La boda de Carlos y Raquel en Sueca, Valencia

El día de nuestra boda

Ese día nos levantamos superpronto y nerviosos. Lo primero que hicimos, darnos un beso, mirar el tiempo y ponernos a ensañar el baile nupcial. Luego nos despedimos riéndonos como niños. Me fui a maquillar y peinar a Silvia ungles. Lo hicieron increíble, cada detalle, cada palabra, pero solo pensaba "que no llueva, por favor". Miraba cada 2 minutos la Aemet. Ya cuando llegué a casa de mis padres, los nervios se apoderaron y cuando me pongo nerviosa, canto, bailo... Vamos, me desato. Ya vino el fotógrafo, Javier de Parc Central; nos sentimos en mi casa supertranquilos, no agobiaba, superrelajado, cercano, muy educado. La salida de casa con mi padre, la lluvia, que al final lo hizo más especial, amigas, familia, vecinos aplaudiendo a gritos de viva la novia. Me emocioné, ya iba a ver a mi marido. Llegamos a la Sala Cancela. Hicimos allí la ceremonia; el ceremoniante fue como un amigo, cada detalle, cada frase... Y al ver a Carlos fue cuando rompí a llorar. No paramos de llorar conforme salían los amigos y familia para hablar del amor que nos tenemos, y es que es verdad. Luego, el convite; la comida, especial; la música, excelente se escuchaba. Nos dejaron hacer lo que queríamos y la gente lloró, comió y nos quiso más que cualquier día. Y Carlos y yo, los más felices del mundo.