La boda de Carlos y Bea en Valencia, Valencia
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C&B
13 Abr, 2024El día de nuestra boda
Nuestra boda fue un día mágico, se respiraba felicidad, amor y mucha alegría. Para nosotros fue como estar viviendo un sueño.
Los dos empezamos el día en nuestros respectivos hogares hasta la fecha, en casa de nuestros padres, rodeados de nuestras familias. Desde que empezó el día fue todo mágico, en una nube. Yo, la novia, tuve la suerte que fue la novia de mi hermano quien me peinó y maquilló con un tocado que me había hecho mi madre, lo que hizo ese momento más familiar y especial. Nos arreglamos e hicimos las primeras fotos y tomas del vídeo, todo fue muy natural y bonito, nos sentíamos muy amados y arropados por nuestras familias.
Al ser de pueblo, en mi familia tienen la costumbre de hacer salida desde casa, es decir, la novia sale de su casa y familiares y amigos la esperan, se lanza traca, como no podía ser de otra forma en Valencia, y ya después se monta en el coche y se va hacia el lugar de la ceremonia, y así lo hice. Fue muy emocionante.
Mi marido, en cambio, fue directo a la iglesia junto con sus padres y hermanos, para recibir a los invitados que iban llegando y hacerse algunas fotos familiares antes del inicio de la misa.
Seguir leyendo »Somos católicos y para nosotros esto era la boda, el momento más importante del día y de nuestras vidas y el motivo de celebrarlo luego.
Durante nuestras entradas estábamos los dos nerviosos, emocionados y muy felices, deseando encontrarnos al fin en el altar. A ambos nos llevaron al altar los padrinos de la boda, a mi marido, Carlos, su madre, que era la madrina, y a mí, mi padre, que era el padrino, y fue precioso. Al fin nos encontramos al pie del altar y casi a la vez nos dijimos el uno al otro que estábamos guapísimos, y la verdad es que así era.
Empezó la misa, mi madre y el padre de Carlos habían escrito y leyeron la Monición de entrada, y luego nuestros hermanos leyeron las lecturas. Justo cuando uno de los hermanos de Carlos iba a empezar a leer el salmo, tuvimos un pequeño accidente, nuestra fotógrafa pisó mi velo, se resbaló y se cayó rompiéndose el codo, fue un momento del todo inesperado, pero que se resolvió con total calma y normalidad. La llevaron al hospital y el sacerdote, Don Virgilio, que nos conoce muy bien, dijo unas palabras para que todos volviéramos a entrar en la celebración y para tranquilizarnos a nosotros dos, y todo siguió con total normalidad.
La verdad es que se nos pasó volando, en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos casados, habíamos intercambiado los anillos y las arras y la gente empezó a aplaudir. Ese momento fue sobrecogido, nos giramos y vimos a toda la gente que nos quiere y que tanto queremos allí, felices por nosotros.
Siguió la misa, dos parejas de amigos nuestros habían escrito y leyeron las peticiones, que fueron preciosas, recibimos la bendición nupcial, intercambiamos La Paz entre nosotros y con nuestras familias, comulgamos y pudimos tener un momento íntimo los dos rezando juntos; y finalmente llegó nuestro turno y leímos la Acción de gracias, a mí casi se me escapa alguna lagrimita, y luego, antes de recibir la bendición final, para mi sorpresa, Don Virgilio leyó la Bendición Apostólica del Papa que había pedido mi suegra de sorpresa y me hizo emocionarme mucho.
Al terminar la misa firmamos, el acta matrimonial junto con nuestros testigos, nos hicimos las típicas fotos de familia y luego todos salieron y llegó nuestro turno.
Salimos de la iglesia y nos llenaron de arroz, soltaron traca y todo el mundo nos vitoreaba y aplaudía. Empezaron a acercarse a darnos la enhorabuena, alguien pisó mi velo sin querer y se soltó, y al poco montamos en nuestro coche nupcial, que era mi primer coche y ahora nuestro primer coche como familia, y el hermano mediano de Carlos nos llevó al Puente del Mar, el lugar donde Carlos me pidió matrimonio y nos hicimos algunas fotos.
A continuación, salimos de Valencia en dirección a la masía.
Al llegar a la masía nuestros invitados ya estaban todos allí disfrutando del cóctel. Hicimos nuestra entrada al ritmo de Viva La Vida de Coldplay y fue increíble. Comimos un poco, nos hicimos muchas fotos, la gente nos felicitó y nos mantearon varias veces.
Cuando ya estaban todos nuestros invitados en sus mesas, empezó a sonar un remix que nos encantó de Heaven is a Place on Earth, que fue nuestra canción de entrada. En el momento que rompió la canción, entramos saltando y dándolo todo hasta llegar a nuestra mesa, donde brindamos al llegar.
Bendecimos la mesa y sacaron la comida, estaba buenísima, nunca había visto tanta unanimidad con lo bueno que estaba cada plato del menú.
Durante la comida tuvimos varios momentos mágicos que habíamos preparado. Les entregamos un regalo a nuestros abuelos mientras sonaba de fondo What A Wonderful World; el regalo fue un triple marco con fotos de su boda, de la de nuestros padres y una nuestra, fue un momento muy emotivo y les encantó el detalle. Más tarde, a nuestros padres les dimos un ramo de flores secas a nuestras madres para que pudieran guardarlo de recuerdo y a nuestros padres un collage de fotos nuestras con ellos mientras sonaba Photograph, acabaron llorando los cuatro.
Pero también nos sorprendieron a nosotros, nuestros 3 hermanos se juntaron e hicieron un discurso, que mientras leían no podían contener la emoción, y que nos hizo emocionarnos mucho a todos; la verdad es que fue precioso, todo el mundo nos decía que se notaba que habían hablado desde el corazón y que somos muy afortunados de que nuestras familias estén tan unidas.
Cuando salió la tarta, la cortamos con una espada, algo que nos hacía mucha ilusión hacer, y luego mi marido me cogió en brazos para que bajara la figura de la tarta.
Tras esto, le sacamos el postre con unas velas a un amigo, que era su cumpleaños.
Para nuestra sorpresa los amigos y compañeros catequistas de mi marido de su parroquia nos impusieron la pañoleta de matrimonio y dijeron unas palabras sobre nosotros y cómo nos conocían y querían y de nuevo nos emocionaron mucho.
Y, para acabar la comida, llegó la última sorpresa, mis amigas hicieron un baile de Mamma Mia, que me encanta.
Al acabar la comida, todos se dirigieron a la sala contigua a la del banquete, donde tendría lugar el primer baile y la posterior fiesta.
Abrimos el baile con una canción lenta que había coreografiado para nosotros mi marido y que, a pesar de solo haber ensayado una semana, triunfó. Al ritmo de Fairytale, hicimos nuestro primer baile como marido y mujer.
Tras esta, sonó What Dreams Are Made Of de Brent Morgan, una lenta que bailamos con nuestrod padres, y luego salieron a bailar las parejas presentes, la enlazamos con un remix de Breaking Free, que empezaba lento y luego rompía y daba inició a la fiesta.
Tuvimos 4 horas de fiesta en las que todo el mundo lo dio todo y lo pasó en grande, y nada nos podía hacer más felices.
Tal y como empezaba esta crónica, fue un día en el que se respiró alegría y amor, estaban todos con todos disfrutando. Fue mágico. El día más importante de nuestras vidas, que gracias a todos con quienes lo compartimos, podemos decir que es y será un sueño hecho realidad, un día inolvidable.
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