La boda de Carlos y Gema en Cubas De La Sagra, Madrid

Pero Javi nos salvó, salió el sol y, aunque nos cruzamos con el bus de los invitados y tuvimos que esperar escondidos un rato, ¡llegamos sanas y salvas y mega nerviosas!

Mi vestido, como veis en las fotos, no era convencional, ¡aunque casi nadie esperaba que apareciese de blanco! Tenía claro que quería algo estilo años 50, que fuese muy yo pero una yo muy guapa. Tenía que llevar rojo, que es mi color favorito, y un tocado tipo sombrerito con rejilla (como el de mi abuela en su boda). El pelo, hondas al agua y mi melena suelta y es que, mi chico es en lo primero que se fijó al conocerme, en mi melena, así que tenía que llevarla suelta (trabajazo de Raquel, de Cruz Gómez, ¡que pobrecita con tanto pelo y el calor que hacía el curro que se pegó con la tenacilla!).

Y llegó el momento, sonó La Vie en Rose, versionada por Zaz, y empezamos nuestro caminito. Fue un momento muy especial, no paraba de sonreír a todo el mundo, hasta que vi a Carlos, súper emocionado, ¡y casi echo a correr!

La ceremonia la ofició mi prima, fue increíble, perfecta, hecha a nuestra medida. Nadie podría haberlo hecho mejor. ¡Mi sobrina nos sorprendió leyendo y fue tan bonito! Luego leyeron nuestros primos y unas de mis mejores amigas de toda la vida. Fue precioso, todos tuvieron unas palabras increíbles para nosotros y yo, pues no paré de llorar y reír todo el tiempo. Después leímos nuestros votos e hicimos la ceremonia de la arena.

Lo demás, ¡coser y cantar! Comida tipo cóctel (muy recomendado si sois poquitos invitados). Regalamos dos ligas, ¡las caras de pánico de nuestros amigos fueron geniales! E hicimos nuestro baile, una mezcla de swing, lindy hop y boogie.

Los detalles que dimos fueron tazas y chapas personalizadas para todos. Cada una tenía una frase o un dibujo que me hacía pensar en esa persona. A la mayoría les gustó mucho y casi todos vinieron a darnos las gracias y es que, ¡nos pasamos días haciéndolas! Pero mereció mucho la pena.

¡Aún me emociono un poco al pensar en el día y ya hace dos meses!

Quiero dar las gracias a todos, a mis padres por ayudarnos con las manualidades, ¡el photocall tuvo muchísimo éxito y los centros de mesa le encantaron a todo el mundo (¡mi padre tiene unas manitas increíbles!)!

A Ana Fernandez, por saber captar cada mirada y cada gesto de forma espontánea y perfecta. Gracias por conseguirme esas fotos que hablan y que tanto quería.

A Laura, de INbodas, ¡por ayudarnos tantísimo! Y nuestra maitre por ser un encanto y disfrutar con nosotros del día.

A David, Bodavideo, por currárselo tanto desde el primer día, ya sólo con la invitación supimos que habíamos acertado de lleno.

Y a los que estáis preparando vuestra boda: Disfrutad, disfrutad y disfrutad. Pero desde el primer día, porque es un momento único que se quedará en vuestras patatitas para siempre.