La boda de Christian y Lourdes en Andujar, Jaén

El día de nuestra boda

Después de 3 meses, tengo añoranza y nostalgia al recordar el día 2 de julio. Viví el día de mi boda de una forma tranquila, ilusionada e intrigada. Siempre me había imaginado como sería ese día, pero no fue como imaginaba, fue mejor aún.

Llevo viviendo con mi ya marido más de 3 años y decidí dormir en casa con él esa noche. Nuestros amigos íntimos nos prepararon una cena sorpresa y a las 1 de la noche estábamos en casa. No podamos dormir, un poco nerviosos e imaginábamos como sería todo al día siguiente. Finalmente, sobre las 3 de la mañana nos dormimos.

A las 9 de la mañana despertamos y pensaba... ¡Como ha pasado el tiempo casi sin darme cuenta! ¡Hoy es el día! Desayunamos juntos y mi padre nos hizo una visita para echarse un café. El también estaba ansioso y quizás con un nudo de nervios. Sobre las 12 de la mañana me fui a casa de mis padres, como con ellos y a las 14:30 me fui a la peluquería. Allí estaban mis amigas poniéndose guapas y cuando aparecí vi sus caras ilusionadas y deseando que llegara la noche. Estuve arreglándome hasta las 18.00 y volví a casa para vestirme. Allí me esperaban familiares y amigos, sonriendo, deseándome lo mejor, diciéndome lo guapa que iba... Ese día se te olvidan las penas y las tristezas y solo te invade la felicidad.