La boda de Chris y Eva en Oviedo, Asturias
De noche Primavera Azul
C&E
22 Abr, 2016El día de nuestra boda
En menos de un año nos comprometimos y en menos de cinco meses preparamos la boda.
Hoy hace dos meses que nos hemos casado y de momento he de decir que la vida de casados se nos está dando algo mejor que de solteros.
Los preparativos durante la boda fueron un poco caóticos al vivir fuera de España. Gracias a la ayuda de mi hermana y padres muchas de las cosas fueron más fáciles de organizar.
Sí, es verdad que muchas veces al final no sale todo como habías deseado, pero sin entrar en detalles lo que salió, al menos, salió a la perfección.
Al final lo que cuenta es lo que siente la pareja y que estéis los dos felices con la decisión más importante tomada que no son las flores, ni el vestido, ni los proveedores, es saber que estás con la persona adecuada y con la que quieres pasar tus días y que sea un deseo mútuo.
No estuve nerviosa hasta que pisamos territorio español. Ni siquiera cuando tocaba ultimar detalles, asegurarnos que no se nos olvidara nada, atender a la familia del novio que viajaron desde otro país para asistir a la boda... El momento que más nerviosa pase fue la mañana de la boda.
Seguir leyendo »La noche anterior en vez de descansar me la pase ultimando el folleto de la Iglesia, que lo habíamos modificado para que estuviera en dos idiomas y así las dos partes de los invitados pudieran entender todo, o al menos, lo más importante de la ceremonia.
A todo esto, el novio estaba super tranquilo y contento descansando con su familia en el hotel donde paso la noche anterior a el día de la boda.
Consideraría que tuvimos una boda peculiar y bonita.
Una vez puesto el vestido, y después de quitarle todos los plásticos protectores de la pedrería (que nos llevó lo suyo por lo delicado que era), y rezando todo el día para que dejara de llover, nos dirigimos a la Iglesia el padrino, la niña de los anillos, el conductor y yo.
Al llegar, uno de los momento más emotivos para mí, fue al bajarme del coche y ver a mi futura cuñada arreglando el vestido a la otra niña que iba a llevar las arras y emocionarse. Eso junto con el sonido de las gaitas, hicieron que mis ojos se inundaran y reaccionara soplando hacia arriba para que no me cayese ninguna lágrima.
Otro momento emotivo fue cuando entré en la Iglesia y vi a mi prometido de entonces con una sonrisa que le cubría la cara, una sonrisa que me dio confianza en mí misma para seguir hacia adelante y cogerle la mano hasta el final, porque estábamos felices.
Mi pareja es griego ortodoxo y yo católica así que por sugerencia del sacerdote hicimos una ceremonia mixta y la disfrutamos mucho, aunque se hiciera un poco larga.
Después de la ceremonia aprovechando que ya no llovía hicimos alguna foto por la zona y después nos dirigimos al cóctel, donde antes de entrar al restaurante el dúo de Rigu y Paul tocaron dos temas griegos para animar a los invitados ¡con gaita, flauta y bouzuki!
Cuando tienes invitados con culturas diferentes, al final se alarga todo un poco, pero lo pasaron todos muy bien ( eso me dijeron). La cena estaba exquisita.
Uno de los días más bonitos de mi vida que espero recordar para siempre.
Eso sí, la luna de miel, ¡no se queda atrás! Y nuestro viaje improvisado a ultima hora no tiene desperdicio. Lo disfrutamos tanto que volver a la rutina de todos los días nos ha costado un poco.
Mucha suerte a todas las parejas y como recomendación que os daría:
Hacer lo que vosotros dos queráis en vuestro día y no dejéis que nadie os diga lo que tenéis, podéis o cómo lo tenéis que hacer, porque al final lo que cuenta es que vosotros dos también lo recordéis como uno de los días más bonitos de vuestra vida juntos.
¡Y sobre todo, sed felices!
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