La boda de Bea y Diego en Ponteareas, Pontevedra
Al aire libre Verano Dorado 3 profesionales
B&D
01 Sep, 2012El día de nuestra boda
¡Ya está! ¡Ya soy una más en el club de las casadas!
Mi día comenzó muy relajado. Nos levantamos, preparamos el desayuno para los peques y nosotros, y desayunamos los 4 juntos como todas las mañanas, como si fuese un día normal. Después mi hija y yo nos fuimos a la pelu a ponernos guapas a eso de las 9 de la mañana, y mi ahora marido y mi pequeñín se fueron a casa de mi suegra a vestirse allí. Nos peinamos y volvimos a casa porque me maquillé yo misma en mi casa (no me gusta cómo me dejan en la pelu, siempre muy marcada). Me maquillé con calma, fui a casa de mi vecina que tiene dos niñas, (que eran parte de mis pajecitos) y dejé allí a mi niña con ellas.
Llamé a mi cuñado a ver si había pasado por la floristería a recoger los ramos, ¡y ya los tenía! ¡Qué emoción! Me moría de ganas por ver mi ramo y el de las niñas. Bajé a la calle a eso de las 12:30 a la tienda del vestido de novia, pues me vestía allí (ellas controlan mejor como vestirte y abrocharte) y de camino a la tienda me encuentro con mi cuñado y un amiguete. Les había sobrado tiempo y estaban tomando algo en la cafetería de al lado, así que ni corta ni perezosa me tomé algo con ellos. Nada más ni nada menos que una buena copita de crema de orujo para ir calentando.
Seguir leyendo »Fui a vestirme y para el coche que me casaba a la una y media. A y veinticinco estaba en el coche llegando al pazo y me di cuenta que se me había caído un tocado de plumas que llevaba el vestido en la espalda y que era lo más bonito del vestido. Así que mandé dar media vuelta para la tienda para que las chicas me lo cosieran al vestido (porque iba pegado y al entrar en el coche lo debí despegar). ¡Qué caos! ¡Yo no quería llegar tarde y llegué tardísimo! Mi novio loco. Yo diciéndole a mi cuñado que llamara para avisar de lo que había pasado y que me retrasaba... ¡En fin!
Llegué al pazo y todo parecía de cuento. La gente alrededor, que si "guapa", "preciosa"... de todo, ¡y mis niños, casi me los como de los guapos que estaban!
La ceremonia se celebró en el jardín del pazo ¡y estaba todo precioso! Entramos con la canción "When you say nothing at all" de Ronan Keating (preciosa, además la letra traducida al español es muy bonita). Primero entraron los dos más peques de la mano hasta donde empezaban los bancos (allí se pararon), seguidas las otras dos niñas más grandes que también se pararon detrás de los peques, y detrás salí yo con mi padre e hice también la parada detrás de los niños. Justo la canción da una pequeña subida y entonces arrancamos los 6 juntos por la alfombra roja. Quedó espectacular y eso que solo lo habíamos ensayado una vez el día anterior.
La ceremonia fue civil, cortita pero muy bonita y hasta divertida, pues el alcalde metió un chiste sobre el matrimonio por el medio.
Después de eso fue todo a la velocidad de la luz. Mucho arroz, mucho confeti, muchos pétalos. De todo, había de todo. Muchos besos por todas partes, muchas felicitaciones. Todo el mundo sacándonos fotos. Lo bueno fue que el aperitivo y el convite era allí mismo, en el pazo, y nadie se tenía que desplazar, y como el sitio es realmente precioso nos sacamos todas las fotos del reportaje allí mismo. Nadie tuvo que desplazarse de allí, ¡fue genial!
Cuando acabamos con las fotos e íbamos a entrar en la zona del aperitivo, el encargado del catering nos detuvo y nos dijo que él nos daba la entrada, para hacerla más bonita. Cuando entramos empezaron a sonar 5 acordeones tocando tangos argentinos (que me encantan) e hicimos un brindis. Fue espectacular, la gente alucinando. Picamos unos pocos pinchitos y ya nos avisaron para entrar en el salón, y sin duda ¡ese fue el momento más espectacular de toda la boda! La gente toda con la boca abierta, agitando las servilletas en el aire superanimados y es que todo el mundo se esperaba la marcha nupcial o algo por el estilo en la entrada con el brindis ¡y no, pusimos "Highway to hell" de AC/DC a toda pastilla! Brindamos y nos pusimos a bailar y a brincar rock and roll entre las mesas de los invitados hasta llegar a la presidencial. Fue una pasada, no hay persona con la que hable hoy por hoy que no me felicite por la pedazo de entrada al banquete.
