamá con la canción “Uptown Funk” de Mark Ronson feat. Bruno Mars, y repartimos los detallitos, que eran jaboncitos aromáticos para las chicas de Detalles Nora y abridores de botellas en forma de Torre Eiffel para los chicos de Novodistribuciones. La gente se acercó a la mesa presidencial en muchos momentos para darnos mimos, hacerse fotos, darnos regalitos y la enhorabuena. También nosotros, aprovechamos entre plato y plato para levantarnos y saludar mesa por mesa más tranquilamente.
Tras finalizar la comida, abrimos el baile con la canción “Thinking Out Loud” de Ed Sheeran, baile en el que mi marido terminó cogiéndome en brazos mientras daba vueltas, estábamos en una nube de felicidad. Todo finalizó a las 21:00 de la noche dándolo todo en la pista y disfrutando de una variada barra libre y de la compañía de nuestros invitados.
Para finalizar, nos fuimos de luna de miel navideña a París, donde compartimos muchos momentos, comidas, paseos románticos por las calles parisinas, desayunos de ensueño, visitas a los lugares más icónicos de la ciudad,… ¡Fue idílico! ¡Y creo que eso es todo chicas! Mi consejo es que disfrutéis al máximo porque los preparativos pasan volando, la boda y la luna de miel también. No os obcequéis en si sale bien, siempre hay imprevistos y es necesario acogerlos y procesarlos con serenidad sin darle demasiada importancia. Quedaros con cada uno de los momentos entrañables y especiales para el recuerdo. Nosotros exprimimos todo este período y nos sentimos realmente felices y plenos, esperando poder seguir cumpliendo sueños y proyectos en común. ¡Espero que os haya gustado nuestra historia! ¡Gracias a todas por vuestro cariño y escucha! ¡Un besito!
Servicios y Profesionales de la Boda de Cristina y David


Otros Proveedores
Otras bodas en Salones Viher
Ver todas
Otras bodas en Valencia
Ver todas

Masía de San Antonio de Poyo-Catering Cinco

El Mas de Anna

Huerto Montesinos - Catering Cinco
Inspírate con estas bodas
3 comentarios
Deja tu comentario