La boda de Christian y Bea en Son Termes, Islas Baleares
De noche Verano Azul 9 profesionales
El 25/08/2018 252 1 1
C&B
25 Ago, 2018
El día de nuestra boda
Mientras yo me pasé toda la mañana en la peluquería, mi marido se pasó su mañana de arriba para abajo dejando listos los últimos preparativos para la ceremonia y la fiesta.
Por la tarde, ya relajados y habiendo comido, se llenó la casa de mis padres de fotógrafos y cámaras para inmortalizar absolutamente todo lo que pasaba.
Cuando estuvimos listos, me vestí entre flashes y nos dirigimos a la finca.
En Son Termes estaba ya todo preparado. Neus me esperaba en la puerta para saludarme antes de dar paso a las canciones del paseíllo. Hasta ese momento no había notado ni un poquito de nerviosismo, pero mientras esperaba del brazo de mi padre en la entrada a la ceremonia se me formó un nudo en el estómago. Cuando empezó a sonar mi música se me pasó todo. Salimos mi padre y yo, a paso ligero, bailoteamos un poco, saludé a la gente y ahí, ya en el paseíllo, le vi. Pero qué guapo estaba. Me acerqué y dudé, beso en la mejilla, en la boca, abrazo... Ni siquiera recuerdo cómo le saludé.
Seguir leyendo »El ceremoniante fue un amigo de los dos, divertido y ameno. Nuestros votos fueron tiernos y con humor a nuestro estilo, todos reímos y alguno que otro lloró de emoción.
Al terminar, mientras nosotros íbamos a hacernos cuatro fotos con lo poco que quedaba de luz solar, empezó la música ambiente. El aperitivo era largo, porque así lo quisimos, así que comimos y bebimos y reímos hasta que no pudimos más. Mientras tanto, un saxofonista amenizaba la velada.
Más tarde pasamos a la clastra a la cena, increíble con sus lucecitas colgadas sobre las mesas, todo perfectamente al detalle. Hicimos una entrada triunfal al ritmo de Don't Stop Me Now cuando los invitados estuvieron ya sentados, y cenamos de lujo. Repartimos los recuerdos y nos dirigimos a la fiesta.
La fiesta fue en una sala estilo clásico-medieval chulísima. Habíamos preparado un photocall donde hicimos un vídeobooth, dando vueltas como locos con pelucas, gafas, collares y lo que pillábamos, delante de una camara que sacó unas 1000 fotos para inmortalizar el momento. La mesa dulce quedó brutal, con un montón de chuches y un pastel increíble con un mapa estampado.
El baile nupcial fue interesante, poco preparado pero creo que un éxito. Afortunadamente salió mejor que en los pocos ensayos previos!
La fiesta fue divertida, música variada, y pusimos una mesa de billar y un futbolín para amenizar aún más la noche.
Todos quedaron alucinados con nuestra boda, yo, la primera. Me encantó el resultado.
¡Ojalá pudiera extenderme más, pero por ahora tendrá que valer!
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