La boda de Chema y Blanca en Siones, Burgos

El día de nuestra boda

Sé que nunca olvidaré lo bonito y único que fue ese día y lo bien que salió todo.

Los días anteriores estaba agotada de tanto preparativo que parecía que no se acababa nunca, y nerviosa de que todo estuviera a punto, pero el gran día ya todo fue como la seda.

Mi hermana me acompañó en la peluquería y me ayudó a vestirme, y eso hizo que estuviera más relajada. Mientras mis padres se ocuparon de mi bebita, que ese día se portó bastante bien. Todo fue tan rodado, que incluso llegué a la iglesia antes que el novio.

La ceremonia tuvo anécdotas a montones, desde un par de murciélagos volando hasta las lecturas que el párroco no lograba encontrar. Me encantó que participaran familiares y amigos en las lecturas.

Luego, las fotos con nuestros estupendos fotógrafos, que fueron encantadores a más no poder, y llegamos al final del cóctel. Menos mal que nos habían guardado un poco de todo porque yo estaba deseando probar la deliciosa morcilla de mi tierra.

La comida fue muy agradable y deliciosa, solo alterada por los niños que no pararon de corretear. Y para acabar, baile y bebida a montones hasta que acabamos todos tirados en el jardín del hotel.