La boda de Begoña y Ruben en Salamanca, Salamanca
De noche Primavera Morado 1 profesionales
B&R
29 Mar, 2014El día de nuestra boda
¿Por dónde empezar a contar el día más feliz de tu vida? Nosotros hemos sido unos novios atípicos en muchas cosas y la noche antes y la mañana de la boda la pasamos juntos. A mediodía empezaron a llegar al hotel los invitados a la boda, ya que todos se hospedaban allí. Entre registro y registro, saludos, bienvenidas, besos y felicitaciones, llegó la hora de la comida y ahí sí que ya nos separamos. El novio con su familia y la novia con la suya. Se me hizo tardísimo y acabé comiéndome un bocadillo deprisa y corriendo antes de que llegara la estilista a prepararme, y allí estaba a las 15:30 en punto. ¡Adiós, siesta!
Pasé un rato muy divertido con ella y una prima del novio, que se ha convertido en una gran amiga. Tan corto se me hizo que cuando me quise dar cuenta, llegaron mis hermanas en tropel a vestirme. Ver la ilusión en sus miradas y la lágrima a punto de saltarse se ha quedado clavada en mi corazón.
Llevaba toda la semana lloviendo y tuvimos que cambiar todos los planes de poder utilizar el jardín. Finalmente, Helena dio todo su esfuerzo en conseguir que el interior resultara un entorno idílico e inmejorable para la ceremonia más emotiva que jamás haya podido vivir, y no porque fuera la nuestra. Mil gracias de nuevo.
Seguir leyendo »Y llegó la hora, a las 19:00 mi padre me esperaba en el hall del hotel para llevarme impaciente al altar; se le casaba su pequeña. Visitas inesperadas y emocionantes de amigos hicieron que ese camino se hiciese más corto y cuando sonó la música, recorrí el pasillo entre ya alguna lágrima, gritos de ¡guapa! y una inmensa alegría al ver al que ya hoy es mi marido.
Una ceremonia emocionante, porque después de 12 años juntos, cumplíamos nuestro sueño y dieron buena cuenta los testigos, que nos dedicaron bellas palabras, recuerdos y deseos. Gracias, Adri, Patri y Jenni, hicisteis que se nos pusieran las emociones a flor de piel.
Terminada la ceremonia, más besos y más besos, más felicitaciones y felicitaciones, fotos y fotos que darán cuenta con el paso de los años de lo maravilloso que fue ese día. Dimos paso al cóctel en el que la familia se reunió a nuestro alrededor, arropándonos y demostrando lo felices que estaban por nosotros.
Entramos al banquete al ritmo de Queen y nuestros invitados estaban sentados en unas mesas espectacularmente decoradas y nombradas con las fechas más importantes de nuestras vidas y nuestra historia de amor.
El Hotel Emperatriz III fue el elegido y lo volveríamos a hacer una y mil veces, quedamos satisfechos de una manera que no se puede expresar y nuestros invitados también. Comimos, bebimos y, sobre todo, disfrutamos, y llegó el momento de dar el ramo. Me río al recordar la cara que puso mi sobrina al ver cómo de repente cambiaba de rumbo y con unas palabras que salieron de lo más hondo de mi corazón se lo daba a ella.
De ahí, a los regalos; el más especial, el que nos hicieron en el momento de la tarta los Herrero Gil. Cambiaron los novios de la tarta por unos fofuchos idénticos a nosotros. ¡Y firma de álbum de fotos y a bailar! No quisimos un vals e hicimos llorar a más de uno/a con nuestra elección "Ahora tú" de Malú, que a partir de ahora es nuestra canción. Y así pasaron las horas y acabamos a las 6 de la mañana brindando en nuestra suite con los más golfos, ¡os queremos!
A la mañana siguiente nos costó levantarnos un horror, pero deseábamos estar ahí para despedir a los invitados y dar las gracias a todos por habernos acompañado. Definitivamente, optar por una boda pequeña e íntima hizo que pudiéramos disfrutar de cada uno de los momentos y cada una de las personas que nos acompañaron. ¡Agradecidos y emocionados, solamente podemos decir gracias por venir!
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