La boda de Asier y Lidia en Pamplona, Navarra

Entre risas y diversión mi madre empezó a ponerse nerviosa, no le gustaba el peinado y eso que estaba muy guapa. Le dije que la maquillaran un poco, pero no le gusta nada de nada, así que nos enfadamos con ella y yo ya empezaba a ponerme nerviosa. Consiguieron maquillarla un poco y por fin se fue... relax. Cuando ya terminaron conmigo empecé a ponerme nerviosa. Mi día había llegado, por fin íbamos a disfrutar y celebrar nuestro amor después de casi 10 años.

Cuando ya iba hacia casa de mi madre, me llamó mi hermana que estaba a punto de llegar. Le esperé en unos portales porque estaba lloviendo a mares. Cuando aparcó delante mía me llamó porque de los nervios ni me veía.

Subimos a casa y empezamos a preparar a los niños. Todavía era pronto, las 11:30 y la ceremonia era a las 13:00. Cuando estaba vistiendo a Gabriel nos asustamos, le quedaban enormes los pantalones, al pobre se le caían. Justo me llamó Asier para preguntarme por sus padres y a ver qué tal estaba y le dije que no sabía nada y que cuando llegaran a casa con el nene que le pusieran tirantes.

Ya empezaron a llegar mis amigas y ya pasaban las 12. Mis suegros tenían que venir a por el nene y no teníamos noticias de ellos. Por fin a las 12:15 me llamaron que ya llegaban y bajé con Gabriel y todo lo que necesitaba. Eran las 12:25 y todavía no llegaban, así que llamé a Ethan, mi hijo mayor y padrino y le dije que bajara a estar con su hermano hasta que llegaran los abuelos. Cuando subí ya estaban todas preparadas para irse y yo sin vestir. Se fueron mi madre, hermana y Belén a buscar a mi abuela y me quedé sola con Joana y todos los botones de mi vestido. Por suerte, pudo atármelos sin problema y llegó Ethan y me dice: "Mamá, la abuela ha dicho que no llegues tarde, que seas puntual". ¿Qué? Segundo enfado del día.

Ya nos avisan de que Rafa, el marido de Joana, mi chófer, está esperándonos en la puerta. Yo ya estaba atacada pero por suerte había parado de llover. Cuando bajaba por las escaleras empezaron a salir todas las vecinas para verme y yo quería fumarme un cigarro. Por fin nos montamos en el coche y Rafa me dejó fumar. Por fin descansaba.

Cuando llegamos al restaurante no había nadie en la calle esperándome y yo: "¡Rafa, toca el claxon!". De repente apareció mi suegro, que iba a dejar los paraguas en el coche y me ayudó a salir, aparecieron los fotógrafos y de repente Asier, guapísimo y súper nervioso. ¡Qué guapo!

Entramos en la ceremonia y Gabriel quería llevar los anillos solamente si yo le llevaba en brazos, así que se enfadó, le pusimos el chupete y lo cogió mi hermana.

La ceremonia fue preciosa. Iosu, nuestro oficiante, era un amigo que lo hizo muy bien. Reímos, lloramos y nos leyeron una prima de Asier y una amiga mía. En mitad de la lectura de mi amiga que nos escribió un relato de nuestra vida y justo cuando empezábamos a llorar, Gabriel quiso irse a pasear y se tropezó con un escalón y cayó de morros. Fue el momento gracioso cuando vimos que estaba bien.

Al finalizar la ceremonia todos nuestros invitados vienieron a felicitarnos, menos mal que fuimos pocos. Nos hicimos las fotos con ellos en grupos y entraron al aperitivo mientras nosotros nos fuimos a hacer el reportaje fotográfico. Fue un rato tranquilo, de máxima complicidad entre Asier y yo y los fotógrafos, y cuando Asier se soltó y perdió la vergüenza fue más divertido.

Terminamos pronto y fuimos a hablar con el maître y pudimos ir con nuestros invitados a comer y beber algo. Nos sacamos fotos y mi amiga Belén me dio una preciosa sorpresa. Había contratado una maquilladora para todas la invitadas y para mí. Nos reímos, disfrutamos y después nos fuimos a comer.

La comida estaba buenísima, a nuestros invitados les encantó y como notamos que íbamos muy rápido en el momento del sorbete nos levantamos Asier, Ethan y yo para ir por las mesas saludando. Cuando llegamos a la mesa de los amigos me dicen mis chicas: "Enséñanos la liga que después te la vamos a cortar". Me levanto el vestido y... "¡La liga no estaba! La había perdido y todavía no sé ni cómo ni cuándo.

Cuando terminamos de comer, antes de los postres, Gabriel se despertó de la siesta y quería estar con mamá y papá, así que nos fuimos al jardín un momento a jugar y bailar con él. Como hacía frío entramos y vimos nuestra tarta. ¡Qué bonita, con mi ramo y los muñecos! Cortamos un pedazo y bailando la canción favorita de Ethan. Se lo llevé mientras todos me sacaban fotos. ¡Le encantó el regalo! Comimos el postre y empezamos a repartir los regalos. Cuando terminamos nos sentamos a descansar y a tomar una copa. Asier habló, muy nervioso, y mi madre empezó a meternos prisa de que quería empezar el baile. Le mandamos hacia el salón donde nos esperaba el dj y nos sentamos tranquilos con los amigos.

Cuando llegamos al baile estaban todos esperándonos y le dije a Asier que me daba un poco de vergüenza bailar en medio de todos, pero me abracé a él y se me olvidó todo. Hablamos, reímos y el dj animó a todos a que nos acompañaran. Después puso la canción de Ethan, Madre tierra de Chayanne, y montamos todos una coreografía improvisada muy divertida.

Disfrutamos mucho, hicimos el tonto, me quité los zapatos y seguimos bailando todos.

A las 21:30 sacaron la recena y repusimos fuerzas, estaba todo riquísimo y empezó a irse la gente más mayor. A las 23h terminó el baile, hablamos un rato con el dj, le dimos las gracias a él y al maître y nos fuimos de juerga por el centro de Pamplona. Y cuando empezó a nevar, nos fuimos para casa.

Fue un día precioso, lo recordaremos siempre.

Nuestros familiares y amigos hicieron buenas migas, ya que algunos no se conocían, hablaron todos entre ellos. Es lo bueno de que sólo fuéramos 56 personas, disfrutando del amor.

Muchas gracias a todas por leerme, espero no haberos dormido y gracias por toda la ayuda que me habéis brindado. Espero que vuestras bodas sean, por lo menos, tan especiales como la mía. Y gracias a todas por vuestras felicitaciones, ya formáis parte de mi corazoncito. Muchos besicos y sed muy felices.