Comimos mucho no, ¡muchísimo! Demasiada comida y la verdad es que muy buena, no hubo queja en eso. ¡Y llegó la tarta! ¡Otro espectáculo más! Con una balada de rock, con las luces bajas y en una base con forma de pájaro toda iluminada con las tartas encima. ¡Hala, la gente flipando otra vez! Cortamos la tarta y regalamos los novios a mis tíos que para el año que viene se casan por su 25 aniversario, y no se lo esperaban para nada.
Dos ligas, una para mi hermano y su novia y otra para mi primo y su novia. ¡Coloraos que se pusieron! Le regalé mi ramo a mi suegra, que enviudó hace un año y estaban de aniversario de boda en estas fechas. Ese fue el momento más emotivo de toda la ceremonia. No quedó nadie que no llorara. También regalamos los tres ramitos de mis damitas, y lo hicimos de una forma especial, pues ya que el ramo era suyo eran ellas quienes debían darlo así que hicimos un tren; yo deltante, las tres niñas y mi marido en la cola para que nos se nos perdiera ninguna. Empezamos a dar vueltas entre las mesas y cayó el primero: mi vecina y mamá de dos de las niñas. Super emocionada. El siguiente a mi cuñada que se casó el año pasado y se lo dimos junto con una cajita de regalo llena de cosas de bebé y una cajita de aspirinas. ¡Fue un puntazo! El tercer ramo a la hermana de mi cuñada y amiga nuestra. Le dimos también otra cajita con las cositas de bebé, para ver si se animan de una vez.
Después repartimos los detalles de las chicas: unos jabones. Para los chicos, unas botellitas de licor. Puros para los hombres y tabaco para las mujeres, y chuches, ¡muchas chuches para los peques! Íbamos a abrir el baile cuando nos cogen y nos sientan en unas sillas, y la gente empezó a hacer un corro alrededor. Eran las tres peques, que habían estado ensayando un baile como regalo para nosotros. ¡Qué lindas y qué ricas! Las tres bailando en medio de un corro para nosotros. Cuando acabaron les di un achuchón tan fuerte que casi las deshago.
Y después sí, al fin nuestro baile. Fue muy bonito, sin ensayar ni nada. Bailamos "A moment like this", de Kelly Klarckson. Mi novio en un arrebato de locura me cogió en el aire en medio del baile y empezó a dar vueltas y ahí perdí un zapato. Tuve que acabar el baile sin él. Las niñas no dejaban de decirme que ahora era como la Cenicienta que perdió un zapato en el baile. ¡Qué ricas! Al acabar inauguramos la barra libre ¡y la barra de frutas, chuches, tartas y chocolate! Todo un éxito.
El resto es fiesta, fiesta y más fiesta. En medio de tanta fiesta se hizo un parón de repente, e hicimos otro baile mi marido y yo. Él no se lo esperaba, pero yo le había dicho al dj que quería hacer un segundo baile en medio de la fiesta, y que nos pusiera "Colgando en tus manos" de Carlos Baute y Marta Sánchez (es muy especial para nosotros). Mi marido, cuando la escuchó ¡casi se pone a llorar! Me dijo que era la mujer más maravillosa del mundo. Todos los invitados que aún quedaban nos rodearon en un círculo dándose las manos y moviéndose al ritmo de la canción. Fue un momento casi mágico en un día increíblemente increíble.
La gente quedó encantada con todo, sobre todo porque fue una boda fuera de lo habitual para ellos. Fijaos que yo tenía miedo que fuese una boda aburrida porque era muy íntima (unos 50 invitados) y éramos poca gente joven, y realmente fue una pasada. Está claro que no tiene nada que ver la cantidad con la calidad. Éramos pocos pero buenos.
Disculpad el tostón chicas, pero no he podido resumirlo más. Ahora os dejo unas fotos de mi gran día.
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