La boda de Cristian y Silvia en La Pobla De Claramunt, Barcelona
Al aire libre Verano Verde 4 profesionales
C&S
14 Ago, 2021El día de nuestra boda
Después de muchos y muchos meses de preparativos y de organización, dos semanas antes de la boda tuvimos que decidir cambiar la hora de la ceremonia para que las restricciones de la hora de cierre de la restauración no nos incomodaran durante la celebración. Así que una boda de noche, que empezaba a las 18 h, se convirtió en una boda de tarde que empezó a las 15 h. Con una ola de calor encima, tuvimos que cambiar el espacio en el que se hacía la ceremonia al "bosquet" para que los árboles nos resguardaran del sol del mediodía y desde El Mas dels Vivencs nos adaptaron la zona de aperitivo con unas sombrillas que nos salvaron del sol.
Tanto Cristian como yo llegamos al restaurante a las 9 h para acabar de montar los detallitos que teníamos preparados. Cajas recicladas con los detalles para los invitados, letras de madera y el espacio del photocall, un rincón “mosquitos free”, la kids zone… A las 10 h llegaron dos de mis amigas y también damas de honor, las que se encargaban de maquillarme y peinarme y también los padres y el hermano de Cristian para arreglarse allí, ya que cada uno teníamos nuestra zona para poder estar tranquilos y prepararnos para nuestro gran momento.
Seguir leyendo »A las 11:30 h llegaron los fotógrafos y videógrafos a la sala donde estaba Cristian con su familia y empezó el reportaje y a las 12 h fue la “padrina” y también dama de honor a leerle un poema y a ponerle la solapa. Cristian tenía preparada para ella una pulsera y entre lágrimas y alegría hicieron el intercambio de todo eso.
A las 12 h llegaron el resto de mis damas de honor para acabar de arreglarse y empezó la fiesta en nuestra habitación. Entre maquillaje, peinado, risas y bailes nos pilló el toro de los fotógrafos (en ese momento me puse muy nerviosa porque pensaba que íbamos muy justos de tiempo), pero muy educadamente nos dejaron un ratito más para acabar de arreglarnos tranquilamente. Cuando los dejamos entrar a la habitación empezó el reportaje, que se hizo muy ameno y entre accesorio y accesorio se pasó el rato volando. A las 13:30 h llegó el padrino y también entre lágrimas y emoción me entregó el ramo, me leyó el poema y le puse la solapa. Después de eso llegaron los ¾ de hora más largos del día, esperando que llegara la hora que todo empezara.
A las 15 h llegó mi padre y me llevó del brazo a la ceremonia. Acompañados de All of me de John Legend y Lindsey Stirling entramos Cristian y yo a la vez. Cuando llegamos donde estaban los invitados nos vimos por primera vez y solo puedo recordar la cara de emoción que tenía mi marido en ese momento. Así, nuestros respectivos padres nos dejaron y pasamos por el pasillo hacia nuestro lugar en la ceremonia, no sin antes dejarle una rosa a una persona que nos faltaba ese día.
Durante la ceremonia, que duró 50’ que se hicieron muy amenos para todo el mundo pese a la calor y el sol sofocante que se podía medio apaciguar con paipáis y la sombra de los árboles, mis nervios se fueron apaciguando, pero Cristian estaban "on fire". Jaume contó nuestra historia, algunos de los invitados nos leyeron, leímos nuestros votos, nuestro ahijado junto con nuestra perrita nos trajeron los anillos y para finalizar hicimos un ritual celta que simboliza la unión infinita mediante cuerdas. La ceremonia transcurrió entre risas y lágrimas y todo se enlazó a la perfección. La salida estuvo acompañada por Best Day of my life de American Authors y no pudo ser más divertida. Al final del pasillo nos esperaba una camarera del restaurante con un par de copas de cava fresquitas y un montón de besos y abrazos de todos nuestros seres queridos (hay que decir que hubo test de antígenos para todos los invitados).
Llegado este momento nos hicieron un pequeño reportaje que duró unos 10 minutos, ya que de lo que teníamos ganas era de disfrutar con los nuestros nuestro día. Así, al nada, llegamos a la zona de aperitivo y estuvimos paseando por las mesas, degustando la comida deliciosa del Mas, haciendo un montón de fotos y jugando en la kids zone con los más peques.
La entrada al banquete estuvo acompañada de Bailando de Nil Moliner y creo que no podríamos haber escogido mejor. Nos pegamos un buen bailoteo y el mensaje era el que queríamos dar, que la fiesta solo acababa de empezar.
Enseguida nos trajeron el primer plato, una sopa de melón deliciosa y bien fresquita para hacer bajar el aperitivo y para refrescarnos. Decidimos entregar los detalles especiales entre platos para que fuera más ameno, así que empezamos con los álbumes para nuestros padres y mi ramo, que se dividía en dos para mi prima y mi tía. El segundo plato fue un milhojas de ternera y patata que no podía estar más bueno y luego vinieron los detalles para el hermano de Cristian, que era una base de madera personalizable para fotos y unas copas personalizadas con la fecha de boda y una frase para unos amigos que después de posponer su boda en dos ocasiones decidieron cancelarla.
El prepostre fue un granizado de naranja con helado de stracciatela y fresas congeladas que estaba riquísimo y después entregamos dos pares de novios que hicimos nosotros mismos a dos parejas de amigos y la liga a las dos únicas amigas solteras que tenemos. Fue todo muy divertido y emotivo a la vez. Hubo personas que se llevaron grandes sorpresas, pero sobre todo, todos disfrutamos de cada momento.
El momento “pastel” fue el más raro de toda la fiesta, ya que íbamos un poco perdidos y teníamos que hacer ver que cortábamos el pastel. Por suerte, pasó rápido y cuando llegamos a la mesa brindamos con todos y nos trajeron el pastel individual a cada uno.
Y llegó el momento del baile. Después de muchos meses practicando, hay que decir que salió mucho mejor de lo que esperábamos y empezó la “no fiesta”. Con las medidas que teníamos hicimos baile, habíamos preparado un candy bar individual y cuando habían pasado unas horas sacaron unos bocadillos que a todos nos entraron de maravilla.
Y a las 00:30 h del 15/08/2021, casi como la Cenicienta, todo había acabado. Los invitados que quedaban se fueron a sus respectivas casas o al hotel que habían reservado y a nosotros nos esperaba la suite del Mas, que es espectacular. Al día siguiente nos ayudaron a recoger y fuimos al hotel, donde todavía quedaban algunos de los invitados, y desayunamos con ellos.
En los días posteriores recibimos muchos feedbacks de los invitados diciendo que había sido una boda muy bonita, emotiva, natural y que lo habían disfrutado mucho. ¡Ah, y que la comida estaba buenísima! Así que no podemos estar más felices del día que pasamos y de todos los recuerdos que nos llevamos.
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